Alfarero elaborando un tajine de barro |
El tajine es un plato tradicional en la cocina de los países del norte de África, especialmente en Marruecos, Túnez y Argelia. El tajin como objeto es un recipiente en forma de plato de gran diámetro y generalmente de poco fondo, hecho de barro cocido, barnizado y dotado de una característica tapa cónica. Ésta tiene la virtud de mantener el calor y el vapor durante y después de la cocción de los alimentos, condensándose en la parte superior de la misma y volviendo a caer sobre los alimentos, evitando que se resequen mientras se cocinan y conservando así todas sus propiedades y características organolépticas principales. La cocción del tajin es muy lenta, permitiendo repartir el calor por su interior de forma eficiente con un menor gasto energético.
Para elaborar cualquier tipo de tajine, los alimentos se deben freír primero y luego, tras taparlo con la tapa cónica, deben cocinarse estofados a fuego muy lento. Existen tajines de todo tipo de alimentos. De pollo, de cordero, de atún, de verduras, de sardinas, etc… Gracias a la influencia marroquí, el tajine se condimenta con una amplia variedad de ingredientes salados o dulces, incluso con miel, frutas, frutos secos y una enorme variedad de especias, siendo la más famosa la conocida como ras al hanut, mezcla de hierbas y especias (entre 4 y 30), cuyo nombre en árabe significa “la cabeza de la tienda”, haciendo referencia a la mejor mezcla de especias que el mercader puede ofrecer y cuyo origen está en la zona del Magreb. En su composición debe incluir pimienta negra, comino, cardamomo, nuez moscada, canela, pimentón, jengibre, etc.
El tajine tradicional, como
cualquier otro recipiente de barro necesita de un proceso de preparación o
curado antes de usarse por primera vez, con el objetivo de que pueda ser
utilizado muchas veces sin que los cambios de temperatura puedan agrietarlo o
romperlo. La forma más recomendable de curarlo es sumergiéndolo en agua
durante toda una noche cubierto por completo de agua. Transcurrido el
tiempo, debemos untar todo el recipiente (incluida la tapa) con aceite de
oliva. Por último, debe meterse en el horno a una temperatura de 160 grados,
dejando que se hornee durante una hora. Después se apaga el horno y dejamos que
el tajine se enfríe dentro. Desde este momento, estará listo para
usar.
La receta de hoy me viene como anillo
al dedo para explicaros este tipo de influencias a la que hacíamos referencia
al principio del post. En España, lo de tener un tajine de barro cocido en la
cocina es más un elemento decorativo que otra cosa, porque en la mayoría de los
hogares ya no disponemos de brasas de carbón ni de fuegos con gas, sino que
debemos conformarnos con una vitro-cerámica o una placa de inducción que no
permite colocar este tipo de olla o utensilio de cocina encima sin una base de
hierro especial. ¿Qué se ha hecho entonces? Adaptar el tajine de barro
cocido en otro tipo de modernos tajines hechos de porcelana, de cerámica
barnizada, de hierro fundido e incluso de silicona, que nos permiten utilizar
este tipo de técnica de cocción sin estropear nuestra cocina.
El gran aporte culinario del
tajine está en su forma de cocinar los alimentos al vapor. Normalmente,
asociamos la comida hecha al vapor con dietas de adelgazamiento o con la que se
sirve a personas enfermas o convalecientes de alguna dolencia. En cierta medida
es así, pues el vapor es la forma más natural y menos agresiva de cocer
cualquier alimento. En España, sin embargo, esta forma de cocinar no se
encuentra muy extendida y por ello se desconocen los muchos beneficios que
aportan a nuestro organismo. El vapor garantiza la conservación de todos los
nutrientes del alimento. Algunas de las ventajas de cocinar al vapor son:
- Los alimentos van a conservar su sabor natural sin disfraces de ningún tipo.
- Todas las vitaminas por ejemplo, en el caso de las verduras, que se esfuman al cocerlas en agua, se conservarán intactas al igual que ocurrirá con el resto de sus nutrientes.
- Los alimentos serán aprovechados al máximo con esta forma de cocción.
- Al no cocinar con aceites, no estaremos añadiendo a la cocción grasas de mala calidad, que al ser calentadas se transforman en el caso de los fritos. Además, tampoco estamos introduciendo toxinas en nuestro organismo, originadas en el caso de los fritos al aumentar la temperatura, alterando bruscamente el estado del aceite.
- Es una forma de cocinar con bajo poder calórico, prescindiendo de las grasas de mala calidad. Como consecuencia, la digestión de los alimentos será más rápida, sintiéndonos menos hinchados y pesados.
Cocinar tajine es sinónimo de guiso jugoso, tierno y con un sabor espectacular. En este caso, la receta de tajine con pollo, limones confitados y aceitunas es un clásico de la cocina marroquí. En esta elaboración hay un ingrediente especial, que debemos preparar con bastante antelación (un par de semanas antes) y es el limón confitado. Si no disponéis de él, podéis añadir un limón natural cortado en trozos, pero os recomiendo que alguna vez probéis a confitarlos, porque el sabor y el aroma que proporcionan al plato son muy, muy especiales. Lo suyo es cocinar esta receta en un tajine, que puede ser de barro cocido si disponéis de cocina de gas o de cerámica, de hierro fundido o de silicona si tenéis vitro o inducción. Por supuesto, si no disponéis de ninguna de ellas, podéis preparar el tajine en una cazuela convencional, con tapa.
1 pollo troceado
1 limón confitado
1 litro caldo pollo
1 cebolla
2 dientes ajo
200 gramos aceitunas
100 gramos almendras crudas
1 calabacín
Un trozo jengibre
Unas hebras azafrán
Perejil fresco
Cilantro fresco
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
Semillas de sésamo
Semillas de sésamo
PREPARACIÓN:
- Para confitar el limón, cortar un limón en 4 trozos y añadirle abundante sal para que penetre bien en el cítrico. En un bote de cristal, guardarlo herméticamente con la sal durante un par de semanas, a temperatura ambiente.
- Para preparar el tajine, en una sartén caliente, con un buen fondo de aceite, freír las almendras crudas y sin piel. Cuando estén templadas, machacarlas en el mortero. Reservar.
- Lavar, pelar y picar todas las verduras (ajos, cebolla, cilantro y perejil). El calabacín debe lavarse y cortarse en trozos (incluyendo la piel).
- Para preparar el tajine, calentar el recipiente en el fuego y añadir un chorrito de aceite. Salpimentar los trozos de pollo y sellarlos a fuego fuerte hasta que estén dorados. Reservar en una fuente.
- En el mismo aceite, comenzar a pochar los ajos y la cebolla. Cuando esté el sofrito, añadir jengibre rallado (al gusto), el cilantro y el perejil picados, las hebras de azafrán e incorporar de nuevo los trozos de pollo.
- Incorporar también al tajine las aceitunas, los trozos del limón confitado y el majado de almendras. Rehogar un poco el pollo hasta que se integre bien con todos los ingredientes.
- Por último, añadir suficiente caldo de pollo (previamente calentado en el microondas) como para cubrir todo el guiso y a fuego lento, con la tapa puesta, dejar cocinar por espacio de unos 30-35’ aproximadamente.
- Como 10’ antes de que se termine de hacer, añadir los trozos de calabacín.
- Servir caliente, espolvoreado con unas semillas de sésamo por encima.
Cómo me gusta la comida marroquí! Paula
ResponderEliminarEs muy sano cocinar al vapor. Me parece muy interesante la forma de cocción que tiene el tajine. Siempre me pregunté x q tenía esa forma. Maite
ResponderEliminarMe encanta lo del limón confitado. Voy a probarlo sin dudarlo xq le da un sabor muy rico al pollo. María
ResponderEliminarEn Marruecos compre una tabla de hierro que se pone sobre la vitro y así puedes cocinar con el tajine de barro. Muy práctico. Que rica receta. Ana L.
ResponderEliminarEl tajine es uno de mis platos favoritos. Lo he probado con limón confitado y es una auténtica delicia. No sabía que era tan facil de confitar. Receta estupenda! Tere
ResponderEliminarCocinas como la india, japonesa, marroquí o peruana forman ya parte de nuestro día a día. A mí personalmente me encanta. Del tajine solo puedo decir que está buenísimo. Eva
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. De vez en cuando está muy bien cocinar platos de otras culturas para conocer otros sabores y otra forma de combinar los alimentos. El tajine es un plato muy saludable y muy completo.
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