viernes, 29 de mayo de 2015

AJOBLANCO

SOPAS FRÍAS III. Esta semana, entre otras cosas, hemos comentado los cambios que se producen en nuestros hábitos alimenticios durante la época estival. También hemos hecho hincapié en lo importante que es la hidratación en nuestro organismo durante los meses de calor. Y hoy os voy a hablar acerca de cómo conservar los alimentos frescos durante el verano. Es muy importante poner un poco de atención, porque cuando hace mucho calor, los alimentos se deterioran mucho más rápido. Por eso y porque en verano las gastroenteritis e infecciones estomacales están a la orden del día, la protección se torna imprescindible y la manipulación de los alimentos debe ser mucho más cuidadosa que de costumbre. 


Algunas recomendaciones para mantener los alimentos en perfecto estado de conservación durante el verano son:
  1. Hay que tener en cuenta que las altas temperaturas provocan la proliferación de bacterias. Por eso hay que ser muy cuidadoso y "estar al loro" si un alimento desprende mal olor, desechándolo inmediatamente, ya que es la viva señal de que no debe consumirse.
  2. En verano es conveniente dejar la compra de los alimentos congelados para el final y al llegar a casa, se deben guardar en primer lugar para no romper la cadena de frío. Si apareciera hielo alrededor del producto significa que el proceso de conservación se ha dañado y no debemos consumirlo.
  3. Los envases de plástico (tupper) son muy útiles para conservar la comida. Más durante los meses de verano. Se mantiene libre de olores y preserva los nutrientes por más tiempo. La comida dentro de la nevera debe envolverse SIEMPRE con papel aluminio, film transparente o utilizando un tupper.
  4. No debe dejarse comida fuera de la nevera bajo ningún concepto, para que los insectos que durante el verano se hacen presentes no dañen la comida.

En las épocas estivales se debe tener especial atención con los siguientes alimentos:
  1. Huevos. Hay que mantenerlos en lugar fresco. Lo ideal, en la nevera. Si se elabora mayonesa casera es recomendable hacer sólo la cantidad necesaria. Si sobrara, NUNCA debe guardarse lo que sobra. Además, las tortillas (de patatas o de cualquier otra cosa) en verano deben estar bien cuajadas.
  2. Frutas y verduras. Antes de ingerirlas deben lavarse muy bien y conservarse también en la nevera, si no queremos que se pierdan en pocos días.
  3. El pescado. Debemos comprarlo muy fresco y por supuesto, conservar siempre en la nevera o congelador.
  4. El aspecto de la carne debe ser bien rojo y no marrón. La carne de ave no resiste bien el calor, por lo que su consumo debe ser inmediato. Por supuesto, hay que conservarla en la nevera.
  5. Los embutidos deben conservarse también en el frigorífico una vez empezados, dentro de envases plásticos herméticos y en lo posible, se recomienda no mezclar unos con otros, separándolos, a poder ser, en bolsas plásticas.

Guarnición Ajoblanco

Y después de estos breves consejos, vamos con la receta de hoy. La mayoría de las sopas frías españolas proceden de Andalucía, donde los campesinos necesitan platos con el suficiente aporte energético para sus tareas en el campo, pero que a la vez mitiguen las elevadas temperaturas de aquéllas regiones durante el verano.

Hoy, como última sopa fría de la semana (no será la última del verano) os traigo el ajoblanco, una crema muy popular en la cocina andaluza (Granada, Jaén, Córdoba, Málaga y Almería principalmente) y también en la extremeña, concretamente en Hererra del Duque (Badajoz). Está compuesta de pan, almendras molidas, ajo, agua, aceite de oliva, sal y a veces vinagre. Suele tomarse acompañado de uvas o trocitos de melón. Según dicen, este plato pudo haber tenido su origen en la gastronomía romana o más probablemente en la griega. 

Los ingredientes base de la receta de la sopa ajoblanco son, como su propio nombre indica, el ajo y las almendras, aunque éstas últimas pueden sustituirse por piñones. 


Ristra de ajos
El ajo es una especie de planta clasificada dentro de la familia de las liliáceas. Es una especie estéril de amplia variabilidad morfológica y fisiológica y es altamente probable que sea originaria de Asia Central, donde se cultiva desde hace más de 7.000 años. El ajo ha sido utilizado desde tiempos inmemoriales como alimento medicinal y está demostrado que comer ajos crudos evita muchos males. Su bulbo contiene alrededor de 400 compuestos químicos, de los cuales muchos de ellos tienen una acción antioxidante, que protege a las células del proceso de envejecimiento. Otros compuestos del ajo tienen efecto antibiótico, aumentando las defensas del sistema inmunológico y protegiendo contra enfermedades como, bronquitis, resfriados… Se le atribuyen también propiedades antihistamínicas, combatiendo alergias y además, ayudan en los procesos antidepresivos. Se asegura que el ajo combate el estrés y la ansiedad, ya que sus efectos son parecidos al Prozac (fármaco contra la depresión), aunque con una acción más suave y menos perjudicial para la salud. Al parecer, también regula la secreción de serotonina en el cerebro (neurotransmisor responsable de las sensaciones de placer, bienestar emocional y saciedad), que cuando se halla en un nivel alto actúa como tranquilizante, ayudando a dormir mejor, reduciendo la ansiedad y aliviando la depresión. Por último, el ajo puede ser utilizado por vía tópica a modo de cataplasmas (ajo cortado en lonchas) para combatir infecciones tipo micosis en pies y a modo de infusión para infecciones de garganta. El único defecto que tiene el ajo es el mal aliento que produce al comerlo, principalmente crudo.


Almendras crudas
En cuanto a la almendra, es el fruto del almendro, una árbol que pertenece a la familia de las rosáceas, al igual que los albaricoques, los melocotones o las cerezas. Hay dos clases de almendras: las dulces, muy apreciadas por sus numerosas propiedades nutricionales y las amargas, que no deben consumirse, ya que contienen ácido prúsico, un componente muy tóxico. Las almendras contienen importantes beneficios para la salud:
  1. Son excepcionalmente ricas en proteínas. Contienen más proteína que la carne, el problema es que nunca comemos tanta cantidad de almendras como de carne o huevos.
  2. Son muy ricas en ácidos grasos esenciales. Contienen un alto porcentaje de grasas moninsaturadas, protectoras del sistema cardiovascular y poliinsaturadas, que son aquéllos ácidos grasos que el organismo no puede sintetizar a partir de otras sustancias y que debemos ingerir necesariamente a partir de la dieta. Su consumo previene de enfermedades como el infarto de miocardio, angina de pecho, hipertensión, etc.
  3. Son también ricas en hidratos de carbono, de absorción lenta, es decir, aquellos que el cuerpo puede almacenar y utilizar cuando necesite sin desequilibrar los niveles de azúcar. Son especialmente aconsejables para personas diabéticas, ya que suponen una importante fuente de energía pero contienen un índice glucémico bajo.
  4. Aportan una buena cantidad de fibra soluble, imprescindible para mantener una buena salud del intestino y colon.
  5. Contienen vitaminas del grupo B y E, convirtiéndolas en un poderoso aliado antioxidante para combatir el efecto de los radicales libres.
  6. Por último, contienen zinc, fósforo, sodio, potasio, magnesio y hierro. Pero destacan especialmente por su aporte de calcio.

Y después de demostraros lo sano y nutritivo que es el ajoblanco, pongámonos manos a la obra.


INGREDIENTES (4 personas):
150 gramos almendras crudas peladas
150 gramos miga pan
150 ml. aceite de oliva
Vinagre vino
1 diente ajo
1 litro agua
Sal
Pimienta
Un racimo uvas

PREPARACIÓN:
  • Poner en remojo el pan.
  • Pelar el ajo, partirlo por la mitad y quitarle el germen que tiene en el centro, para que no repita.
  • Si sólo disponéis de almendras crudas con cáscara, os resultará más fácil pelarlas si las sumergís durante 2-3' en agua hirviendo y después las refrescáis en agua fría. 
  • En una cazuela o cazo, incorporar las almendras peladas, el diente de ajo, un poco de agua fría y triturar con la batidora.
  • A continuación, añadir la miga de pan remojada, el vinagre, un poco de sal y seguir batiendo, añadiendo el aceite poco a poco para que se vaya emulsionando y ligando la crema.
  • Finalmente, incorporar el agua necesaria (aunque he puesto un litro en los ingredientes, la cantidad nos la va a pedir la sopa), hasta que obtengamos la textura deseada (que no debe ser muy líquida).
  • Dejar enfriar el ajoblanco en el frigorífico.
  • Servir muy frío, acompañado de unos trozos de uvas.

Buen pruvechu (¡Buen provecho! en chamorro). Nos leemos el próximo lunes. Que paséis un estupendo fin de semana.

P.D.: Si queréis escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!

Image and video hosting by TinyPic

11 comentarios:

  1. No he probado nunca el ajoblanco, pero me parece un pkato muy rico. Habrá que probarlo! Luisa

    ResponderEliminar
  2. Oye, una sopa nueva! Yo tampoco he probado el ajoblanco. Tendré que intentarlo este verano. Puede estar muy buena

    ResponderEliminar
  3. Había oído hablar del ajoblanco, pero no lo he probado. Es un plato un tanto especial, no? Me pica la curiosidad, asi que yo voy a cocinarlo, a ver que me sale. Lola

    ResponderEliminar
  4. Soy cordobesa y he comido ajoblanco desde niña. Mi abuela lo hacía muy rico. Si que es una sopa distinta, no para comerla muy a menudo, pero si no la habéis probado es hora de que lo hagáis. Os va a encantar! Pilar

    ResponderEliminar
  5. Yo comia ajoblanco en el pueblo de mi madre, en Baeza, durante las vacaciones de verano. Merece la pena probarlo. El sabor de la almendra y el ajo es muy bueno y con unas buenas lonchas de jamón esta de vicio. Maite

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Maite, no sabía que el ajoblanco se acompañaba de jamón. Me parece una idea estupenda!! Muchas gracias por tu comentario.

      Eliminar
  6. No habría que picar primero las almendras con la picadora, Patricia? La receta de hoy es distinta pero yo voy a probarla. Lourdes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lourdes, si has escaldado las almendras crudas en agua hirviendo para pelarlas, estarán más blanditas a la hora de picar. Hay gente que ni siquiera utiliza la batidora y lo hace con ayuda de un mortero. Pero por supuesto, si te es más fácil, pícalas con la picadora sin problemas. Muchas gracias por tu comentario

      Eliminar
  7. Que buena pinta tiene esa sopa. Parece que muchos no la conocemos. Tendremos que probarla. Lucía

    ResponderEliminar
  8. Madre mía que pinta tiene esta receta! Mila

    ResponderEliminar
  9. Es verdad que el ajoblanco no es una sopa tan "famosa" como el gazpacho. Pero os recomiendo que le deis una oportunidad y la probéis porque está muy buena. Tiene un sabor distinto, pero os va a sorprender. Ya me contaréis...

    ResponderEliminar