BRAZO DE GITANO RELLENO DE TURRÓN BLANDO

FIESTAS. Si. Ya estamos en diciembre. Y si vivís en España, diciembre es un mes caracterizado por las fiestas y celebraciones que comienzan con el Puente de la Constitución, continúa con las Fiestas de Nochebuena, Navidad y finaliza con la Fiesta de Fin de Año. Este mes es tiempo de encuentros familiares, de ilusión para los más pequeños y los no tan pequeños, de recuerdos, de alegrías para muchos y de penas para otros. También es el mes de las reflexiones de última hora, de los buenos propósitos y de las mil y una promesas que al final nunca cumplimos. Es el mes de la generosidad, del altruismo y de la Buena Fe. Y por supuesto, diciembre es el mes del consumismo, de los excesos y del típico eslogan “en Navidad todo vale”. Durante estas próximas semanas los precios se duplican, las ciudades se llenan de gente, de luces, de árboles de navidad, de adornos, de fiesta… ¡Todo se considera poco si es para celebrar la Navidad!

La experiencia me dice que personalmente he pasado por todas las fases con respecto a la Navidad. Y me explico. Tengo estupendos recuerdos durante mi infancia. Mi familia es enorme y en estas fechas nos reuníamos (aún seguimos haciéndolo) en casa de unos tíos paternos para celebrar estas fiestas. Fueron años maravillosos donde la Navidad significaba vacaciones, el reencuentro con mis primos, salir de la rutina para organizar actividades divertidas y recibir regalos de Papa Noel. Lo recuerdo con mucho cariño. Sin embargo, con la adolescencia llegaron mis años rebeldes y ese espíritu navideño se fue esfumando como por arte de magia. Mi madre no es española y para ella estas fiestas significaban cierta tristeza por no poder estar con los suyos. A eso se sumaba el no entender para qué se organizaba tanto follón en Navidad si aquellos días eran para mí como otras vacaciones cualquiera. Por otro lado, estaban las obligaciones familiares, cuando lo que realmente me apetecía era estar de fiesta con mis amigos... Sin embargo, ahora, pasados los cuarenta, puedo decir que aquél espíritu navideño que creía perdido ha vuelto de nuevo a mí. No sé si será porque me hago mayor y me apetece disfrutar de cada momento junto a los míos, no sé si será porque mi papi estuvo enfermo hace solo unos años y esa situación cambió por completo los esquemas de mi vida haciéndome entender lo que verdaderamente era importante o no sé si será porque me encuentro en un momento estupendo de mi vida, sereno, tranquilo, en el que sé lo que quiero. Sea como fuere, para mí hoy la Navidad significa “un año más”. Un año más disfrutando de todos a los que quiero, un año más de experiencia, un año más de nuevos proyectos e ilusiones, un año más de alegría por todo lo vivido. Un año más.

Y como la Navidad está íntimamente con la palabra “celebración” y afortunadamente las celebraciones siempre van acompañadas de suculentas comidas, este mes voy a cocinar algunos platos dedicados a este tipo de ocasiones especiales. Además, como ya sabemos cómo se ponen los precios estos días, trataré de utilizar ingredientes y productos que no desbaraten demasiado nuestro presupuesto navideño. Habrá de todo un poco (carnes, pescados, mariscos y postres), para que dispongáis de diferentes opciones donde elegir.

Diferentes variedades de brazos de gitano

Hoy voy a comenzar con un postre muy tradicional en casa, que mi madre suele preparar en la cena de Nochebuena. En mi familia, como somos tantos, cada "matriarca" (porque los hijos no hay manera de que tomemos el relevo, esa es la verdad) prepara una parte del menú de la cena. Ya os he comentado en más de una ocasión que mi madre es la mejor repostera del mundo y lógicamente, ésta es la parte que le suele tocar a ella. Mi madre, que no es una persona tradicional gastronómicamente hablando, eso de preparar todos los años el mismo postre no le hace ninguna ilusión, así que semanas antes del evento, ipad en  mano, se pone a buscar nuevas recetas en la red, a poder ser con nuevos y renovados ingredientes, con la intención de camelarse al personal. Sin ningún éxito, he de decir, porque como al final el personal es el que manda, siempre solemos votar por alguno de sus tradicionales postres, como en este caso es el brazo de gitano relleno de turrón.

Planchas de bizcocho

El brazo de gitano no es más que un pastel relleno que se enrolla en forma de cilindro. Se elabora con una masa genovesa (plancha de bizcocho muy fino, sin levadura química, a base de huevos, harina y azúcar) cubierta de multitud de ingredientes como mermeladas, crema pastelera, nata, moca o chocolate y decorado con una cobertura de azúcar glas, chocolate, glaseado, merengue o nata, entre otros.

Turrón blando de Jijona

Por aquello de que estamos en periodo navideño, utilizaré como relleno del brazo de gitano una fina crema de turrón de Jijona. El turrón es una masa dulce obtenida por la cocción de miel o azúcares a la que se incorporan almendras peladas y tostadas. A dicha masa se le puede añadir clara de huevo para que emulsione. Dicha pasta es posteriormente amasada y tradicionalmente se le da forma de tableta rectangular o torta. Los núcleos principales de producción en España se sitúan en las provincias de Alicante, Valencia y Lérida, principalmente. Por supuesto, aunque existen muchas variedades de turrón, la elaboración del turrón más famoso se concentra en las producciones de repostería tradicional de Jijona, presentándose una variedad con almendras a la vista (turrón duro) o el denominado turrón de Jijona, que presenta las almendras molidas y es de apariencia pastosa (turrón blando). El origen del turrón se sitúa en la península arábiga, teoría apoyada en el tratado “De medicinis et cibis semplicibus”, escrito en el siglo XI por un médico árabe en el cual se habla del “turun”. Los árabes trajeron este postre a las costas del Mediterráneo, en particular a España e Italia. La versión española nace en Alicante, en el siglo XV, pues en época de Carlos V ya era un dulce muy conocido.

No es por nada, pero os recomiendo que probéis este postre. Mira que he lo he comido veces ya, pero es que esta suave crema de turrón, de verdad que enamora. Y ahora sí, ¡vamos con la receta!

INGREDIENTES:

Para el bizcocho:

4 huevos (3 yemas y 4 claras)

4 cucharadas soperas harina

2 cucharadas soperas maicena

5 cucharadas soperas azúcar

1 cucharadita café levadura

1 pizca de sal

1 poquito vainilla

Para la crema de turrón:

1/2 litro nata montada

Un poco de azúcar (no mucho porque el turrón es dulce)

1 tableta de turrón blando

Para decorar:

Un poco de caramelo líquido

PREPARACION:

• Precalentar el horno a 180 grados.
• Para preparar la plancha de bizcocho, en un bol, con ayuda de la batidora y el accesorio de varillas, poner a punto de nieve las cuatro claras de huevo.
• En otro bol, añadir el azúcar, la vainilla y las tres yemas de huevo. Batir bien hasta que la mezcla esté blanquecina y espumosa. Incorporar el resto de ingredientes tamizados (harina, maicena, pizca de sal y levadura).
• Por último, añadir las claras de huevo a punto de nieve con movimientos envolventes.
• Extender la masa de bizcocho en la placa del horno con papel sulfurizado o papel plata (previamente untado con un poco de mantequilla y harina para que no se pegue).
• Introducir en el horno durante 10 o 12’. NOTA: Tened cuidado con no pasaros de cocción, este bizcocho tarda muy poco. No debe quedar muy dorado porque se quedaría muy seco. Sabremos  que está hecho cuando pinchemos con un palillo en el centro y éste salga limpio.
• Transcurrido el tiempo sacar del horno la plancha de bizcocho. Colocarlo en un paño limpio de cocina humedecido en agua, enrollándolo hasta que se enfríe para que se mantenga húmedo, maleable y no se rompa.
• Para preparar la crema de turrón blando, primero montar la nata en un bol con ayuda de la batidora y el accesorio de varillas a la que añadiremos un poco de azúcar cuando esté casi dura (una cucharada sopera bastará). Por otro lado, machacar el turrón con ayuda de un tenedor y añadir a la nata montada, mezclando bien.
• Para montar el brazo de gitano, extender la plancha de bizcocho una vez fría y untarla con una buena capa de crema de turrón e ir enrollando sobre sí mismo, con cuidado de que no se rompa.
• Por último, envolver el brazo de gitano en papel de aluminio o film transparente y dejar reposar en la nevera durante un par de horas para que tome consistencia.
• Antes de emplatar, espolvorear el brazo de gitano con azúcar glas para que se vea bonito, cortarlo en trozos regulares y adornar si os apetece, con un poco de caramelo líquido por encima.

¡Salud! Que lo disfrutéis...