FRUTA DE TEMPORADA. He hecho un sondeo. Sí, como en política. Y
siento decir que el higo no es la fruta más consumida entre mis encuestad@s. Y
eso que seguramente ni siquiera son conscientes de un pequeño secreto
que yo me sé con respecto a esta fruta, que ya os adelanto que cuando revele
hará que más de un@ tache la palabra higo hasta de su vocabulario. Sin embargo,
a sabiendas de que seguramente casi nadie sea todavía consciente de él, no llego
a entender la razón de por qué esta fruta no tiene
demasiados adeptos. Unos dicen que les da cierto repelús su textura crujiente
en la boca, otros que les resulta una fruta demasiado pegajosa al tacto y otros
se escudan en que no la comen porque tiene un alto valor calórico. Yo, para no
variar, vengo con la misión de haceros cambiar de opinión porque además de que el higo es una fruta que
me apasiona tengo que deciros que es súper sana.
Diferentes variedades de higos |
Antes de revelaros el dichoso secretito
os diré que higo y breva no son la misma
cosa, por mucho que algun@s sigan pensando que sí. Partimos de la base de
que higos y brevas son diferentes aunque visualmente se parezcan bastante y que
ambos son el fruto de una misma especie, biológicamente
hablando. Para que nos entendamos, las
brevas son el “falso” fruto de las higueras denominadas bíferas, es decir, con
dos cosechas al año: por un lado encontramos la cosecha de junio-julio que se
caracteriza por la presencia del fruto de las brevas y por otro, la de
agosto-septiembre en la que los higos son los protagonistas.
Os preguntaréis, ¿un mismo árbol,
dos frutos diferentes? ¿Esto cómo se come? Pues así es. Las brevas son aquellos
frutos de la temporada anterior (o denominados higos en potencia), que no
habiendo llegado a madurar se mantienen en un estado de latencia hasta la llegada
de los primeros calores de la temporada siguiente. No llego a entender por qué,
pero lo cierto es que la breva suele ser más apreciada que el higo, quizás
porque su tamaño es mayor o quizás también porque su llegada se produce antes
que la del higo, siendo la breva el sabroso anticipo de lo que está por llegar.
Sea como fuere, la breva tiene un sabor menos dulce que el higo, aunque su
carne es mucho más prieta.
Cesta de brevas |
Y ahora, ¡vamos con el secretito!
Los higos no son frutas técnicamente,
más bien son flores invertidas. Es decir, sus flores florecen dentro de
una vaina con forma de pera que más adelante madura hasta convertirse en el
higo que después nos comemos. Cada flor produce un único fruto llamado “aquenio” de cáscara dura que contiene
una sola semilla; sin embargo el higo está formado por múltiples aquenios, que
son los que le proporcionan esa textura crujiente. Cuando nos comemos un higo
nos estamos comiendo cientos de frutos. Pero ahora viene lo sorprendente.
Como las flores del higo florecen internamente, necesitan de un proceso de
polinización especial, ya que no pueden depender de que el viento o las avispas en este caso hagan llegar el polen y aquí es donde entra el protagonismo de las
avispas en este tipo de fruto. La cuestión es que el higo no podría sobrevivir
sin que estos insectos transportaran su material genético y las avispas tampoco
podrían vivir sin los higos porque depositan sus larvas en el interior de la
fruta. Esta relación se conoce como “simbiosis”.
El proceso de simbiosis es el siguiente. La avispa hembra se
mete en el higo masculino (que no se come) para poner huevos. Las alas y las
antenas de estas avispas se rompen al introducirse en el higo, por lo que una
vez que entran no tienen manera de salir. Esto significa que son las crías de
avispa las que continúan con el ciclo. Las crías de avispa macho nacen sin alas
porque su única función es procrear con las crías de avispa hembra (con sus
hermanas). Es función de las crías hembras hacer un túnel para salir del higo y
así poder llevar consigo el polen hasta los higos femeninos, que son los que sí
se comen.
¡Qué nadie se asuste! Este proceso no significa que la textura crujiente del higo se deba a que contiene cientos de cadáveres de avispas, sino que los higos producen una enzima llamada “ficina” que sirve para descomponer el cuerpo de la avispa y transformarlo en proteínas, así que a pesar de lo que os he contado (un poco desagradable, por cierto) podéis y debéis disfrutar de los higos y brevas con toda la tranquilidad del mundo porque además de ser frutas muy dulces y sabrosas, tienen importantes beneficios nutricionales:
- Ayudan a reducir la presión arterial, por su alto contenido en potasio.
- Combaten la obesidad. Aunque son bastantes calóricos, 100 gramos de higos contienen unas 80 calorías (cantidad similar a la que proporcionan los plátanos y las uvas, por ejemplo), contienen azúcares naturales que ejercen un poder saciante en el organismo, facilitando además los procesos de digestión.
- Incrementan los niveles de energía, gracias a su contenido en azúcares naturales, además de mejorar el estado de ánimo.
- Previenen el cáncer. Su alto contenido en antioxidantes, vitaminas y minerales lo convierten en un alimento capaz de combatir la acción de los radicales libres y de paso, prevenir el cáncer de mama y colon.
- Controlan los niveles de colesterol. Contienen importantes cantidades de fibras solubles que son fácilmente absorbidas por el organismo. La más importante es la pectina, que contribuye a reducir los niveles de colesterol malo (LDL) en sangre.
- Protegen contra la degeneración macular, trastorno ocular que destruye lentamente la visión central y aguda, lo que dificulta la lectura y la visualización de detalles finos. Esto suele ocurrir en personas con más de 60 años.
- Reducen el riesgo de problemas cardiovasculares, por su alto contenido en Omega 3 y 6.
- Ayudan a prevenir la diabetes. A pesar de ser un alimento que contiene azúcares naturales, este fruto reduce la necesidad de insulina.
- Previenen la anemia. El color profundo del fruto se debe en gran parte a su alto contenido en hierro, componente esencial en el tratamiento de esta enfermedad.
Hoy os traigo una sencilla tarta de higos y almendras que puede
resultar un postre perfecto en cualquier ocasión especial. Puede servirse
acompañada de una bola de helado de vainilla o turrón.
¿Nos ponemos con ello?
¿Nos ponemos con ello?
INGREDIENTES:
60 gramos mantequilla
derretida
200 gramos almendras crudas + unas cuantas para decorar
55 gramos azúcar blanquilla + un poco para decorar
30 gramos harina repostería
5 gramos levadura tipo Royal
Canela molida (al gusto)
Una pizca de sal
3 huevos
30 ml. miel
2,5 ml. extracto de almendras (opcional)
6-8 higos maduros
- Precalentar el horno a 180 grados.
- Engrasar el molde con un poco de mantequilla y harina para que la tarta no se pegue.
- En una picadora, añadir las almendras crudas y triturarlas. A continuación, añadir el azúcar, la levadura, un poco de canela, una pizca de sal y seguir triturando hasta que se integren todos los ingredientes.
- En un bol grande, añadir los huevos, la mantequilla derretida durante unos segundos en el microondas, la miel, el extracto de almendras (opcional) y batir con unas varillas. Incorporar la almendra triturada y mezclar bien. Cuando esté listo, añadir la masa en el molde engrasado.
- Lavar y cortar los higos en láminas finas (con piel) y disponerlos encima de la masa. Espolvorear con un poco de azúcar por encima y añadir unas almendras para decorar.
- Introducir en el horno durante unos 35-40’ aproximadamente, hasta que al pinchar un palillo en el centro de la masa éste salga limpio.
- Dejar enfriar un poco antes de desmoldar o servir directamente en el molde.
¡Salud! Que la disfrutéis...
Jajaja!! Hoy me has dado el día. Me encantan los higos pero no sabiatel secreto. Da igual!! La tarta tiene que estae buenisima. Pilar
ResponderEliminarBuena pinta!!! Con y sin secreto. Hay veces que es mejor no saber ciertas cosas... almu
ResponderEliminarAl contrario! Creo que es muy interesante saber y conocer que es lo que comemos. La receta me parece perfecta. Lucía
ResponderEliminarMuerta me he quedado!! Con lo que me gustan los higos. Eloísa
ResponderEliminarEso tiene una pinta estupenda. Frutas y frutos secos juntos es una estupenda combinación. Sabía del "secreto". Ya me llevé el susto hace tiempo. Aún así sigo comiendolos porque están súper ricos. Alba
ResponderEliminarConocía el proceso de polinizacion de los higos y aún así me sigue gustando esta fruta. La tarta tiene una pinta increíble! Ana L.
ResponderEliminarMira que las cosas que nos cuentas. Aunque reconozco que me estás descubriendo muchas cosas nuevas en cocina. La receta, perfecta. Tengo ganas de probarla. Raquel
ResponderEliminarRiquísima receta!! Soy una enamorada de los higos... Maite
ResponderEliminarQue buena pinta! Patricia
ResponderEliminarQué de cosas nos enseñas, hija... Pues a mí me da igual. Voy a seguir comiendo higos de todas formas. Qué rica tarta!! Paula
ResponderEliminarQue fullll! No sabía nada de lo de los higos. Impresionada estoy. Esa tarta de higos es súper buena idea. Nuria
ResponderEliminarJajajajajaja!! Sabía que habría revuelo con el origen de los higos. Yo también aluciné cuando lo leí. No dejéis que os influya!! Lo importante es que los higos están buenísimos y que esta tarta es una auténtica delicia. No os la perdáis!! Muchas gracias por vuestros comentarios.
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