POTAJE DE GARBANZOS, ESPINACAS Y BACALAO

SEMANA SANTA (PARTE 1). Advierto. Hoy vengo pelín religiosa. Se acerca la Semana Santa y lo cierto es que seamos creyentes o no, éstas son unas de las fiestas más importantes del calendario. Actualmente, el país se debate entre ser un Estado aconfesional (según el artículo 16.3 de la Constitución se establece que el Estado no se adhiere y no reconoce como oficial ninguna religión en concreto, aunque pueda tener acuerdos colaborativos con ciertas instituciones religiosas) o un Estado laico o secular (neutral en materia de religión, por lo que no ejerce apoyo ni oposición explícita o implícita a ninguna organización o confesión religiosa). Pero seamos lo que seamos, sintamos o no el cristianismo, la tradición española invita a vivir la Semana Santa con mucho fervor en sus ciudades, no sólo representada a través de las numerosas procesiones y de las evidentes muestras de religiosidad popular, sino también simbolizada a través de la gastronomía.

Hornazo de Salamanca

Para los cristianos, la Semana Santa representa la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Da comienzo el Domingo de Ramos, finaliza el Domingo de Resurrección y va precedida por la Cuaresma. 

Mona de Pascua

No sólo la Iglesia Católica, también la Ortodoxa, Anglicana y buena parte de las protestantes celebran la Cuaresma, tiempo litúrgico destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua y cuya práctica obliga al ayuno y a la abstinencia de ingesta de carne todos los viernes desde el Miércoles de Ceniza hasta después de la Misa de Jueves Santo. Estas imposiciones dan lugar a la aparición de un tipo de gastronomía diferente, basada en la austeridad de sus productos donde los pescados, verduras, legumbres y dulces toman un especial protagonismo. Este tipo de platos se caracterizan por su capacidad de saciamiento y su finalidad es evitar la tentación del consumo de carne. Algunos platos típicos en época de Semana Santa son el potaje de vigilia, las sopas de ajos, el hornazo de Salamanca, la longaniza de Pascua en Valencia, las escabechadas con bacalao y huevo en Extremadura, las torrijas, los pestiños, la mona de Pascua, los roscos de Semana Santa…

Lomos de bacalao

Por eso, y como homenaje a la Semana Santa os voy a preparar el clásico potaje de vigilia, un guiso que tradicionalmente se ha servido los viernes de Cuaresma. Los ingredientes base de este plato son el bacalao en salazón, fuente de aporte proteínico, que debe ponerse en remojo un día antes (aunque actualmente, podéis encontrar bacalao desalado listo para cocinar), los garbanzos, un manojo de espinacas y los aderezos propios del guiso. ¿Vamos con ello? 

INGREDIENTES (4 personas):

500 gramos garbanzos

300 gramos bacalao desalado

200 gramos espinacas

2 cebollas

1 puerro

1 tomate

2 dientes ajo
Perejil picado

2 huevos duros

2 rebanadas de pan

Aceite de oliva

Sal

PREPARACIÓN:

• La noche anterior, poner en remojo los garbanzos, en agua templada con un poco de sal.
• Seguir las indicaciones del fabricante acerca del desalado del bacalao. Yo suelo comprarlo ya desalado y en migas, aunque también puede usarse en lomos.
• El primer paso es cocer los garbanzos. Yo utilizo la olla rápida. A fuego alto, cubrir los garbanzos con dos dedos por encima de agua tibia. Incorporar el puerro, una cebolla y el tomate previamente lavados y cortados en trozos, añadir un poco de sal y cerrar la olla. Mantener la temperatura alta hasta que “empiece a silbar” o el indicador de presión esté a punto y en ese momento bajar a fuego medio y cocinar el tiempo que aconseje el fabricante (en mi olla son 20'). Si lo hacéis en una cazuela, seguir los mismos pasos, dejando cocinar los garbanzos a fuego medio durante hora y media aproximadamente, hasta que estén tiernos. Una vez hechos, reservamos.
• Cocemos los huevos en agua hirviendo durante 10’. Refrescamos en agua fría para cortar la cocción y pelamos. Reservamos.
• Las espinacas las cocinamos en un cazo con agua hirviendo y sal unos 5’. Yo suelo hacerlo en el microondas introduciendo las espinacas en un bol humedecidas con un poquito de agua, tapándolas con papel film de plástico y pinchando con un tenedor para que salga el vapor durante un par de minutos. Una vez hechas, escurrir hasta que pierdan toda el agua.
• Una vez transcurrido el tiempo de cocción de los garbanzos (tanto en la olla exprés como en la cazuela) sacamos la verduras con las que se han cocinado (el puerro, la cebolla y el tomate) y ponemos a calentar la cazuela de nuevo a fuego medio-bajo.
• En una sartén aparte, echamos un poco de aceite de oliva y pochamos la cebolla, previamente pelada, lavada y picada muy pequeña. Añadimos las espinacas cortadas también y el bacalao en migas, rehogando durante unos minutos (no lo dejéis mucho tiempo porque el bacalao va a terminar de cocinarse en el guiso), e incorporamos a la olla de garbanzos. Rectificamos de sal si hiciera falta.
• En otra sartén con un poco de aceite, se fríen los dientes de ajo enteros junto con las rebanadas de pan. Una vez dorados, introducimos en el vaso de la batidora y trituramos, junto con las yemas de los huevos duros y el perejil picado (añadiendo un poco del caldo de los garbanzos). El resultado lo incorporamos al guiso.
• Dejamos cocinar a fuego lento unos 15’ más, para que se unan todos los sabores.
• Emplatar, con la clara del huevo picadita por encima si os gusta.

!Pofta buna! (¡Buen provecho! en rumano). Nos leemos el próximo miércoles.

Que disfrutéis de la Semana Santa...

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