DARLE VIDA A LA TORTILLA FRANCESA. Estaréis de acuerdo conmigo en que la
tortilla francesa “vale para un roto y para un descosido”. Me da que es una de los
platos comodín que siempre tenemos en la recámara culinaria y cuando no tenemos
ni idea de qué podemos comer, tiramos de este sencillo plato de huevos que
además, se cocina en un santiamén. La tortilla francesa se considera un
alimento fundamental en el desayuno, acompañado de lácteos y cereales; también
en el brunch, cocinada con algunas verduras y/o carnes y pescados y por
supuesto, en los almuerzos y cenas ligeras, en compañía de una buena ensalada,
por ejemplo. La tortilla es además, protagonista en numerosas dietas, pero no
solo en las de adelgazamiento sino también en algunas dietas blandas que usamos cuando estamos
enfermos o convalecientes de alguna dolencia, pues es considerado un alimento muy rico en proteínas, de
bajo contenido calórico (con muy pocas grasas) y muy digestivo. Pero que
hayamos adoptado a la tortilla francesa como la mejor alternativa en cualquier tipo
de situación no supone que deba convertirse en un plato aburrido. ¡Al contrario!
La tortilla francesa ofrece un abanico inmenso de posibilidades y con dos o tres huevos podemos cocinar un excelente plato vistoso, completo, sano y muy equilibrado.
La tortilla francesa u omelette (en
francés) es un plato elaborado con huevos batidos y cocinado en una sartén con
mantequilla o aceite. La forma que adquiere durante el cocinado es similar a la
de una hoja hecha por un solo lado, extendida o plegada sobre sí misma. La
versatilidad de este plato es tan grande que existen innumerables variaciones. Por su simplicidad de ingredientes y preparación, poca duda hay de que
sus orígenes se remontan a la prehistoria, siendo los más antiguos antecedentes
documentados los que se refieren al Imperio aqueménida (nombre dado al primer y
más extenso imperio de los persas) hacia el 500 a.C.
Aquí en España, el origen de la expresión “tortilla francesa” se debió a la falta de alimentos sufridos por la población de Cádiz y San Fernando durante el asedio francés de 1810, en la que algunos habitantes, ante la falta de patatas, decidieron no privarse de uno de sus platos favoritos, la tortilla, elaborando una variedad de la misma sin añadir este tubérculo. Desde entonces fue conocida por la población como “la tortilla de cuando los franceses”. Aunque tal origen puede que sea una leyenda, pues en 1804, años antes de que los franceses asediaran Cádiz, Alexander Famulatrix, cocinero inglés, publicaba el recetario Culina Famulatrix, donde se incluía la recete “a French Comelette”, lo que supone que el apelativo “francesa” se lo pusieron los ingleses a finales del siglo XVIII.
Aquí en España, el origen de la expresión “tortilla francesa” se debió a la falta de alimentos sufridos por la población de Cádiz y San Fernando durante el asedio francés de 1810, en la que algunos habitantes, ante la falta de patatas, decidieron no privarse de uno de sus platos favoritos, la tortilla, elaborando una variedad de la misma sin añadir este tubérculo. Desde entonces fue conocida por la población como “la tortilla de cuando los franceses”. Aunque tal origen puede que sea una leyenda, pues en 1804, años antes de que los franceses asediaran Cádiz, Alexander Famulatrix, cocinero inglés, publicaba el recetario Culina Famulatrix, donde se incluía la recete “a French Comelette”, lo que supone que el apelativo “francesa” se lo pusieron los ingleses a finales del siglo XVIII.
La tortilla francesa no tiene más
secreto que utilizar huevos de calidad (camperos, ecológicos o de granja), una
sartén que no se pegue, una mínima parte de grasa (ya sea mantequilla o aceite
de oliva), opcionalmente se le puede añadir unas gotas de leche para que quede mucho más
esponjosa, una temperatura media y continua para que el cuajado sea uniforme y
un poco de agilidad a la hora de darle forma. Por supuesto, la tortilla
francesa se anima si se rellena o se le agrega cualquier tipo de guarnición
cuando está semicuajada. Las guarniciones que no necesitan cocinado
se agregan sin más, troceadas en el interior. En cambio si se añaden
ingredientes como carnes, pescados o mariscos, éstos se cocinarán previamente,
escurriéndose justo antes de agregarlos a la tortilla para que no contengan
exceso de jugos y/o grasas y permita terminar de cuajarse
adecuadamente.
La cantidad de aceite o
mantequilla empleado para elaborar la tortilla francesa será determinante en la
cantidad de grasa y de calorías del plato final, así como su posterior
digestión. Su textura esponjosa hace que absorba gran parte de esa grasa
durante la cocción. Por esta razón, si se utiliza mucha cantidad, resultará
grasienta y muy calórica. Por otro lado, el huevo,
ingrediente base de este plato, es un alimento que por su composición
nutricional se considera el referente respecto al valor de sus proteínas,
siendo las de mayor valor biológico, por ser las más parecidas en su
composición en aminoácidos esenciales a las que precisa el ser humano para fabricar
sus propias estructuras. Estas proteínas ofrecen una agradable sensación de
saciedad cuando se consumen, además de ayudar a quemar calorías. El huevo es
uno de los alimentos con mayor porcentaje de colesterol (alrededor de 500 mg
por 100 gramos de producto). La grasa del huevo se concentra en la yema, que contiene
lípidos y otros compuestos grasos como la lecitina, aunque también algunas
vitaminas liposolubles (A,D) e hidrosolubles (tiamina, riboflavina) y minerales
como hierro, fósforo, zinc, selenio y sodio, mientras que la clara está formada
por agua y proteínas de alto valor biológico como la ovoalbúmina, esencial en
la formación de los músculos. Por ello, para elaborar una tortilla francesa con
menos grasa, se puede optar por cocinarla con el doble de claras que yemas, (por
ejemplo, si se hace una tortilla de dos huevos, se pueden utilizar dos claras y
un solo huevo).
Desde luego, con las recetas que os traigo hoy no vamos a descubrir nada nuevo. Tod@s, incluso aquellos que no cocinan nunca,
sabemos cómo se hace una tortilla francesa. Sin embargo, ¿qué os parece si os
doy algunas ideas en cuanto a guarniciones con las que acompañarla? El resultado puede ser mucho más original y sobre todo, completo y nutritivo.
¡Vamos con las recetas!
¡Vamos con las recetas!
TORTILLA FRANCESA CON QUESO
RICOTTA Y ALBAHACA
8 huevos
2 cucharadas soperas leche
Unos trozos queso ricotta al gusto
Unas hojas albahaca fresca
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
PREPARACIÓN:
- Cascar los huevos en un cuenco y batir bien con ayuda de un tenedor. Añadir un chorrito de leche. Salpimentar.
- En una sartén caliente, añadir unas gotas de aceite de oliva y extenderlo para que la base quede bien engrasada. Bajar un poco el fuego, añadir los huevos y cuando comiencen a cuajarse, incorporar unos trozos de queso ricotta por encima y aromatizar con unas hojas de albahaca fresca. Dejar que termine de cuajarse la tortilla y servir caliente.
TORTILLA FRANCESA CON GAMBAS Y VERDURAS
INGREDIENTES (4 personas):
8 huevos
2 cucharadas soperas leche
200 gramos gambas crudas
1 pimiento rojo
2 dientes ajo
Perejil fresco picado
Sal
Pimienta
PREPARACIÓN:
- Pelar las gambas, sin desechar las cabezas. Reservar en un cuenco sin las barbas.
- Pelar y filetear los dientes de ajo. Lavar y cortar en tiras el pimiento rojo.
- En una sartén caliente y a fuego fuerte, añadir un chorrito de aceite de oliva e incorporar las cabezas de las gambas. Aplastarlas con ayuda de una cuchara para que salgan todos los jugos. Cuando tomen color, retirarlas con cuidado.
- Bajar un poco el fuego y añadir los dientes de ajo y las tiras de pimiento. Sofreír unos minutos y a continuación, añadir las gambas con una pizca de sal. Saltear un poco más, con cuidado porque las gambas se hacen en muy poco tiempo. Por último, añadir el perejil picado. Reservar.
- Cascar los huevos en un cuenco y batir bien con ayuda de un tenedor. Añadir un chorrito de leche. Salpimentar.
- En una sartén caliente, añadir unas gotas de aceite de oliva y extenderlo para que la base quede bien engrasada. Bajar un poco el fuego, incorporar los huevos y cuando comiencen a cuajarse, las gambas salteadas con verduras. Dejar que termine de cuajarse la tortilla y servir caliente.
TORTILLA FRANCESA DE
CALABACÍN, QUESO FETA Y TOMATE SECO
INGREDIENTES (4 personas):
8 huevos
2 cucharadas soperas leche
1 calabacín grande
Unos trozos tomate seco
Queso feta
Una nuez mantequilla
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
- Lavar y trocear el calabacín en rodajas. Salpimentarlos.
- En una sartén a fuego medio, añadir una nuez de mantequilla y cuando se derrita (con cuidado de que no se queme) saltear los calabacines.
- Cascar los huevos en un cuenco y batir bien con ayuda de un tenedor. Añadir un chorrito de leche. Salpimentar.
- En una sartén caliente, añadir unas gotas de aceite de oliva y extenderlo para que la base quede bien engrasada. Bajar un poco el fuego, incorporar los huevos y cuando comiencen a cuajarse, los calabacines salteados y unos trozos de queso feta por encima. Por último, añadir unos trozos de tomate seco, al gusto. Dejar que termine de cuajarse la tortilla y servir caliente.
TORTILLA FRANCESA CON SETAS Y BEICON
INGREDIENTES (4 personas):
8 huevos
2 cucharadas soperas leche
300 gramos setas
150 gramos tiras beicon
Sal
Pimienta
Una nuez mantequilla
Aceite de oliva
- En una sartén a fuego medio, añadir una nuez de mantequilla y cuando se derrita (con cuidado de que no se queme) saltear las setas.
- Cortar en tiras el beicon y freírlo en una sartén caliente sin nada de aceite. Reservar en un papel secante para que absorba el exceso de grasa.
- Cascar los huevos en un cuenco y batir bien con ayuda de un tenedor. Añadir un chorrito de leche. Salpimentar.
- En una sartén caliente, añadir unas gotas de aceite de oliva y extenderlo para que la base quede bien engrasada. Bajar un poco el fuego, incorporar los huevos y cuando comiencen a cuajarse, las setas salteadas y las tiras de beicon fritas. Dejar que termine de cuajarse la tortilla y servir caliente.
TORTILLA FRANCESA CON
ESPÁRRAGOS TRIGUEROS Y LASCAS DE PARMESANO
INGREDIENTES (4 personas):
8 huevos
2 cucharadas soperas leche
1 manojo espárragos verdes
Queso parmesano en lascas
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
- En una sartén caliente, saltear los espárragos trigueros con un poco de sal.
- Cascar los huevos en un cuenco y batir bien con ayuda de un tenedor. Añadir un chorrito de leche. Salpimentar.
- En una sartén caliente, añadir unas gotas de aceite de oliva y extenderlo para que la base quede bien engrasada. Bajar un poco el fuego, incorporar los huevos y cuando comiencen a cuajarse, los espárragos salteados. Por último,añadir unas lascas de queso parmesano al gusto. Dejar que termine de cuajarse la tortilla y servir caliente.
TORTILLA FRANCESA CON POLLO A LA PLANCHA Y VERDURAS
8 huevos
2 cucharadas soperas leche
2 cucharadas soperas leche
2 tomates
1 pechuga de pollo
1 cebolleta
½ pimiento rojo
Un toque tabasco
Sal
Pimiento
Aceite de oliva
PREPARACIÓN:
- Pelar y picar las verduras (cebolleta y pimiento rojo). Los tomates, pelarlos y despepitarlos, cortándolos por la mitad y estrujándolos suavemente con las manos para quitar pepitas y el exceso de líquido. Trocearlos.
- Cortar la pechuga de pollo en tiras y salpimentar.
- En una sartén caliente a fuego medio, añadir un chorrito de aceite de oliva y comenzar a pochar la cebolla y el pimiento. Después de unos minutos, incorporar el tomate picado y seguir con el sofrito. Cuando el tomate se haya integrado por completo, subir el fuego y añadir las tiras de pollo. Freír hasta que se doren. Casi al final, echar unas gotitas de tabasco al gusto y remover bien.
- Cascar los huevos en un cuenco y batir bien con ayuda de un tenedor. Añadir un chorrito de leche. Salpimentar.
- En una sartén caliente, añadir unas gotas de aceite de oliva y extenderlo para que la base quede bien engrasada. Bajar un poco el fuego, incorporar los huevos y cuando comiencen a cuajarse, las tiras de pollo.
- Dejar que termine de cuajarse la tortilla y servir caliente.
¡Salud! Que las disfrutéis...
Pues tienes razón. La tortilla francesa sirve para todo. Con guarnición es mucho más divertida. Me gustan tus propuestas, sobre todo la de pollo. Lucía
ResponderEliminarBuena publicación. La tortilla francesa es uno de los platos más socorridos que hay pero también el más aburrido si no lo acompañas con algo más. Que ricas tortillas. Esta misma noche preparo la de gambas. Gloria
ResponderEliminarLa tortilla es práctica y muy socorrida sobre todo para cenar. Es verdad que se necesita un poco de imaginación para no caer en el aburrimiento. Me parece genial la de calabacin.
ResponderEliminarLa tortilla francesa da muy buen rollo xq no tardan nada dn hacerse y están muy buenas. Yo no salía de la de bonito, así que me has descubierto nuevas opciones. Que buenas!! Lourdes
ResponderEliminarQue buena pinta! Me quedo con la de gambas. Raquel
ResponderEliminarQue rica está la tortilla francesa. Con este tipo de guarniciones mucho más. Me apunto a la de esparragos verdes. Almu
ResponderEliminarPuede parecer una tontería lo de poner un post de tortillas francesas pero no lo es. Casi todas las senanas cocinamos una y muchas veces no sabemos ni qué ponerles. Me encantan las de queso. Eva
ResponderEliminarEl truco de añadir un poquito de leche a los huevos lo hacía siempre mi madre y es verdad que la tortilla quedaba muy esponjosa. María
ResponderEliminarOtro truco para hacer jugosa la tortilla es batir durante un buen rato los huevos hasta que esté llenos de burbujas. Leticia
ResponderEliminarEs verdad, Leticia. Lo he estado investigando en internet y batir los huevos hasta que haya burbujitas ayuda a la tortilla francesa a crecer y por lo tanto, a quedar mucho mas jugosa. Gracias por el consejo!!
EliminarCreo que estas recetas son muy necesarias. Saber cocinar una buena tortilla francesa es muy importante en la vida diaria. Me parecen estupendas las recetas de hoy. Mamen
ResponderEliminarLa tortilla francesa es la cena más habitual entre los que no solemos complicarnos demasiado. Me gustan mucho las tortillas de queso. Laura
ResponderEliminarMe encanta la pinta de la tortilla de setas y bacon. Paula
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. El objetivo de este post era sencillamente abrir un abanico de posibilidades a la hora de preparar una buena tortilla francesa. Cocinar sano no está reñido con hacer una cocina divertida y cada día diferente.
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