PASTEL DE POLLO. Ya sé que el título de este post es un tanto raro. Soy consciente de ello. Pero es que así es como se llama la receta que
voy a preparar hoy. ¡Que nadie se asuste! Os aseguro que cuando la probéis no os quedará más remedio que prepararla de vez en cuando porque vuestros comensales querrán repetir de nuevo. Esta receta es una de esas a las que suelo
colocar el cartel de “receta chollo”, porque sin duda se trata de un plato súper completo. Mezclar pollo, las verduras frescas que más os gusten y masa de hojaldre, todo en uno, resulta de los más atractivo, además de nutritivo, que es de lo que se trata.
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de que el consumo excesivo de carnes procesadas podría estar vinculado a un aumento del riesgo de padecer cáncer y de que debemos consumir carne roja con moderación, la carne de pollo se ha convertido en unas de las más consumidas por los españoles. Dice un estudio reciente que en nuestro país la carne fresca que más se vende es justamente ésta (casi 15 kilos por persona en el año 2014). Con 22 gramos de proteínas, 110
calorías y apenas un gramo de grasa por cada 100 gramos de carne de pollo, no hay
quien se resista a incluir este alimento en cualquier tipo de dieta.
Pero, ¡cuidado! Elegir un pollo de calidad es fundamental, porque a
día de hoy, se ha dicho de todo de este tipo de carne blanca, como que se
emplean demasiadas hormonas y antibióticos para su engorde, que estas aves viven hacinadas
en jaulas, que se sobrealimentan con piensos de dudosa composición o que son el
producto de técnicas de ingeniería genética. ¿Que hay de cierto en todo esto?
Especialistas
en avicultura explican que la legislación europea está muy volcada en que se
cumplan todos los requisitos necesarios para ofertar pollos con todas las
garantías de calidad. De hecho, el broiler
o tipo de pollo que se utiliza en la cría intensiva y el más vendido en el mercado, es un animal
seleccionado a partir de estirpes muy concretas. Ya no viven en jaulas como
antaño sino en camas de paja o cáscara de arroz, con una densidad máxima marcada por la legislación, de entre
10 y 16 pollos por metro cuadrado (según se trate de pollos ecológicos o de cría
intensiva). Respecto a los antibióticos promotores del crecimiento, al parecer fueron
definitivamente prohibidos por la legislación europea en enero de 2006, excepto
aquellos prescritos con receta veterinaria en ciertos animales con enfermedades
declaradas. De hecho, éstos tienen un periodo de retirada previa a la venta,
para garantizar que esos antibióticos sean eliminados antes de su consumo por
parte del hombre.
Por supuesto, la creciente tendencia de consumo de alimentos naturales
explica el surgimiento de granjas de cría de pollo extensiva, que producen pollos
camperos y ecológicos de engorde lento y con salida al exterior, cuyo consumo y
popularidad están en aumento en la actualidad a pesar de tener precios más altos. Estos pollos tienen
que cumplir las normas de la UE para alimentos con etiqueta ecológica que,
entre otras cosas, prohíben la presencia en los piensos de alimentos
transgénicos e ingredientes cultivados con pesticidas y abonos químicos.
Sin embargo, a la hora de la verdad, las
diferencias de producción entre uno y otro tipo de cría siguen siendo enormes. En España se producen 600
millones de pollos broiler al año, frente a unos 30 millones de pollos de cría
extensiva, que incluyen apenas 110.000 pollos ecológicos.
No sé por qué, pero me da que el
pollo puede llegar a convertirse en la carne del futuro. Tiene buen precio, es muy rica en nutrientes, se
digiere bien y además, la cría de pollo de carne es más coste efectiva y
contamina menos que la de otros tipos de animales que se crían para carne. Además, comer carne de pollo disminuye el riesgo de desarrollar cáncer intestinal, cáncer de recto y reduce el desarrollo de pólipos intestinales.
Algunas curiosidades nutricionales interesantes con respecto a la carne de pollo son:
- El pollo que comemos habitualmente es del tipo broiler, de cría intensiva, creado para obtener carne que se sacrifica a los dos meses de vida, es decir, cuando todavía no ha llegado a la edad adulta. Se considera que un pollo pasa a ser gallo o gallina cuando tiene cinco meses.
- El pienso que ingieren estas aves no hace a los pollos amarillos. El 60% del pienso que consumen son cereales (trigo, cebada y maíz) y aunque pueda pensarse que su típico color amarillo se debe al maíz que come no es así, pues existen razas que siempre tendrán la piel blanca, por mucho maíz que consuman.
- En cuanto a la forma de reproducción de los pollos, una gallina de carne produce aproximadamente entre 160-170 huevos al año. Las gallinas nacidas de esos huevos ya están poniendo huevos a su vez a los seis meses, así que en un año se reúnen más de dos generaciones de pollos y en menos de cinco, una familia original de un gallo y diez gallinas da lugar a cincuenta millones de pollos.
- Es cierto que los pollos se engendran genéticamente. Lo que permite mantener el precio del pollo a lo largo de los años es su crecimiento. Un pollo de apenas 40 gramos al nacer, en mes y medio puede pesar 2,7 kilos. A principios de siglo se necesitaban tres meses para conseguir lo mismo. Sin embargo, ahora se consigue seleccionando genéticamente estirpes concretas.
- El mejor pollo, con el sabor más intenso será aquél que disponga de más espacio, que crezca más lentamente (con acceso a zonas con vegetación) y que se alimente con piensos a base de cereales y soja. Sacrificándoles a las doce semanas se obtiene una carne de pollo de mayor calidad. Con un poco más de doce semanas se obtendría carne de gallo con músculos más rojos, fibrosos y menos grasa infiltrada. En el escalón más alto estarían los capones, pollos castrados mediante cirugía.
El chicken pot pie no es más que un tipo de empanada, típica de la cocina del sur de
Estados Unidos. Suele estar rellena de carne de pollo y otros ingredientes
como quesos (ricota, queso de cabra) verduras (judías verdes, zanahorias,
guisantes) y patatas. En algunos casos suele emplearse como relleno incluso un
biscuit desmenuzado. El nombre provienen etimológicamente de "pot" (olla de
hierro), lugar en el que tradicionalmente se elaboraba. Este tipo de plato suele servirse como plato único, acompañado de una ensalada.
El pastel de pollo podéis presentarlo en moldes individuales (a mí me parece que quedan más vistosos) o en un molde más grande. En vuestras manos lo dejo. ¿Nos ponemos con ello?
INGREDIENTES (4 personas):
Para cocer el pollo:
1 pollo entero
1 cebolla
1 rama apio
1 zanahoria
1 hoja laurel
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
Para el relleno:
1 cebolla
1 rama apio
3 dientes ajo
1 zanahoria
1 patata
100 gramos guisantes
115 gramos mantequilla
60 gramos harina
1 litro caldo de pollo
1 chorro de nata líquida
Sal
Pimienta
Tomillo
Para hornear:
Una lámina de hojaldre
PREPARACIÓN:
- Para cocer el pollo en la olla rápida, introducir el pollo entero junto a las verduras (cebolla, apio y zanahoria) previamente lavadas y cortadas en trozos grandes. Añadir agua suficiente como para cubrir el pollo y poner a calentar a fuego fuerte. Salpimentar, añadir una hoja de laurel y chorrito de aceite de oliva. Cerrar la olla, mantener la temperatura alta hasta que “empiece a silbar” o el indicador de presión esté a punto y después, bajar a fuego medio, cocinando el tiempo que aconseje el fabricante (en mi olla son 25’). Si no disponéis de olla rápida, cocinar de igual manera en una cazuela convencional por espacio de 60’ aprox., hasta que al pinchar con un tenedor, el pollo esté tierno. Una vez listo, sacar el pollo entero, desechar las verduras con las que se ha cocinado y colar el caldo (que utilizaremos posteriormente). Cuando el pollo esté frío, desmenuzarlo.
- Poner a reducir el caldo de pollo sobrante en un cazo a fuego lento por espacio de 15-20’.
- Lavar, pelar y picar las verduras que acompañarán el relleno (cebolla, apio ajos, zanahoria y patatas).
- Para preparar el relleno del pastel, en una sartén grande, derretir la mantequilla a fuego medio/bajo para que no se queme. Añadir las verduras y comenzar a pochar. Salpimentar y añadir un poco de tomillo.
- Cuando las verduras estén blanditas, añadir la harina y remover durante unos minutos mientras se tuesta. A continuación, agregar los guisantes, la nata, el pollo desmenuzado y el caldo de carne, suficiente como para cubrir los ingredientes. Cocinar el relleno durante 10-15’ hasta que el relleno espese un poco.
- Precalentar el horno a 180 grados.
- En un molde apto para horno, colocar el relleno y cubrir con la plancha de hojaldre. Pinchar la superficie para que pueda salir el vapor. Hornear durante 30’ aprox., hasta que la masa esté dorada.
- Emplatar y servir caliente.
¡Salud! Que lo disfrutéis...
Receta rara pero con un pinta estupenda. Raquel
ResponderEliminarMuy original. No había oído hablar de esta receta, pero me parece que queda muy vistosa. Lourdes
ResponderEliminarMe encanta esta receta. Sano y queda muy pintón. Excelente xa una ocasión especial, no? Ana L.
ResponderEliminarJo, qué rico. Y que crujiente. Me parece una idea estupenda este plato. Voy a intentarlo ya mismo. Eva
ResponderEliminarPero de dinde sacas estas recetas? Qué chula queda! Y que buena tiene que estar. De esta semana no pasa sin probarla. Lucía
ResponderEliminarNo, si ahora va a resultar que en EEUU existe algo mas que las hamburguesas?? Muy chula esta receta. Mar
ResponderEliminarMe encantan las recetas que incluyen pollo y verduras xq son los alimentos imprescindibles en mi dieta diaria. Desde luego esta es una forma más elegante de comer pollo. Nati
ResponderEliminarMe encantan las recetas con hojaldre. Dulces o saladas. Esta me parece muy original. Tiene muy buena pinta. Pilar
ResponderEliminarSupongo que también se puede hacer con carne en tiras de cerdo o ternera. Puede quedar genial. Ana M
ResponderEliminarMe lo comería ahora mismo. Que rico. Carla
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