Pero claro, con la llegada de la
rutina, la vuelta al cole y al trabajo, la organización de la casa en general, solemos echar mano de las cuentas y es en este momento cuando somos plenamente conscientes del roto que ha supuesto en nuestra
economía las dichosas Fiestas de Navidad. Llega la cuesta de enero, que a veces
dura hasta febrero e incluso llega hasta marzo. No queda otra. Durante unas semanas debemos apretarnos
el cinturón y tratar de reducir nuestros gastos para volver a nivelar nuestra
economía. Y debemos empezar por la cesta de la compra ¡Pero no nos agobiemos! Disponemos de un montón de platos muy sanos,
equilibrados y sobre todo muy ricos, que nos ayudarán a pasar la cuesta de
enero casi sin darnos cuenta, como la receta que os traigo hoy: Sopa
castellana, o más conocida como sopa de ajo.
La sopa de ajo es un tipo de sopa
típicamente castellano y leonesa que contiene fundamentalmente agua o caldo,
pan duro del día anterior, pimentón, laurel, ajo y un huevo escalfado. Se trata
de una sopa de origen muy humilde, siendo un almuerzo muy frecuente en muchos
pueblos y ciudades españolas. Antiguamente se desayunaba un café bebido al alba
y un par de horas después, para coger fuerzas, se almorzaban las sopas de ajo
con huevo, que se cocinaban con el calor del propio caldo. La sopa castellana es también típica en nuestro país en tiempos de Cuaresma, por aquello de que algunas variedades no incluyen
carne.
Como curiosidad os diré que el dramaturgo Ricardo de la Vega, hizo un poema dedicado a las siete
virtudes la sopa castellana o de ajo: “Siete virtudes
tienen las sopas. Quitan el hambre y dan sed poca. Hacen dormir y digerir. Nunca
enfadan y siempre agradan. Y crían la cara colorada”.
El ingrediente que no puede
faltar en una buena sopa castellana es el pimentón, a poder ser de la Vera,
producto español con Denominación de Origen, resultante de la molienda de
pimientos rojos de las variedades Ocales, Jaranda, Jariza, Jeromín y Bola. Se
cultiva y elabora en la comarca de La Vera (Cáceres). Es un producto de sabor y
aroma ahumados, debido al proceso de secado de los pimientos al humo de encina.
Su coloración es roja con relativo brillo. Posee un gran poder colorante. El
sabor, aroma y color son estables, dado el lento proceso de deshidratación
empleado en su elaboración. Se distinguen 3 tipos de pimentón de la Vera:
- Dulce. Elaborado con la variedades Bola y Jaranda. Es poco picante porque para su elaboración se prescinde de los pedúnculos y cálices del pimiento.
- Agridulce. Elaborado con las variedades Jaranda y Jariza.
- Picante. Elaborado con la variedad Jeromín.
Algunas recomendaciones a la hora de utilizar el pimentón de la Vera
son:
- También es conocido como “pimienta española”.
- Resulta imprescindible en la elaboración de algunos embutidos, como el chorizo.
- No debe confundirse con la paprika, variedad del pimiento rojo y picante originario de Hungría que, una vez molido, constituye un condimentos similar.
- Cuando se incorpora en un sofrito como base de una guiso de patatas o carnes debe añadirse en el último momento y regar enseguida con líquido. Si se quema tiende a ponerse amargo.
- Queda espectacularmente rico espolvoreado en crudo sobre algunos alimentos como patatas cocidas, quesos, verduras cocidas, pulpo o lacón cocidos, etc.
La variedad de sopa castellana o sopa de ajos que voy a prepararos es
una receta de categoría. Aunque en principio puede parecer una sopa austera,
añadiéndole unos trozos de jamón ibérico y unos huevos escalfados conseguiremos
sin duda, una sopa impresionante. Esta receta es perfecta para entrar en calor
en días de mucho frío.
INGREDIENTES (4 personas):
1 litro y medio de caldo de pollo o agua
8 dientes
ajo
1 trozo pan
duro (250 gramos aprox.)
100 gramos
de jamón ibérico en una loncha
4 huevos
frescos
1
cucharadita pimentón
Sal
Pimienta
Aceite de
oliva
PREPARACIÓN:
- Pelar los ajos y cortarlos en rodajas. Hacer lo mismo con el pan duro.
- Cortar en cubitos el trozo de jamón ibérico.
- En una cazuela a fuego medio, calentar un buen chorro de aceite de oliva y añadir los ajos fileteados hasta que se doren. Retirarlos de la cazuela y reservar.
- Subir el fuego y cuando el aceite esté caliente ir añadiendo las rebanadas de pan y dejar que se tuesten por ambos lados, impregnándose bien con el aceite. Añadir los trozos de jamón y sofreír un minuto.
- A continuación, apartar la cazuela del fuego y añadir el pimentón. Remover con una cuchara de palo para que no se queme e inmediatamente después, añadir el caldo de pollo o el agua.
- Bajar el fuego a la mitad, añadir los ajos reservados y salpimentar al gusto.
- Dejar cocinar a fuego lento por espacio de unos 20’ aprox.
- Transcurrido el tiempo, rectificar de sal si hiciera falta.
- Por último, volver a subir el fuego para que el caldo hierva. En ese momento cascar los huevos y añadir uno a uno a la cazuela. El calor que desprende la sopa cuajará los huevos en muy poco tiempo.
- La sopa estará hecha cuando la clara del huevo esté blanca. Si preferís que la yema del huevo no esté líquida, dejar cocinar por espacio de 4-5’ más y listo.
- Servir muy caliente.
¡Salud! Que la disfrutéis...
Buenísima!!! Me encanta la receta de hoy. Raquel.
ResponderEliminarFeliz Año! Empezamos otro año con el especiero. Que rica receta. Perfecta xa la cuesta de enero. Que aqui hace un frío... Lourdes
ResponderEliminarMuy apropiada la sopa de ajo. Está riquísima y en tiempo de frío es lo mejor. Fácil, completa y muy sana. Lucía
ResponderEliminarMi abuela la hacía increíble. Hace tiempo que no la pruebo. Me apetece. Miriam
ResponderEliminarMi favorita en invierno. También se le puede añadir unos trocitos de panceta. Queda muy rica. Paz
ResponderEliminarLa "comida de pobres" es la más rica. Una buena sopa de ajo es lo más en invierno. Tere
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. La sopa castellana es muy famosa en nuestro país y cuenta con numerosas variedades diferentes. No os perdáis esta receta! Os chaparéis los dedos!
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