JELLY. No sé por qué, pero siempre que pienso en la gelatina me
acuerdo del “blandiblú”. ¿Blandi qué?
Estaréis preguntándoos más de un@. Pues sí, los que seáis más o menos cuarentones
como yo os acordaréis de aquella masa viscosa, pegajosa y de colores
fluorescentes con la que durante una buena temporada de nuestra infancia
solíamos jugar a todas horas. Todavía recuerdo ir cargada con mis botes de
blandiblú allá donde iba, dejando rastros de aquél “moco” extraño (para que nos
vamos a engañar) por todo el mobiliario de la casa, mientras mi madre me
gritaba: ¡no saques eso de tu
habitación!
Tengo recuerdos de haber comido
gelatina desde pequeña. Mi madre, experta en sorprendernos a menudo con
postres de lo más originales y divertidos para conseguir que comiéramos de
todo, en temporada de verano solía prepararla muy a menudo. Fresa, naranja o piña eran algunos de los sabores de gelatina que
había entonces y ella solía acompañarlos con trocitos de todo de tipo de
frutas naturales que animaban aún más el postre. Recuerdo el olor y sobre todo
la textura tan agradable que tenía la gelatina en la boca que, más de una vez
me tragué sin masticar, bromeando con mi hermano mientras “practicábamos” cómo
resbalaban los trozos de gelatina por la garganta.
Gelatina de limón |
A día de hoy sigo siendo fiel a
la gelatina. Con la excusa de que no tiene calorías ni colesterol, de que es muy saludable, que sirve para cuidar de
nuestros dientes y para fortalecer nuestros huesos, tendones, ligamentos y lo más importante, de que me quita el mono de dulce, sigo preparándola de vez en
cuando.
Tal vez os sorprenda, pero la
gelatina está reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un
alimento con la misma importancia y salubridad que el pan. No sé si sois
conscientes de la importancia que tiene comer gelatina de vez en cuando,
seguramente nunca os habréis parado a pensar en ello, por eso hoy os voy a
descubrir un nuevo alimento muy, muy saludable.
Gelatina de frambuesas con frutos rojos frescos |
¿Sabéis de donde proviene y cómo
se obtiene la gelatina? La producción de gelatina comienza con el remojo de
pieles de ganado porcino o vacuno, ya sea en un ácido diluido o en una solución
de cal. Los huesos del animal también se desengrasan y empapan de ácido o cal a
fin de eliminar el calcio. La materia resultante, son los tejidos blandos de
oseína. Ésta se empapa por completo en agua, proceso que hidroliza
parcialmente el colágeno, que no es soluble
en agua antes de este paso en la producción. El cuero, la piel o los huesos se
lavan y luego se cuecen en agua muy caliente para extraer la gelatina. El extracto
se seca y se pica en polvo y es lo que nosotros conocemos como gelatina en polvo.
En general, la gelatina puede
utilizarse como estabilizador, aglutinante o espesante en la industria
alimentaria. Suele añadirse a productos
como sopas instantáneas, patés, yogurt e incluso para la fabricación de
cápsulas de comprimidos. También se usa para elaborar postres de gelatina. En este
caso, la gelatina en polvo se mezcla con azúcar y con aditivos como el ácido
adípico, fumárico, citrato de sodio y saborizantes artificiales, así como con
colorantes alimentarios, a los que se añade agua caliente para derretir la gelatina en polvo. El postre se cuaja lentamente en forma de gel, a medida que se enfría.
Debido a que el colágeno se transforma en gran medida, el producto final no se
puede clasificar como carne o como producto de origen animal.
Gelatina de naranja |
La gelatina es algo más que un postre delicioso y fácil de hacer, ya
que se puede convertir en una alternativa sana y con un alto valor nutritivo.
Pero, ¿qué propiedades y valores nutricionales nos aporta?
- La gelatina contiene principalmente colágeno (entre un 85 y un 90%), sales minerales, agua y azúcares, que aportan al organismo una gran cantidad de aminoácidos, especialmente glicina.
- Es muy beneficiosa para aquellas personas que padezcan de problemas digestivos como gastritis, hiperacidez, cólicos y colitis. Es ideal también en personas que sufran de indigestión.
- Contiene grenetina, proteína que aporta nutrientes complementarios para ayudar a que la piel, las uñas y el cabello, las articulaciones y tendones, estén más saludables.
- Resulta muy efectiva para estimular la construcción muscular, debido a la presencia de arginina y glicina, así como para estimular el metabolismo y fomentar la quema de grasas.
- Como no contiene ni colesterol, ni grasas, ni azúcar, resulta un alimento muy adecuado para acompañar en dietas para bajar peso.
- Basta consumir unos 10 gramos de gelatina al día y de forma regular para que sus propiedades curativas empiecen a funcionar.
- Si vais a consumir gelatina con frutas, recordad evitar unirla con piña, papaya, kiwi e higos, porque estas frutas contienen enzimas que impiden la solidificación de la grenetina en nuestro organismo, es decir, no no sería de utilidad alguna mezclarlas con estas frutas, pues bloquearía sus propiedades.
Hoy os traigo una sencilla tarta de queso tipo Philadelphia fría (no necesita horneado) con una simple cobertura de gelatina con fresas frescas, con la que os vais a chupar los dedos. Podéis utilizar moldes individuales o uno más grande. ¡Vamos con la receta!
INGREDIENTES:
Para la base:
350 galletas tipo María o Digestive
150 gramos mantequilla derretida
Para la crema:
500 gramos queso Philadelphia Light
225 gramos azúcar
Para la cobertura:
4 porciones gelatina fresas
300 gramos fresas
Agua hirviendo
PREPARACIÓN:
- Para preparar la base de la tarta, picar las galletas con ayuda de la batidora hasta dejarlas hechas migas y mezclar con la mantequilla, previamente derretida durante unos segundos en el microondas. Presionar la mezcla con los dedos, rellenando el molde. Una vez cubierto todo el fondo del molde, dejar reposar en la nevera, mínimo una hora.
- Para preparar la crema de queso, mezclar el queso Philadelphia con el azúcar hasta que esté bien firme y transcurrido el tiempo de reposo de la base de la tarta, añadir al molde. Reservar de nuevo en el frigorífico mientras se prepara la gelatina de frutas.
- Lavar y trocear las fresas.
- Para preparar la gelatina de frutas, seguir las instrucciones del fabricante de los sobres de gelatina en polvo. Calentar a fuego fuerte en un cazo la cantidad de agua indicada hasta que hierva y añadir los sobres de gelatina. Remover con una cuchara fuera del fuego hasta que se disuelvan los polvos. Cuando la gelatina se enfríe un poco (cuando esté a temperatura ambiente) añadir los trocitos de fresas y por último, volcar sobre la crema de queso.
- Reservar la tarta en el frigorífico, como mínimo 5 horas antes de servir.
¡Salud! Que la disfrutéis...
No tenía idea de las propiedades de la gelatina. Me has dado una alegría. Gloria
ResponderEliminarNo suelo comer gelatina y no sabía que era tan sana. Sorprendida! Laura L.
ResponderEliminarMuy interesante!! Maite
ResponderEliminarY yo que pensana que la gelatina era algo artificial y químico. Lo que es la ignorancia!!! Ma has abierto los ojos. Lucía
ResponderEliminarComo me gusta la gelatina. Maite
ResponderEliminarEs verdad que en verano las gelatinas son muy refrescantes. Y si encima son sanas mucho mejor. Pilar
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