SEMANA DE NAVIDAD. Pues eso. Que en menos que canta un gallo estamos en Nochebuena
dando comienzo las Fiestas de Navidad. Empieza la cuenta atrás y seguramente, a estas horas, la gran mayoría de l@s cocinillas de turno estarán súper liados ultimando los detalles
de los menús navideños elegidos, yendo de aquí para allá con el carrito de la compra
hasta los topes, esperando desesperados en las interminables colas del
supermercado, eligiendo mantel, servilletas y un montón de elementos
decorativos que ayuden a poner nuestro hogar en "modo Navidad", ultimando
la lista de invitados, etc, etc… ¡Qué estrés, por Dios! No es por nada pero, ¿no os da la sensación de que todos los años hacemos la misma promesa de comenzar con los
preparativos navideños con suficiente tiempo de antelación como para no terminar
agobiados del todo y al final, y sin entender muy bien por qué, con esta cuestión ocurre más o menos igual que con la de
acudir al gimnasio regularmente y que la gran mayoría solo cumplimos durante los tres
primeros meses?
Bromas aparte, por h o por b,
como quien no quiere la cosa nos hemos plantado en los últimos días del año y
éstos se convierten en el momento perfecto para disfrutar de la familia, los
amigos y de las tan esperadas Fiestas Navideñas. La Navidad puede convertirse
en la excusa perfecta para quedar y reencontrarse con amigos y familiares a los
que no sueles ver a menudo, para disfrutar con los niños de la ilusión con que
ellos viven la Navidad, para gozar de unas merecidas vacaciones invernales y
por supuesto, para comer y beber alrededor de una gran mesa haciendo balance de
lo ocurrido durante el año, con la esperanza de que el nuevo año nos traiga muchas
cosas buenas y con la ilusión de seguir disfrutando otro año más de
estas fechas tan entrañables. Navidad es motivo de felicidad, de celebración,
de amistad, de amor, aunque también lo es de tristeza por los que ya no están
con nosotros, de cierta indignación por los que no tienen la oportunidad de
celebrarlo como nosotros y de inquietud, por lo deprisa que para la mayoría
comienza a pasar el tiempo. Mi consejo: ¡VIVE A TOPE LA NAVIDAD!
¡Vamos con la receta de
hoy! Actualmente, muchos consumidores sienten todavía ciertas reticencias a la
hora de comer carne de cerdo, centrando su argumento en la cantidad de grasa
que al parecer contiene. No les falta razón. Hasta hace unos años, la mala
reputación de la carne de cerdo llegaba hasta algunos expertos en nutrición,
que recomendaban su consumo de forma limitada y ocasional. Sin embargo,
estudios recientes ponen de manifiesto que, desde el punto de vista
nutricional, este tipo de carne es mucho mejor de lo que parecía en el pasado y
además, que no todos los cortes de carne de cerdo tienen la misma cantidad de
grasa.
Lo cierto es que como cualquier
alimento que procede de un animal terrestre, el cerdo contiene grasa saturada
y por lo tanto, colesterol. Sin embargo, se ha descubierto que del total de la
grasa, es mayor la proporción de grasa monoinsaturada, es decir, saludable, que
ronda el 48%, frente a la proporción de grasa saturada, alrededor de un 42%. Si
además, el cerdo es ibérico, la proporción de grasa monoinsaturada es mayor
todavía, superando el 50% del total, ya que la alimentación de este tipo de
ganado consta de bellotas y pasto de la montanera, es decir, vegetales muy
ricos en grasas insaturadas. Con referencia al colesterol, la carme de cerdo
aporta entre 64-84 miligramos por cada 100 gramos, cantidad muy semejante al
del resto de carnes y aves.
Del cerdo se obtienen partes muy
magras (sin casi grasa) como son el solomillo y el centro del lomo y partes muy
grasas como son el tocino, las chuletas y sus derivados (embutidos). Para no
desequilibrar la dieta debemos saber que la frecuencia con la que debe
consumirse carne de cerdo es de 2-3 veces por semana y que además, se aconseja
alternar la carne de cerdo con otro tipo de carnes como el pollo, el pavo o el
conejo.
Por lo tanto, debemos dejar a un
lado la mala prensa que tiempo atrás tuvo la carne de cerdo y disfrutar de sus
múltiples propiedades y beneficios para el organismo:
- Como todo alimento cárnico, el cerdo presenta un alto contenido en proteínas de un gran valor biológico, alcanzando una media de 43 gramos por cada 100 de producto
- Contribuye a mantenernos más activos y llenos de vitalidad, ya que contiene altas dosis de tiamina, una vitamina necesaria para conseguir una correcta asimilación de los hidratos de carbono por parte del organismo y también para conseguir un equilibrio en el sistema nervioso.
- Es rico en potasio, un mineral necesario para el correcto funcionamiento muscular.
- Contiene hierro de fácil absorción, que ayuda a prevenir la anemia ferropénica.
- Es rico en grasas monoinsaturadas, ya que contiene un 48% de ácido oleico, un ácido graso como el del aceite de oliva que ayuda a equilibrar los niveles de colesterol.
Hoy voy a preparar un plato fácil, vistoso y que queda realmente
bueno. Rellenaremos un solomillo de cerdo ibérico con una mezcla de ingredientes: tomates
secos, albahaca, alcaparras y beicon. Como guarnición, podéis acompañarlos de arroz blanco o de un buen puré de patatas o boniatos.
Los tomates secos no son más que tomates maduros naturales, que siguen
un proceso de secado al sol, mermando buena parte de su volumen y perdiendo
casi en su totalidad la humedad interior de los mismos (90%). Esta disminución
de volumen hace que el sabor del tomate se intensifique de manera
extraordinaria, consiguiendo de esta forma un condimento ideal que sirve para
acompañar platos de carnes y ensaladas. Este tipo de tomates pueden conservarse
comestibles durante largos periodos de tiempo. Pueden envasarse en aceite de
oliva, directamente secos en bolsas herméticas o en forma de polvo.
INGREDIENTES (4 personas):
3 solomillos de cerdo ibérico
250 gramos beicon ahumado
2 dientes ajo
1 puñado hojas frescas albahaca
1 puñado alcaparras
8-10 tomates secos en aceite
100 ml. caldo de carne
1 chorrito agua
1 chorrito vino blanco
Aceite de oliva
Sal
Pimienta
- Precalentar el horno a 200 grados.
- Para preparar la mezcla del relleno, picar todos los ingredientes muy menudos (ajos, albahaca, alcaparras y tomates secos). Añadir y mezclar en un bol.
- Picar también las lonchas de beicon. En una sartén caliente y sin nada de aceite, freír hasta que esté dorado. Dejar reposar en papel secante de cocina para que absorba buena parte del aceite que contiene y añadir también a la mezcla anterior.
- Abrir los solomillos de cerdo por la mitad con un corte longitudinal, sin llegar a abrirlos por completo. Salpimentar y rellenarlos con la mezcla anterior.
- Cerrar los solomillos, ayudándonos con unos palillos de cocina.
- En una sartén caliente a fuego vivo, añadir un chorrito de aceite y sellar los solomillos por todas sus caras. No hay que freírlos en exceso porque van a terminar de hacerse en el horno (sólo debemos dorarlos).
- Colocar los solomillos de cerdo en una fuente refractaria y regar con un chorrito de agua (medio vaso de agua) y otro de vino e introducir en el horno durante 25-30’ aproximadamente, hasta que al meter un tenedor en el centro del solomillo no salga sangre.
- Una vez listos, sacar del horno y reservar.
- Mientras, en un cazo, añadir el jugo de cocción de la carne y el caldo de carne y dejar cocinar a fuego lento hasta que la salsa reduzca.
- Cuando la carne se enfríe un poco, cortar los solomillos en rodajas.
- Antes de emplatar, dar un golpe de calor en el horno para los filetes estén calientes y y servirlos con unas cucharadas de la salsa de carne.
Feliz Navidad! Qué pinta más buena tiene ese solomillo. Carmen
ResponderEliminarCon esta receta éxito seguro estas Fiestas. Qué rico! Almudena
ResponderEliminarBueba idea!! Los solomillos de cerdo están buenísimos. Mis hijas lo comen estupendamente bien. Feliz Navidad! Lourdes
ResponderEliminarLos tomates secos son un puntazo. Le da una intensidad a los platos increíble. Me gusta! Loles
ResponderEliminarOye y unos frutos secos como piñones no le vendrían genial a estos solomillos?? Me encanta. Maite
ResponderEliminarMaite, cualquier tipo de fruto seco le puede ir genial a este plato. Buena recomendación l!!
EliminarFeliz Navidad! Laura
ResponderEliminarFeliz Navidad, Patricia. Me encantan las carnes rellenas. Quedan mucho más jugosas! Ana L.
ResponderEliminarPerfecto para estos días. En casa comemos muy a menudo solomillo de cerdo. Y no tiene nada de grasa. Eva
ResponderEliminarImprescindible un buen plato de carne estas Navidades. Desde luego este solomillo relleno lo es. Quizás lo ponga este año en Nochebuena. Silvia
ResponderEliminarSoy carnívora a mas no poder. Qué pinta tan buena tiene ese solomillo. Raquel
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios!! Espero y deseo que hayáis pasado unas Navidades estupendas.
ResponderEliminar