COQUINAS MALAGUEÑAS Y ENSALADA DE PIMIENTOS ROJOS ASADOS

MENÚ MALAGUEÑO. Que quede bien claro que hoy no he tenido nada que ver en la elección del menú. Es cierto que cuando a comencé a escribir El Especiero prometí que todas aquellas peticiones que me fueran llegando (en materia de gastronomía, se entiende) serían tomadas muy en cuenta. Y creo firmemente haberlo cumplido. Sin embargo, desde hace unas semanas, tengo una mosca cojonera a mi alrededor que reivindica que se le haga caso a su petición. Erre que erre. Y no es que no quiera publicarla. No es eso. Voy preparando y eligiendo las recetas con tiempo y entre la documentación y elaboración de cada post suelo tardar mi tiempo. Tengo previamente organizadas las recetas que voy a publicar cada semana y lógicamente, no me apetecía desbaratar lo que ya tenía preparado. Pero no ha podido ser. La insistencia del peticionario me ha obligado a cambiar de planes. La insistencia y por qué no decirlo también, la amenaza de incluir un comentario negativo en el blog dejando bien claro que El Especiero no cumple sus promesas me ha convencido. Si no quiero quedar mal con mis seguidores, me temo que debo acceder al soborno. Así que, ¡va por ti, mi amor! 

Faro de Málaga

Soy madrileña de nacimiento y malagueña de corazón. Lo tengo muy claro. Me encanta Madrid, lo juro, pero es ponerme a hablar de mi “Málaga querida” y se me olvida todo lo demás. No sé si será porque allí he pasado la mayor parte de mis vacaciones desde que era una niña y siento nostalgia de aquella zona, no sé si será porque el sol de Málaga me da vida y porque su maravilloso microclima no suele fallarme ni siquiera en invierno, o porque adoro su gastronomía y su olor tan característico a pescaíto frito que lo impregna todo, o también porque me gusta el carácter abierto, simpático, de chiste fácil de su gente y ese ritmo de vida relajado, lento, a su manera, que tanto les caracteriza… 

Lo cierto es que, por unas cosas u otras, porque Málaga lo tiene todo para hacerme feliz, siempre la llevo en el corazón. Cuando comencé a salir con mi chico y organizamos nuestra primera escapada juntos, lo tuve claro. Debía llevarle cuanto antes a disfrutar de mi paraíso particular, con la esperanza de que Málaga también le atrapara. He de decir que lo conseguí sin problemas. A día de hoy no sé si Málaga le gusta más a él o a mí. Sueño con vivir allí algún día; quizás cuando me jubile, quizás incluso antes. Pero mientras tanto, disfruto a tope de la Costa del Sol cada vez que tengo oportunidad de escaparme por unos días.

Playa de Marbella

Si por algo se caracterizan las playas de la Costa del Sol es por la existencia de animados chiringuitos a pie de playa. Antiguamente, estos restaurantes solían estar regentados por pescadores de la zona que faenaban de madrugada y vendían su pescaíto frito y mariscos recién sacados del mar. Lenguados, besugos, rodaballos, rosadas, gambas, cazón, coquinas, chanquetes, cigalas, sardinas... Actualmente, las cosas han cambiado debido, en su mayor parte, a las numerosas trabas que pone la Junta de Gobierno de Andalucía, el Ministerio de Medio Ambiente y el propio Gobierno Central con las licencias de apertura de este tipo de negocios por temas relacionados con las normas de Sanidad, las nuevas Leyes de Costas, las actualizaciones de las instalaciones a las normativas vigentes, etc, que hacen peligrar la presencia de los chiringuitos en las playas malagueñas, seña de identidad, sin ninguna duda, de Andalucía y reclamo importantísimo de su industria turística.


Si hay algo típico en los chiringuitos de Málaga y alrededores es la existencia, en la parte trasera del mismo, de una barca de madera cubierta de arena, donde se cocinan los famosos espetos de sardina, técnica culinaria que consiste en insertar las sardinas en unas cañas clavadas sobre la misma arena de la barca, con la intención de asar el pescado directamente al calor de las brasas de leña de olivo o encina (bellotero). Por supuesto, no os puedo cocinar unos espetos, más que nada porque ni tengo barca ni arena de playa en casa. Hoy os traigo dos sencillas recetas, que encontraréis en todos los chiringuitos de la Costa del Sol, muy típicas y fáciles de cocinar, elegidas por la mosca cojonera, en este caso mi chico, que tan solo deberéis acompañar con una buena barra de pan para mojar y un tinto de verano bien fresquito para que sea perfecto: ensalada de pimientos rojos asados y coquinas malagueñas, dos de sus platos preferidos del mundo mundial. ¡No exagero ni media! Si quieres verle feliz, basta con ponerle un plato repleto de coquinas delante, ¡se olvidará de cualquiera!

Espetos de sardinas y pescados

Las coquinas son unos moluscos bivaldos conocidas también con el nombre de tellina, caracterizadas por disponer de una concha que puede llegar a alcanzar los cuatro centímetros de largo, con forma ovalada y aplastada, un color gris blanquecino o marrón y características manchas de color rojizo. Es posible encontrarlas en parte del Atlántico Norte (rías gallegas) y en zonas del Mediterráneo (sobre todo en la Costa del Sol). No cuentan con un periodo especial de temporada, ya que es posible encontrarlas durante todo el año.

Tipos de coquinas

Desde un punto de vista nutricional, en las coquinas encontramos los mismos beneficios para el organismo que las almejas:

1. Son bajas en calorías (100 gramos aportan sólo un gramo de grasas y 82 calorías).
2. Son muy ricas en proteínas de buena calidad, aportando la mayoría de aminoácidos esenciales.
3. Son ricas en vitaminas, especialmente del grupo B, destacando la vitamina B9 o ácido fólico y también aportan minerales como hierro, potasio, selenio y calcio.
4. También aportan yodo, siendo un alimento útil para personas con hipotiroidismo.

Pimientos rojos asados

En cuanto a la ensalada de pimientos asados, basta con elegir unos buenos pimientos morrones rojos bien carnosos, duros y firmes al tacto, con un color brillante, la piel lisa y sin manchas ni golpes. Acordaros de que el tallo verde nos indicará la frescura del pimiento teniendo que tener un color vivo, textura firme y consistente.

  

Podéis encontrarlos en el mercado todo el año gracias a su cultivo en invernaderos, pero su mejor época será de verano a otoño. Si queréis echarle un vistazo a sus propiedades nutricionales o dejo el link del post donde hablé de los tipos de pimientos que se producían en España: VARIEDADES DE PIMIENTOS EN ESPAÑA. Os aconsejo que ya que os ponéis, preparéis una buena partida de pimientos asados, que podréis conservar (en su propio jugo) y guardar en la nevera durante más o menos una semana, sin problema alguno.

COQUINAS AL AJILLO

INGREDIENTES (4 personas):

1 kilo coquinas depuradas

8-9 dientes ajo

1 limón

1 chorro de vino blanco seco (Fino)

Sal

PREPARACIÓN:

• En primer lugar, es fundamental que las coquinas estén limpias de arena antes de cocinarlas, porque una coquina con restos de arena puede arruinarnos el plato. Lo mejor es consultar en la pescadería cuando vayamos a comprarlas. Actualmente, se pueden encontrar ya depuradas y con sumergirlas en agua fría media hora antes de cocinarlas es suficiente. Pero no siempre es así. En Andalucía dicen que para limpiar las coquinas basta con meterlas en agua de mar durante unas horas para que queden limpias pero claro, en Madrid el mar todavía nos cae un poco lejos, así que otras formas que os propongo para quitarles la dichosa arena es o bien sumergirlas en agua fría con un buen puñado de sal o hacer lo mismo, pero sustituyendo la sal por un chorrito de vinagre. Una vez limpias, estarán listas para cocinar.
• Pelar los ajos y filetearlos.
• En una sartén grande y a fuego fuerte, echar un buen chorreón de aceite de oliva que cubra la base de la misma e incorporar los ajos para que vayan dorándose.
• A continuación, y siempre con el fuego fuerte, echar las coquinas a la sartén, añadir un poquito de sal y en seguida, un chorrito de vino blanco. Remover un poco las coquinas con una cuchara.
• Tapar la sartén y dejar cocinar durante SÓLO UN PAR DE MINUTOS (se hacen en un momento) y cuando estén la mayoría de coquinas abiertas (puede quedar alguna cerrada) echar directamente (con jugo y todo) sobre una fuente. 
• CONSEJO: Es preferible que quede alguna coquina cerrada a dejar que se pasen demasiado.
• Servir enseguida, con un limón exprimido por encima.

PIMIENTOS  ROJOS ASADOS

INGREDIENTES:

1 kilo pimientos rojos

6-8 dientes ajo
1 cebolleta

Sal

Para el aliño:

Aceite de oliva

Sal

Vinagre de vino o de ajo

PREPARACIÓN:

• Precalentar el horno a 180 grados con calor arriba y abajo.
• Lavar muy bien los pimientos y secar con un papel secante de cocina.
• Pelar los ajos y darles un golpe para que se rompan.
• En una bandeja de horno, incorporar los pimientos y los ajos enteros, a los que añadiremos un poco de sal y un chorrito de aceite de oliva por encima.
• Asar en el horno unos 45', hasta que los pimientos estén blanditos y con la piel un poco quemada por encima. A mitad de tiempo, abrir el horno y dar la vuelta a los pimientos, para que se asen de forma uniforme. 
• Una vez listos, sacar del horno y dejar atemperar.
• Pelar los pimientos con las manos, quitándoles los restos de piel, el tallo, las pepitas y cortándolos en tiras.
• Lavar, pelar y cortar en rodajas la cebolleta.
• Aliñar la parte de los pimientos asados que vamos a utilizar en el momento con un poco del jugo que han soltado, un pellizco de sal, un chorrito de vinagre y aceite de oliva. El resto, junto con el jugo que quede y los ajos, meterlos en un bote bien cerrado, que guardaremos en el frigorífico.
• Para emplatar, servir los pimientos asados aliñados en el fondo del plato y añadir unas rodajas de cebolleta por encima.

¡No os olvidéis de la barra de pan! Ya os adelanto que estos dos platos son de toma pan y moja.

Noçigyan (¡Buen provecho! en kurdo). Nos leemos el próximo viernes.

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