EL REDONDO DE MI SUEGRA. Tinita ha vivido lo suyo. Es una
mujer de mundo. Con carácter. Nació en Barcelona, pero vivió su infancia y
adolescencia entre Puerto Rico y Nueva York. Después regresó a España y se
instaló en Madrid donde conoció a su futuro marido, Jorge y donde años después
se casaría. Los negocios familiares les llevaron a vivir a caballo entre Argentina, Brasil, Chile y Portugal. Cómo podéis imaginar, haber
vivido en lugares tan diferentes y dispares le han proporcionado una amplia
cultura gastronómica y seguramente, Tinita puede decir que lo ha probado todo.
O casi todo.
Cuando me incorporé a esta familia y justo antes de conocerla, mi chico me advirtió: “tienes que probar el redondo de mi madre. Eso y los huevos rellenos son su especialidad”. No tardé en comprobarlo. Es tradición en la familia (ya lo hacía la abuela Guillermina también) que en Nochevieja, además de los aperitivos iniciales, del marisco y del clásico cordero asado, nunca falte en su mesa el redondo de ternera. Reconozco que le sale bordado. Así que dicho y hecho. Con la excusa de que su hijo no echara en falta el famoso redondo de mamá, unas navidades le pedí a Tinita que me enseñara su receta.
Redondo de ternera |
El secreto del redondo de Tinita
está en la salsa. Así de sencillo. Hasta entonces yo, una vez cocinada la
carne, trituraba las verduras y el líquido sobrante con la batidora, obteniendo
una especie de crema o puré oscuro que, a decir verdad, no tenía muy buena pinta.
Tinita me enseñó a utilizar un
aparato tan básico en la cocina como es el pasapurés.
El de toda la vida. El día que vi como preparaba su famosa receta, la
acompañábamos en la cocina Sandra, otra de sus nueras y yo. Mientras ella se
ocupaba de ir cocinando el redondo, nosotras le dábamos palique. En principio,
todo normal. Hasta que abrió la olla y sacó el redondo ya cocinado. En ese
momento recuerdo verla sacar aquél artilugio (que yo sólo había utilizado una o
dos veces en mi vida y ni siquiera recuerdo para qué), volcar la olla exprés e ir pasando, enérgicamente, las verduras y el caldo sobrante, dándole rápidas vueltas a la
manivela del cacharro, hasta no quedar ni resto de ellas. Entre risas, le
preguntamos: “Tinita, ¿no hubiera sido mejor
triturarlo todo de una vez?” Ella nos miró como si no tuviéramos ni
idea de qué hablábamos y lógicamente, siguió a lo suyo. La sorpresa vino cuando
nos enseñó la salsa definitiva. Era brillante, de un bonito color dorado oscuro y sobre todo, perfectamente ligada. Lo mejor vino cuando nos dio una
cucharita para que la probáramos. Las “pinches por un día” nos miramos y sólo
pudimos decir, ¡espectacular!
Pasapurés |
Este plato quedará muy completo
si lo acompañáis con arroz blanco, basmati o salvaje, con unas verduras al
vapor o incluso con un buen puré de patatas.
NOTA: Y ya que la cosa va de familia, permitidme que haga un
pequeño inciso y mande desde aquí un beso muy fuerte a mi suegro Jorge. Si
Tinita me da su permiso (seguro que sí), me gustaría dedicarle esta receta.
1 redondo de ternera (kilo y medio aprox.)
1 cebolla
1 puerro
2 zanahorias
1 pimiento rojo
1 tomate
2 ajos
1 hoja laurel
Aceite de oliva
Sal
Pimienta
1 pastilla caldo de carne
½ vaso agua de coñac
1 vaso agua
PREPARACIÓN:
- Para elaborar esta receta, utilizo la olla exprés o rápida.
- A fuego fuerte y cubriendo la olla con un buen chorro de aceite de oliva, salpimentar y sellar el redondo por todos lados. Cuando esté dorado, sacar y reservar.
- Bajando el fuego a la mitad, incorporar en la misma olla las verduras (cebolla, puerro, zanahorias, pimiento, tomate y ajos), previamente lavadas y troceadas. Echar una pizca de sal (para que la verdura suelte su agua y se vaya cociendo en el caldo resultante) y rehogar unos minutos.
- Una vez salteada, subir de nuevo el fuego, incorporar la carne a la olla y regar con el coñac. Dejar evaporar el alcohol unos segundos y echar el vaso de agua, hasta cubrir la pieza.
- Echar una hoja de laurel, la pastilla de caldo de carne y cerrar la olla.
- Dejar el fuego fuerte hasta que la olla “empiece a silbar” o el indicador de presión esté a punto y en ese momento bajar a fuego medio y cocinar el tiempo que aconseje el fabricante (en mi olla son 25’).
- Transcurrido el tiempo, abrir la olla, retirar el redondo (que habrá menguado bastante) y reservar en una fuente para que se vaya enfriando.
- Es el momento de preparar la salsa. Para ello, utilizaremos el pasapurés, pasando toda la verdura y caldo resultante. Puede ocurrir que tengáis que pasarla varias veces porque aún quedan restos de verduras. Hacedlo sin problema. El resultado será una salsa bastante oscura, con cuerpo. Si os queda un poco líquida no pasa nada. Para evaporar parte del líquido, poned la salsa en un cazo a hervir un rato a fuego lento y poco a poco, se irá espesando.
- Para emplatar, cortar la malla de hilo que recubre el redondo y filetear muy fino (cuando se haya enfriado del todo, porque si no se rompe) y servir acompañado de la salsa.
Ya me contaréis qué tal os ha ido. Seguro que más de un@ repite.
Smaaklike ete! (¡Buen provecho! en africano). Nos leemos el próximo viernes.
P.D.: Si os apetece escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!
Está bien esto de recuperar recetas de toda la vida, Patricia. Las tradiciones son muy importantes y comer lo que uno comía de pequeño es un gusto. Me gusta la receta de tu suegra! Paula
ResponderEliminarEl redondo es un acierto siempre. Puede comerse caliente, frío, en un sandwich con tomate y lechuga. A los niños les encanta y a mí también. Es cierto que yo no utilizo el pasapure. Quizás es el momento de pasarme por un chino y hacerme con uno. Si tanta es la diferencia, valdrá la pena.
ResponderEliminarEfectivamente el redondo es un clásico. Se hace de mil maneras distintas y siempre está buenisimo. Para mí lo importante es que la carne no quede seca. Tiene muy buena pinta, Patricia. Lo probaré seguro. Alicia M.
ResponderEliminarAlicia, tienes toda la razón. Una de las cosas más importantes del redondo es conseguir que la carne quede jugosa. El secreto? Creo que está en no cocinarla demasiado. Menos es más. Preferible que quede un poco más cruda, a dejarla pasada y muy seca. Gracias por tu recomendación.
EliminarMuy rica receta, Patricia. Me encantan las recetas caseras y esta es una de ellas. Estoy con tu suegra. El pasauprés es un invento! Lola
ResponderEliminarEs verdad que hay ciertas herramientas en la cocina que para mi son indispensables. El pasapure, el chino, el mortero... Quien no tiene estas cosas es que no le gusta cocinar. Sara
ResponderEliminarLo bueno de las recetas heredadas es que se tiene el éxito asegurado. Las abuelas y las madres siempre cocinan tan bien que si una tiene la suerte de cocinar algo que preparaban ellas, saldran bien seguro. Pilar
ResponderEliminarJajajaja Que gracia lo del pasapures. Menos mal que las abuelas siempre van a lo suyo y hacen lo que les da la gana. Que haríamos sin ellas. Si tu suegra dice que así es como hay que hacer el redondo, así lo haremos. Vaya a ser que se enfade! Paloma
ResponderEliminarVoy a desmitificar lo del pasapurés. Con la batidora se llena la salsa de aire, cosa que no pasa con el pasapurés. Pero si después le das un hervor, vuelve a perderlo y te queda igual.
ResponderEliminarLa razón de utilizar el pasapurés no es tanto por el sabor. Si los ingredientes son de calidad y la cocción ha sido buena, en principio daría igual licuar la salsa con batidora o pasapurés. Creo que es más una razón estética y de textura. Es cierto que, como tu dices, con batidora la salsa se llena de aire, pero no solo eso. La batidora tritura, pero no deshace los pellejos, por ejemplo, del pimiento o del tomate y además, estarás conmigo en que batiéndola, la salsa pierde su color original. Que quede claro que la salsa de cualquier guiso puede triturarse con batidora sin problemas, como tu aconsejas. Pero para una presentación especial yo utilizaría el pasapurés. Por supuesto, para gustos están los colores... Muchas gracias por tu observación y también por tu comentario.
EliminarQue gracia tienes contando las cosas, Patricia. Por supuesto, no me pierdo el redondo de tu suegra. Con pasapures y todo. Ana L.
ResponderEliminarMuy instructiva la publicación de hoy, Patricia. Es verdad que el pasapurés no lo tiene todo el mundo. Tendré que hacerme con uno ya! Un guiso sin una buena salsa, no es guiso ni es ná. Tendremos que aplicarnos el cuento. Emilio
ResponderEliminarMe gusta el redondo. Más frio que caliente. De un día para otro está buenisimo. Yo le añado champiñones o setas al guiso y queda muy rico. Nuria
ResponderEliminarMe gusta tu recomendación. Añadirle a la salsa unos champis o setas puede quedar muy bueno. Lo probaré la próxima vez. Gracias por tu consejo, Nuria.
EliminarQué rico! Unos buenos filetes de redondo y un puré de patatas no tienen precio. Clara
ResponderEliminarMuchas gracias a tod@s por vuestros comentarios. Ya me contaréis como os ha salido vuestro redondo de ternera!!
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