COMENZAR EL AÑO CON BUEN PIE. ¡Feliz Año Nuevo! Ya llegó el 2016. Supongo que hoy tendréis una lista de proyectos en mente que deseáis cumplir a lo largo de este nuevo año. También un montón de buenos propósitos, que son los mismos que os prometéis año tras año y que, dicho sea de paso, no solemos cumplir “casi” nunca, como comenzar y terminar el año yendo al gimnasio, dejar de fumar, no trabajar tanto, tener más paciencia con los niños… Lo cierto es que, entre unas cosas y otras, el comienzo de un nuevo año garantiza mirar los meses que vienen por delante con un extra de ilusión, con la energía y el valor suficiente para afrontar nuevos retos y con la esperanza de que todo vaya muy bien.
He de reconocer que soy un pelín supersticiosa.
Lo justo. Sin exagerar. No me gusta celebrar los cumpleaños antes de tiempo (da
mala suerte), ni entregar regalos de Navidad anticipadamente (también da mala
suerte). Los míos deben soplar las velas el día de su cumple sí o sí, allá
donde estén (un año de mala suerte si no lo hacen). Me gusta entrar en el nuevo
año con el pie derecho e introducir algo de oro en la copa de champán justo
antes de brindar en Fin de Año (otro año de mala suerte si no lo hago). Y así. Supongo
que este tipo de “creencias sin ningún
fundamento” me vienen de esa sangre medio andaluza que corre por mis venas,
pero como no me gusta tentar a la suerte y después de todo no cuesta nada
seguir estas "sencillas" reglas para evitar el mal fario, yo las cumplo a rajatabla.
Lógicamente, los míos se ríen de mis absurdas supersticiones, pero creo que “por si las moscas” cumplen también con ellas si estamos juntos, participando al final del juego supersticioso
al igual que yo.
Supersticiones aparte, me parece
interesante descubrir la simbología fetichista que existe con determinados
productos y alimentos en otras culturas. “Tradiciones
supersticiosas”, por supuesto, pero al fin y al cabo tradiciones, que pueden inspirarnos
para preparar estos días algunos platos interesantes.
- El cerdo, animal de la buena suerte por excelencia. En culturas como la china, la coreana o la alemana, el cerdo se considera un animal que atrae la buena fortuna. Se cree que se debe a su gruesa constitución, que simboliza la riqueza y el avanzar siempre hacia delante, nunca volviendo la vista atrás.
- Lentejas y alubias. Numerosos países tienen como costumbre comenzar el año preparando un buen guiso de legumbres, consideradas como símbolo de la buena suerte. Simbolizan también la riqueza, al asemejarse a montones de monedas. Lentejas, judías blancas o alubias negras son algunos de los ricos platos que podéis preparar.
- Pescados cocinados enteros. Como la dorada, la lubina o el besugo. Sus escamas recuerdan al dinero, simbolizan el progreso porque los peces nadan siempre hacia adelante y viven rodeados de otras especies, lo que se relaciona con la prosperidad. La clave para que de buena suerte está en preparar el pescado entero, con cola y cabeza incluidas, por lo que se hace imprescindible cocinar este tipo de pescado al horno o a la sal.
- Alimentos redondos, símbolo de fortuna. El círculo es una figura geométrica de gran relevancia en algunas culturas por aquello de que se relaciona con lo eterno, con procesos que empiezan y terminan, ya que la línea que sigue el circulo siempre termina donde empieza. El círculo simboliza el final de una etapa para dar paso al comienzo de una nueva. Existen muchos alimentos con forma circular. Las más típicas tienen que ver con la repostería. Por eso, en estos días podemos elaborar rosquillas, donuts, bagels…
- Pasta para una vida larga. Los fideos, spaguettis o noodles se relacionan con la longevidad. Como la línea de la vida se supone que marca nuestro destino, es importante potenciar una existencia larga y longeva, consiguiéndolo con un buen plato de pasta. Para que produzca su efecto, debemos procurar no cortar la pasta a la hora de comerla.
- Color verde, símbolo de la fortuna. Los alimentos verdes simbolizan fortuna. Se suelen identificar con el color del dinero. Lo mejor es optar por alimentos como las coles y vegetales que contienen multitud de hojas, ya que la relación con billetes es todavía mayor.
Trébol de cuatro hojas que dan suerte |
En Italia y cada vez más en
nuestro país, comer un plato de lentejas el Día de Año Nuevo simboliza fortuna
y prosperidad. Cuanto más grande sea el plato de legumbres, más abundancia,
riqueza y dinero nos traerá el próximo año. Creamos o no en las supersticiones,
nunca está de más tratar de atraer la fortuna, ¿no creéis? Con esa intención os traigo una receta muy tradicional y muy utilizada en nuestro país: lentejas guisadas con arroz. Y como dice el refrán: “Lentejas,
comida de viejas, si quieres las comes y si no las dejas”.
El guiso de lentejas permite incluir cualquier variante de carne de cerdo que os guste. Manitas, oreja, chorizo, morcilla, panceta, huesos de jamón… A mí me gustan las lentejas sencillas, con algunas verduras y una punta de jamón, un trozo de panceta y un buen chorizo. Pero como siempre os digo, para gustos están los colores. Una recomendación: como suelo cocinarlas en una cazuela a fuego lento, no suelo ponerlas en remojo la noche anterior. Si decidís elaborarlas en olla rápida, os aconsejo que sí las pongáis en agua la víspera, para que así estén más tiernas y se cocinen más rápido.
INGREDIENTES (4 personas):
300 gramos lentejas pardinas
2 chorizos
1 buen trozo de panceta
1 hueso de jamón
½ cebolla
½ puerro
1 tomate
2 zanahorias
2 dientes ajo
½ pimiento verde
2 o 3 patatas
1 hoja laurel
1 cucharita pimentón dulce
Sal
Aceite de oliva
Para el arroz blanco:
1 vaso de agua arroz
2 vasos y ½ agua
1 diente ajo
Sal
Aceite de oliva
- Lavar las lentejas con agua fría.
- En una cazuela a fuego medio, añadir las lentejas, e incorporar agua suficiente como para cubrirlas un par de dedos por encima (podréis añadir más agua CALIENTE posteriormente si hiciera falta). Añadir también los chorizos pinchados varias veces con un cuchillo para que no se rompan durante la cocción, el trozo de panceta entero, el hueso de jamón y la hoja de laurel. Esperar a que el agua comience a hervir y bajar el fuego al mínimo mientras las lentejas comienzan a cocinarse.
- Lavar, pelar y picar las verduras (cebolla, puerro, ajos, una de las zanahorias y pimiento verde).
- Parar preparar el sofrito de verduras, calentar una sartén a fuego medio, echar un chorrito de aceite y comenzar a sofreír las verduras. Cuando estén blanditas apartar la sartén del fuego y añadir una cucharadita de pimentón dulce, removiendo para que no se queme. Triturar las verduras con ayuda de la batidora y añadir a la cazuela de lentejas.
- Remover un poco el guiso y dejar cocinar a fuego medio/bajo por espacio de unos 50-60’. Si notarais que le falta líquido, añadir un poco de agua muy caliente (que podéis calentar en el microondas) para que no se corte la cocción.
- Lavar, pelar y trocear la otra zanahoria. Hacer lo mismo con las patatas.
- Por último, a mitad de cocción (transcurridos unos 30'), probar las lentejas. Como todavía les quedará un poquito para estar tiernas, añadir las patatas chascadas y la zanahoria. Dejar cocinar hasta que estén tiernas.
- Para preparar el arroz blanco, pelar y trocear el ajo. En un cazo, añadir un chorrito de aceite y a fuego medio, incorporar el ajo. Una vez dorado, añadir el arroz y sofreír un poco para que pierda parte de su almidón. Añadir el doble de agua más un poco más y dejar cocinar a fuego lento, tapado, hasta que se evapore todo el agua. Reservar.
- Antes de emplatar, desechar la punta de jamón y cortar los chorizos y la panceta en trozos.
- Servir las lentejas guisadas calientes, acompañadas de un trozo de chorizo y/o panceta, junto con una cucharada de arroz.
¡Salud! Que las disfrutéis...
En mi casa tb es tradición comer lentejas! Están riquísimas!! Ana L.
ResponderEliminarEn casa se comen las sobras de la noche anterior. No sabía que las lentejas eran tradicionales en Año Nuevo. A mi me encantan. Pilar
ResponderEliminarFeliz Año! Me encantan las legumbres. Yo les echo una oreja de cerdo. Luisa
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. El guiso de lentejas es un plato muy tradicional y utilizado en la gastronomía española. Un clásico!!
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