DESCUBRIMIENTO. Tengo que reconocer que soy nueva en esto. No había probado el falafel hasta hace bien poquito y no sé si será por la novedad o qué, pero me he vuelto adicta a estos albondigones de garbanzos y especias. Los he probado por primera vez en un restaurante libanés llamado "Shukran", en La Casa Árabe, cerca del Retiro en Madrid, más por casualidad que por otra cosa. Las altas o mejor dicho, insoportables temperaturas a que nos ha tenido sometidos el tiempo este verano ha propiciado que, los que todavía no habíamos empezado nuestras vacaciones, disfrutáramos de la noche madrileña en cualquiera de las terracitas estratégicamente ubicadas por toda la ciudad, único momento del día en que el calor nos daba un poco de tregua y se podía respirar en la calle. Así que, una tarde, paseando por la zona del Retiro, después de una aprovechada sesión de rebajas sin haber tenido tiempo ni para una hacernos con una botella de agua por si nos quitaban esta o aquella prenda, una amiga me habló de este restaurante y decidimos sentarnos en su terraza, dispuestas a relajarnos con una cervecita bien fría y de paso, cenar algo rico. He visitado algunos países árabes como Siria, Jordania, Egipto y Marruecos y he tenido la oportunidad de disfrutar de la gastronomía árabe en general pero supongo que, una de dos, o nadie me dio a probar antes el falafel o no me había llamado la atención hasta ahora. La cuestión es que el camarero, muy amable, nos recomendó varios platos para compartir y entre ellos elegimos éste. Buena opción, desde luego. ¡El falafel está riquísimo! Si no conocéis Sukran os aconsejo os acerquéis un día a probar su estupenda cocina. De verdad que merece la pena.
Falafel es una croqueta de garbanzos o habas cuyo origen se remonta
a los tiempos del Corán, originándose en algún lugar del subcontinente indio. Significa
“pimiento” en árabe. Suele comerse en
la India, Pakistán y en Oriente Medio. Tradicionalmente se sirve con salsa de
yogur, de tahina o incluso hummus, acompañado de verduras dentro de un pan de pita o bien solo,
como entrante o “meze” (en la cultura árabe). Lo que diferencia al falafel de
otro tipo de albóndigas o croquetas es que los garbanzos o habas no se cuecen,
simplemente se ponen en agua hasta que se ablandan y luego se trituran y se mezclan
con ajo y una buena cantidad de cilantro hasta formar una pasta con la que se
hacen unas bolas achatadas, que luego se fríen en abundante aceite. Puede
utilizarse harina de garbanzo, harina de trigo o pan rallado para dar mayor
consistencia a la mezcla. Pero si hay algo que caracteriza al falafel
y que es lo que realmente cautiva es su intenso sabor a especias. Cilantro,
comino y perejil se unen con el garbanzo en este plato, proporcionándole un
aroma y un sabor muy especiales. Las especias son ingrediente fundamental en la
gastronomía árabe en general y nadie como ellos para saber cómo combinarlas.
El cilantro es una hierba anual de la familia de las apiáceas. Su
origen es incierto, aunque se considera nativo del norte de África y sur de
Europa. Todas las partes de la planta son comestibles pero generalmente, se usan
las hojas frescas y las semillas secas. El cilantro despide una aroma cítrico
cuando se muele o se aplasta, nunca se cocina (el calor destruye su aroma
y sabor) y debe consumirse en seguida porque se marchita rápidamente. Se utiliza
como condimento para sazonar comidas, su sabor es intenso por lo que debe
utilizarse con moderación. El cilantro es rico en aceites que actúan sobre el
sistema digestivo, estimulando el apetito y aliviando su irritación, ayuda a
disminuir el colesterol malo, los problemas menstruales y promueve el sueño.
Contiene vitamina A y K y minerales como potasio, calcio, magnesio y fósforo.
El comino es una hierba anual de la familia de las apiáceas, originaria
de la cuenca del Mediterráneo. Las semillas son los frutos que constituyen la
especia, de forma ovoidea o fusiforme alargada. Tiene un característico sabor
amargo y un olor fuerte y dulzón gracias a su alto contenido en aceites. Las
propiedades del comino para tratar problemas del sistema respiratorio son
legendarios, siendo muy efectivo en el tratamiento de resfriados, bronquitis y
asma, descongestionando las vías respiratoria, disminuyendo el dolor de
garganta y ayudando a controlar la fiebre. Es aconsejable en mujeres
embarazadas y durante la lactancia, pues constituye una fuente importante de
hierro y de calcio. También incluye antioxidantes, magnesio y vitaminas A, C y
E.
El perejil es una hierba bienal
de la familia de las apiáceas. Se distribuye por todo el mundo y se cultiva
desde hace más de 300 años para ser usada como condimento. El perejil puede
cocinarse levemente (para que no pierda su aroma) y también puede usarse crudo e incluso beberse en infusión. Aporta importantes beneficios al organismo pues se le
conocen usos medicinales. Se encarga de ayudar a purificar órganos vitales, es
un potente antioxidante (efectivo para limpiar y rejuvenecer la piel), además
de controlar la hipertensión y la osteoporosis. Ayuda en la digestión evitando
espasmos intestinales, digestión lenta y estreñimiento. Tiene grandes
propiedades diuréticas estimulando la función renal. Posee una valiosa acción
antineurálgica pues contiene apiol, sustancia aceitosa que cura fiebres y
neuralgias. Contiene minerales como calcio, hierro, fósforo y azufre y es muy
rico en vitamina C, aumentando nuestras defensas.
Hoy os traigo una sencilla receta de falafel
con pan de pita y salsa de yogur. Como los garbanzos son el ingrediente
estrella de esta receta debo aconsejaros no utilizarlos de bote, ya que deben incluirse en la elaboración
sin estar cocidos.
300 gramos garbanzos secos
½ cebolleta
1 diente ajo
2 cucharadas perejil fresco picado
1 cucharada cilantro fresco picado
1 cucharadita comino molido
1 cucharadita levadura química
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
Agua
4 panes de pita
Hojas de lechuga o rúcula
2 tomates
Para la salsa de yogur:
1 yogur natural
1 diente ajo picado
El zumo de ½ limón
Sal
Pimienta
2 cucharadas de aceite de oliva
PREPARACIÓN:
- Poner en remojo los garbanzos la noche anterior (si podéis hacerlo 24 horas antes, mucho mejor) en agua templada-caliente y con una pizca de sal para que se hidraten mejor. Una vez listo, escurrirlos y dejar reposar los garbanzos sobre papel absorbente de cocina para eliminar restos de agua.
- Triturar los garbanzos con la batidora o picadora hasta conseguir una textura arenosa, sin llegar a convertirlo en harina de garbanzo (no importa si queda algún que otro trozo). Reservar en un bol grande.
- Lavar, pelar y cortar en trozos la cebolleta, el ajo y picar las hojas de perejil y el cilantro.
- En la picadora, incorporar la cebolleta en trozos, el ajo, el perejil, el cilantro, un poco de sal y pimienta, la cucharadita de comino, la de levadura y triturarlo todo.
- Añadir esta mezcla a los garbanzos y remover con movimientos envolventes hasta que todos los ingredientes estén incorporados y el resultado sea una mezcla homogénea. Si nos quedara muy seca, podemos añadir un poco de agua.
- Dar forma de bola a la mezcla, introducirla en un bol, tapar con papel film transparente de cocina y dejar reposar en el frigorífico donde menos enfríe (como mínimo una hora). De esta forma, la levadura comenzará a hacer su efecto y la mezcla quedará más esponjosa.
- Transcurrido el tiempo, preparar las bolas de falafel. Mojaros las manos antes de empezar para que no se os pegue la masa. Hacer bolas del tamaño aproximado de una nuez, apretándola para que salga el exceso de líquido que pudiera quedar. NOTA: Si la masa hubiera quedado muy húmeda, añadir un poco de harina o pan rallado para darle mayor consistencia.
- Una vez hecha la bola, aplastarla un poco para darle la forma definitiva. Procurar que no queden excesivamente compactas, para que el resultado no quede seco y mazacote.
- Calentar una sartén con abundante aceite de oliva y cuando esté caliente, freír el falafel por ambos lados, hasta que las bolas queden doradas (con un minuto será más que suficiente). NOTA: No deben freírse más de 2 o 3 bolas a la vez para que no baje demasiado la temperatura del aceite.
- Colocar las bolas de falafel en una fuente con papel absorbente para que escurran el exceso de aceite.
- Para preparar la salsa de yogur, en un bol incorporar el yogur natural, un ajo machacado, el zumo de medio limón, el aceite de oliva, un poco de sal y pimienta y mezclar bien hasta que todos los ingredientes estén integrados.
- Para montar el plato, calentar los panes de pita en una tostadora o en el horno. Abrirlos por la mitad y añadir en su interior unas hojas de lechuga o rúcula, unas rodajas de tomate encima, unas cucharadas de salsa de yogur y las bolas de falafel encima.
Yoqimli ishtaha! (¡Buen provecho! en uzbekistani). Nos leemos el próximo viernes.
P.D.: Si os apetece escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!
No he probado el falafel ni imagino como puede ser su sabor. Todos los días se aprende algo nuevo. Tendré que visitar algún restaurante libanés para probarlo. Me pica la curiosidad! Laura L.
ResponderEliminarMe encanta el falafel aunque no en todos los sitios. Algunos restaurantes le añaden demasido cilantro y esta especie anula el sabor del resto de ingredientes. Me alegro que hayas puesto la receta porque así podré darle mi toque tenue de especies. La verdad es que está buenísimo. Pilar
ResponderEliminarNo sabía que el falafel se hacía con garbanzos!!! Y de verdad que lo he probado!! Quizás sea que las especias borran un poco el sabor de la legumbre. Tengo ganas de probar tu recetas. Estas bolitas pueden quedar muy ricas. Maite
ResponderEliminarReceta muy internacional. No he tenido oportunidad de probar el falafel, pero me apetece hacerlo. Me gusta la opción de prepararlos solos, como entrante. Lucía
ResponderEliminarQué buena pinta! Maribel
ResponderEliminarMe encanta la comida libanesa y en general toda la árabe. El uso de especias me parece un acierto y creo que bien condimentada, una comida queda mucho mejor. Deseando estoy de probar tu receta de falafel. Nuria
ResponderEliminarUn poco laborioso esto de hacer falafel no?? Aunque el resultado tiene una pinta buenísima. Parecen croquetas, pero de garbanzo. Maika
ResponderEliminarQue rico esta el falafel. Yo lo he probado acompañado de hummus de berenjena y esta realmente bueno. Me encantaría hacer esta receta. A ver si me sale buena!
ResponderEliminarRiquísimo está el falafel!!!!!! Marta
ResponderEliminarQué rica receta! No he probado las albondigas de falafel. Paula
ResponderEliminarHe visitado en Sukran y es un restaurante estupendo. Isabel
ResponderEliminarInteresante plato el de hoy. Yo tampoco he probado el falafel pero tiene buena pinta. María Morales
ResponderEliminarEs intreresante que no todo el mundo haya probado el falafel. De vez en cuando es bueno probar nuevos productos para ampliar nuestros menús y no aburrirnos de comer siempre lo mismo. Os animos a que lo probéis y comprobéis que el falafel está muy rico. Muchas gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminar