CONDIMENTOS ASIÁTICOS. Los que ya me vais conociendo sabéis que soy defensora de la comida asiática en general y de la japonesa en particular. De la cultura oriental me gusta todo. Su comida, las distintas elaboraciones que usan en su cocina, los utensilios que utilizan, el modo de presentación de sus platos… A día de hoy, con esto de las fusiones gastronómicas, creo que no miento si digo que los españoles hemos adoptado buena parte del saber y del buen hacer de la cocina oriental, adaptándola a nuestra dieta mediterránea y creando de este modo platos originales y novedosos, proporcionando a nuestra cocina un aire mucho más moderno e internacional. Esto ocurre por ejemplo con los condimentos japoneses, que se han convertido en un aderezo cada vez más utilizado en nuestras cocinas.
Desde mi punto de vista, cinco son los condimentos japonesas más utilizadas en nuestro país:
- Salsa de soja. Condimento japonés producido al fermentar semillas de soja con diferentes tipos de hongos. Tiene su origen en China, hacia el final de la dinastía Chou. Al parecer, antiguamente en China se acostumbraba a conservar las carnes en salazón, aprovechándose el subproducto que se obtenía del propio salazón como condimento. Sin embargo, cuando el budismo se propagó por el Lejano Oriente y el vegetarianismo se extendió con él, decidieron buscar sustitutos vegetales para esos antiguos condimentos que contenían carne. Uno de ellos fue una pasta salada y fermentada de granos de soja, precursora de la salsa de soja actual. Es ideal para acompañar comidas orientales y occidentales ya sean verduras fritas, carnes, pescados, arroces, sopas e incluso es utilizada como aderezo en ensaladas. Es un condimento salado pero con un toque dulce.
- Salsa de ostras. Condimento de textura viscosa y de color oscuro que se elabora con las esencias de las ostras en salazón. Fue inventada en 1888 por Lee Kam Sheung, empresario chino que por error dejó olvidada una olla de ostras ya cocinadas en salmuera (agua con una alta concentración en sal). Después de unos días, al encontrarla notó que, a pesar del olor intenso de la olla, el sabor del contenido ya fermentando era muy agradable. Desde ese momento Lee se dedicó a comprar ostras a los pescadores de la zona y a cocerlas por la noche para preparar la salsa. La salsa de ostras alcanzó una enorme popularidad y pronto se convirtió en uno de los condimentos más utilizados en la gastronomía china. Esta salsa es capaz de armonizar el sabor de los platos cuando éstos tienen diferentes ingredientes y sabores. Se usa cuando se cuecen vegetales y en numerosos platos de carne como por ejemplo, en la conocida ternera en salsa de ostras.
- Salsa Teriyaki. Técnica de cocción de la cocina japonesa en la cual los alimentos son asados (al horno o a la parrilla) en un adobo de salsa dulce. La palabra “teriyaki”deriva de la palabra “teri”, que se refiere al brillo que da la salsa y “yaki”, que se refiere al modo de cocción (asado). La manera tradicional de cocinar la carne es sumergirla dentro de la salsa o pintarla hasta que esté hecha.
- Aceite de sésamo. Aceite vegetal derivado de las semillas del sésamo (ajonjolí). Tiene un aroma distintivo y su sabor recuerda a las semillas de que procede. Se emplea en las cocinas del sudeste asiático, añadiéndolo generalmente al final del cocinado de verduras, carnes, pescados y sopas con el objeto de saborizar, pues no se emplea como un medio para freír (como puede ser el aceite de cacahuete) y por eso se vende en frascos pequeños.
- Vinagre de arroz. Vinagre suave elaborado a partir del producto de la fermentación del arroz. Su color oscila entre el blanco y el dorado pálido. Es el único vinagre usado en la cocina japonesa, con el que se sazonan numerosos platos como el sushi, interviniendo en la elaboración del arroz que acompaña al pescado en las diferentes formas de sushi que existen. Este vinagre se conserva mucho tiempo en un lugar fresco y tiene un sabor sutil pero ácido, más suave que otros tipos de vinagre. En Japón se le llama Komezu.
Supongo que cuando pensamos cocinar alitas de pollo solemos prepararlas o bien fritas en abundante aceite de oliva, al horno si queremos cocinarlas con menos grasa o con salsa barbacoa. Todas estas preparaciones están buenísimas pero hoy, con la idea de fusionar nuestra cocina mediterránea con la cultura japonesa he pensado asar unas estupendas alitas de pollo con salsa teriyaki, muy parecidas en su elaboración a las hechas con salsa barbacoa pero esta vez, con un sabor completamente diferente.
La carne de pollo que vamos a utilizar es una de las consideradas como más saludables, recomendada por incorporar nutrientes con muy bajo contenido en grasas. Contiene una importante cantidad de proteínas de alto valor biológico (de buena calidad). Además, aporta vitaminas del grupo B que protegen el sistema nervioso e intervienen en el metabolismo que provee de energía al cuerpo para su normal funcionamiento. Posee hierro (interviniendo en la formación de glóbulos rojos), fósforo (ayudando a forma los huesos) y potasio (mineral esencial para los músculos y el buen funcionamiento del corazón). Es una carne con muy bajo contenido en colesterol, excepto si se come con piel. Para que nos hagamos una idea, 100 gramos de alitas de pollo (40 gramos de carne sin hueso) aportan 56 calorías sin piel y 111 calorías con piel.
¡Vamos con la receta!
1 kilo alitas de pollo (sin las puntas)
Un trozo de jengibre
1 lima
1 guindilla
Salsa teriyaki
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
PREPARACIÓN:
- Precalentar el horno a 200 grados.
- En una fuente, incorporar las alitas de pollo.
- No os he puesto cantidades en los condimentos porque como ocurre en estos casos, prefiero que seáis vosotr@s l@s que elijáis la intensidad de sabor que más os guste. Primero, añadir un chorrito de aceite de oliva a las alitas de pollo y a continuación, salpimentar. Después, pelar un trozo de jengibre y rallar un poco por encima. Exprimir también el zumo de la lima por encima. Añadir la guindilla picada y por último, mojar las alitas con abundante salsa teriyaki. Mezclar muy bien para que se impregnen de todos los ingredientes y dejar macerar en el frigorífico durante un par de horas.
- Una vez macerdadas, colocar las alitas ordenadamente en una fuente refractaria e introducir en el horno, unos 20-25’ por cada lado o hasta que se doren.
- Transcurrido el tiempo, servir las alitas de pollo calientes, acompañadas de una buena ensalada o de un plato de arroz.
- NOTA: Esta receta también se puede hacer friendo las alitas de pollo en aceite de oliva, pero debéis saber que de esta forma aumentaremos los niveles de grasa y las calorías.
¡Salud! Que las disfrutéis...
¡Que paséis un estupendo fin de semana!
Jo, que rico. Me flipan las alitas de pollo. Carla
ResponderEliminarAdoro las alitas de pollo. Suelo hacerlas al horno para que no tengan mucha grasa. Me encanta el aderezo que le has puesto. Las voy a probar en breve!! Mar
ResponderEliminarSiempre es genial descubrir una nueva forma de cocinar las alitas de pollo. Me gusta tu receta oriental. La tendré muy en cuenta. Lourdes
ResponderEliminarQue pinta!! Churruscaditas es como más me gustan. Desde luego que pienso probarlas. Maite
ResponderEliminarMe vuelven loca las alitas de pollo fritas pero es cierto que tienen demasiada grasa así que solo las como de pascuas a ramos. Esta receta tiene una pinta genial. Deseando probarla! Esther
ResponderEliminarMe gusta mezclar ingredientes y productos como a ti. Supongo que tiene que ver con no aburrirse del mismo tipo de comida. Genial receta!! Pienso cocinarla ya. Raquel
ResponderEliminarMe ha encantado el marinado que has utilizado para las alitas. Lima, jengibre, guindilla y el teriyaki. Genial combinación. Ruth
ResponderEliminarNo hay nada como unas alitas de pollo asadas! Que receta más buena. Solo falta una ensalada. Pilar
ResponderEliminarNo me pierdo estas alitas!!! Muy buena pinta. Lucía
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