¿APTO O NO APTO PARA NIÑOS? Me cuenta una amiga que una mamá del cole de su hija ha protestado ante la dirección del colegio porque se ha enterado de que en el comedor se sirven guisos que incluyen vino y otros licores en su elaboración y piensa que esa forma de cocinar no es la más adecuada para sus hijos. ¡Acabáramos! He de deciros que me quedé literalmente flipada con el chisme en un primer momento. No tengo hijos, y quizás por eso nunca me he planteado ésta cuestión a la hora de cocinar. Sin embargo, sí que he cocinado para niños en muchas ocasiones y tengo que admitir que he seguido elaborando mis platos con los mismos ingredientes a los que estoy acostumbrada y eso incluye, por supuesto, el vino o el coñac. ¿Pude haberlos intoxicado de manera involuntaria? ¿Soy una imprudente e irresponsable? ¿Podrían haberme denunciado sus padres? Uffff, qué agobio y qué cargo de conciencia, por Dios.
Después de aquéllo, intrigada con el tema, nada más llegar a casa eché mano de mi ipad y comencé a
buscar historias parecidas en la red. A decir verdad, encontré toda clase
de reclamaciones de padres con respecto a los comedores de sus hijos, pero
ninguna como la de esta madre. Padres que abogan por la vuelta a las cocinas propias
de los colegios y otros que prefieren un catering elaborado fuera, padres que
dudan de la calidad nutricional de la comida, padres que cuestionan si los responsables
del comedor respetan sus opiniones y sugerencias a la hora de elaborar el menú,
padres que se quejan de las altas cuotas que se pagan en los comedores teniendo
en cuenta la baja calidad de los menús… ¡Una auténtica locura, ésto de los comedores escolares!
Visto lo visto y para
salir de dudas, he decidido investigar un poquito acerca de si el
alcohol que contienen las comidas puede perjudicar de una u otra manera el
bienestar de los más pequeños de la casa. Al parecer, desde la antigüedad se ha
usado el alcohol para cocinar. Los chinos por ejemplo dejaban macerar la comida
en vino de arroz antes de su cocción, los franceses, en tiempos de Roma,
preparaban estofados de carne con vino y los ingleses, ya en la Edad Media,
maceraban la carne en sidra o cerveza.
Está demostrado que el vino y los
licores en general aportan un sabor muy agradable a las comidas y pueden transformar
un plato corriente en uno mucho más especial. La presencia de alcohol en muchas
recetas de nuestra gastronomía se debe al hecho de su buena integración con los
demás ingredientes o productos que acompaña, mejorando el sabor y el aroma de
los platos. Los alcoholes más utilizados son el brandy, ron, coñac, vinos,
cervezas y los licores aromatizados con frutas. El objetivo del alcohol es desgrasar los alimentos y realzar su
sabor.
Hoy nos vamos a ocupar del vino,
que junto al coñac es uno de los alcoholes más utilizados en nuestra
gastronomía. Es verdad que cocinar con vino puede ocasionar ciertas dudas o
preocupación en los padres, sin embargo, está
demostrado que cuando se cocina con vino (o con cualquier otra bebida
alcohólica) durante el tiempo suficiente y a una temperatura elevada, el alcohol
tiende a evaporarse. Por ejemplo, cuando agregas vino a una salsa en un
guiso de carne, éste hervirá a fuego lento durante al menos una hora de
cocción, tiempo suficiente para que se reduzca por completo el contenido del
alcohol. El sabor del vino permanecerá de forma concentrada en la comida, pero
el alcohol se evaporará, permitiendo que los niños puedan consumir dicho plato de
forma segura.
Para tener la certeza de que el
alcohol se ha evaporado de un guiso, una de dos:
- Basta con oler el líquido de la cocción. Si aún se nota un fuerte olor a vino, hay que dejarlo reducir un poco más.
- También puede observarse el líquido de cocción. Si es homogéneo, el alcohol estará evaporado, mientras que si se observan dos tipos de líquido, es señal de que aún necesita más tiempo de cocción, pues el alcohol no se mezcla con la grasa de cocción.
Sin embargo, a pesar de todas estas explicaciones, para algunos padres, permitir que sus hijos experimenten el sabor del vino en las comidas se convierte en un problema, supongo que porque piensan que se les incentiva a probar el vino antes de tiempo. Así que me temo que al final, es de libre elección por parte de los padres permitir que los niños consuman o no platos cocinados con un poco de alcohol.
Por supuesto, aquellas recetas
que agregan vino o cualquier licor sin antes calentarlo no son adecuados para
los niños. Igualmente, las recetas que emplean grandes cantidades de vino pero con
tipos de cocción muy cortos tampoco lo son. Algunos ejemplos son las frutas
maceradas en vino y también los flambeados, que se cocinan rápidamente con el
alcohol encendido. Otra excepción es el vino caliente servido como postre, una
bebida tradicional victoriana elaborada calentando vino tinto con especias y
frutas. En este caso, dada la gran cantidad de vino que se emplea en relación
con el tiempo de cocción hace que se siga reteniendo buena parte del alcohol.
Otra cuestión importante a la
hora de regar un guiso o un postre con vino es qué tipo hay que utilizar. Ya os
adelanto que cuanto mejor sea el vino que utilicéis, mejor quedará vuestro
plato. Eso de cocinar con “vino de guisar” o “vino peleón”, ácido y sin ningún tipo
de sabor no favorecerá la receta. Con esto tampoco quiero decir que debáis
utilizar la mejor cosecha que tengáis.
Hoy os traigo un postre
tradicional español, peras al vino
tinto, una elaboración típica de la cocina riojana, que emplea peras
ligeramente escaldadas, desprovistas de su piel. Dependiendo del tipo de vino
que utilicemos en su cocción, las peras alcanzarán diversos matices de color,
más cobriza cuanto más maduro sea el vino tinto. Se suelen servir frías con el
jugo o salsa resultante convertido en un almíbar, generalmente acompañadas de
nata montada, helado o incluso de crema pastelera. Las peras más adecuadas son
las recolectadas durante el otoño e invierno, que son muy aromáticas, de cierto
sabor ácido, de color entre amarillo-dorado-marrón y pulpa granulosa. En su
elaboración, las peras suelen sumergirse una vez peladas en un medio ácido como
es el limón. El vino empleado se mezcla con azúcar y se aromatiza con
canela, vainilla, clavo, cardamomo o jengibre. A continuación, se hierve todo junto hasta que
la fruta adquiera el color rojizo del vino tinto, dejándolas enfriar inmersas en
la propia salsa.
Solo me queda deciros que hoy traigo una receta exclusivamente para el disfrute de los adultos. Fácil y muy resultona. ¿Nos ponemos con ello?
Solo me queda deciros que hoy traigo una receta exclusivamente para el disfrute de los adultos. Fácil y muy resultona. ¿Nos ponemos con ello?
INGREDIENTES (4 personas):
4 peras grandes (variedad Bartletto o Abate Fetel)
½ litro vino tinto
150 gramos azúcar
1 rama canela
1 limón
Cáscara de 1 naranja
Cáscara de 1 limón
- Pelar las peras, dejando el rabito para poder manipularlas con facilidad. Realizar un corte en la base de las mismas para que se asienten mejor en la cazuela. NOTA IMPORTANTE: Si disponéis de un "quita corazones" utilizadlo, si no ya lo quitaremos en el momento de comerlas.
- Rociar las peras con el zumo de un limón para que no se oxiden.
- En una cazuela grande con tapa, donde quepan las cuatro peras, calentar a fuego medio y verter el vino tinto. Añadir el azúcar, las cáscaras de naranja, limón (sin la parte blanca para que no amarguen) y la rama de canela. Remover con ayuda de una cuchara de madera hasta que el azúcar se disuelva.
- Introducir las peras en la cazuela, tapar y cocinar a fuego bajo durante 25-30', hasta que las peras estén tiernas (ayudaros de un cuchillo fino e insertarlo de vez en cuando en las peras) regándolas cada 5’ con el almíbar de vino tinto.
- Una vez tiernas las peras, retirarlas de la cazuela y seguir reduciendo el almíbar, esta vez a fuego fuerte durante 10-15’. El objetivo es obtener un almíbar pero sin que llegue a caramelizar.
- Las peras al vino tinto se sirven frías o templadas, regadas con el almíbar, que también puede servirse frío o caliente (el contraste frío de la pera con el almíbar caliente queda realmente rico), acompañado de nata montada o de helado de vainilla.
¡Salud! Que las disfrutéis...
Cuántos años hace que no las como! Mi abuela solía ponerlas como postre en Navidad. Están buenísimas. Paz
ResponderEliminarLa gente se está volviendo loca con esto de la comida. De toda la vida se ha cocinado con vino y nadie está más o menos sano por ello. Me parece una estupidez. Pilar
ResponderEliminarBuena receta por cierto. Pilar
ResponderEliminarHasta que no probé las peras con vino no entendí que es un postre increíble. Las peras no están para nada fuertes y tienen un leve sabor a vino dulce super rico. Maite
ResponderEliminarAlucinante lo de los padres de hoy en día! Pero no ven que nosotros hemos comido de todo cuando éramos críos y hemos crecido sanos y fuertes? No me puedo creer que ahora haya que quitar el chorrito de vino o coñac que solemos echar en la comida. Increíble!! Eva
ResponderEliminarQue postre mas elegante. Genial para un día especial. María L
ResponderEliminarMi suegra las hace con vino dulce y salen buenísimas. Raquel
ResponderEliminarY no están muy fuertes de sabor?? Desde luego el postre es muy vistoso. Miriam
ResponderEliminarMiriam, el alcohol, que es el "componente fuerte" del vino se evapora con la cocción, así que el resultado es una fruta con sabor a uva y azúcar, pero no demasiado intenso. Pruébalas! Te gustarán.
EliminarQué fuerre lo que cuentas! Pero es cierto que hay padres que se pasan cien pueblos. No me creo que ellos no hayan comido guisos en su infancia que no llevaran un poco de alcohol. Paula M
ResponderEliminarParece que tiene buena pinta. No las he probado nunca. Ana
ResponderEliminarImprescindible tener un buen vino para hacer este postre. Alba
ResponderEliminarPor supuesto, Alba. Cuanto mejor sea el vino más espectacular queda el postre.
EliminarNo se di estará buena pero tiene una pinta estupenda. Mar
ResponderEliminarBonita presentación. Nuria C.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios!! Estas peras al vino pueden ser una opción perfecta para cualquier ocasión especial. Animaos!!!
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