martes, 22 de diciembre de 2015

FLAN DE CAFÉ

YA ESTÁ AQUÍ. Ya llegó la Navidad. Se ve, se huele y se siente. Ya están las calles llenas de luces, de gente, suenan villancicos por aquí y por allá, hay árboles de Navidad esparcidos por toda la ciudad, nos llegan felicitaciones navideñas con un montón de buenos deseos y en un tris nos reuniremos con familia y amigos para celebrar las fiestas más esperadas del año. Hoy es Día de Lotería de Navidad, de esperanza, de ilusión. El espíritu de la Navidad nos invade e incita a obsequiar con regalos a los nuestros, a regalar sonrisas y abrazos y a decir “te quiero”. Es época de reconciliaciones, de esperanza, de contagiarnos de propósitos positivos, de ser más generosos… ¡Vivamos la Navidad!

“Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año” – Charles Dickens.


Es cierto que las cenas de Navidad suelen ser bastantes copiosas. Y es cierto también que a veces resulta difícil llegar al “momento postre” con espacio suficiente como para digerir un postre pesado, más cuando tras levantar el segundo plato, en seguida se plantan en la mesa unas bandejas hasta los topes de turrones y polvorones. Por eso, nunca está de más encontrar alternativas a algunos postres suaves, ligeros, a los que podemos añadir algún ingrediente especial con la intención de variar el sabor del postre de siempre y convertirlo en otro con un toque más especial. Y como el flan de huevo es una apuesta segura, hoy os traigo otra variedad, esta vez con sabor a café.



El ingrediente por excelencia en esta receta es el café, bebida que se obtiene a partir de semillas tostadas y molidas de los frutos de la planta de café. Es muy estimulante, contiene cafeína y se considera la bebida sin alcohol más socializadora que existe. La planta de café se cultiva sobre todo en países tropicales. Brasil concentra más de un tercio de la producción mundial. El árbol de café tiene su origen en la lejana Abisinia (actual Etiopía), en el oriente de África. Los datos arqueológicos afirman que el conocimiento del café no se produjo hasta el siglo XV. Una leyenda muy difundida sobre su origen es la de un pastor de Abisinia llamado Kaldi que observó el efecto tonificante y renovador de energía que unos pequeños frutos rojos ejercían en las cabras que los consumían en los montes. Este pastor decidió llevar unas muestras hasta un monasterio donde los monjes probaron el brebaje preparado por el pastor, logrando evitar que los monjes se quedaran dormidos en los oficios nocturnos.


Los cafetos son los arbustos de las regiones tropicales del género Coffea. Sus frutos son bayas rojas, brillantes y carnosas como las cerezas. El grano de café es la semilla de la planta, que se encuentra en el interior de la baya o cereza de café. Un cafeto necesita 3-4 años para producir frutos, alcanzando su mayor productividad a los 6-8 años. El café es consumido en gran medida no solo por su sabor, sino por sus efectos estimulantes, ya que contiene cafeína, un alcaloide que posee propiedades estimulantes en las personas. Por esta razón, suele consumirse en momentos en lo que uno quiere permanecer despierto y concentrado. El café contiene numerosos beneficios para el organismo:
  1. Estimula el sistema nervioso central, reduciendo la sensación de cansancio y fatiga. Ayuda a mantenerse alerta y mejora la concentración.
  2. Estimula el corazón. Aumenta la frecuencia cardíaca y la tensión arterial en forma temporaria.
  3. Reduce el riesgo de padecer demencia y Alzheimer. Su alto contenido en antioxidantes frena el estrés oxidativo de las neuronas, disminuyendo el riesgo de sufrir diabetes tipo II, patología que se sabe reduce la limpieza cerebral de la proteína tóxica beta amiloide. Además, aumenta la memoria a corto plazo y el cociente intelectual.
  4. Analgésico. Aumenta la eficacia de éstos, especialmente la de los medicamentos que actúan contra el dolor de cabeza.
  5. Antidiabético. Reduce hasta la mitad el riesgo de padecer diabetes tipo II.
  6. Antineoplásico. Algunos de los efectos beneficiosos se pueden restringir a un sexo. Se ha demostrado que reduce la aparición de cálculos biliares y enfermedades en la vesícula biliar en los hombres.
  7. Broncodilatador. La cafeína es químicamente muy similar a la teofilina, medicamento que se usa para tratar el asma y la bronquitis. Por ello, si sufres de asma, el consumo diario de café puede ayudar a aliviar algunos de los síntomas, pero no es un sustitutivo del medicamento.
  8. Laxante y diurético. Es un potente estimulante del peritaltismo (contracciones y relajaciones a lo largo del tubo digestivo y los uréteres) y en ocasiones, evita el estreñimiento. También es diurético, acción mediada por la cafeína y estimula la acidez gástrica.

Planta del café


Pero no todo va a ser bueno… El café también posee algunos inconvenientes:
  1. Genera una dependencia en el individuo que la consume y al privarlo de la ingesta  de esta bebida aparecen síntomas como irritabilidad, apatía, somnolencia, ansiedad, etc.
  2. La cafeína tiene la capacidad de transferirse de madre a hijo, por lo que durante el embarazo y la lactancia debe limitarse al máximo su consumo, ya que puede influir en el desarrollo normal del bebe.

Café recién recolectado


¡Vamos con la receta! Esta vez voy a utilizar moldes individuales para preparar el flan con el objetivo de poder emplatarlo individualmente, consiguiendo así una presentación más práctica y elegante.

INGREDIENTES:
Para el flan:
750 ml. leche entera
5 huevos XL
50 ml. café solo
8 cucharadas soperas azúcar
Unas gotas esencia de vainilla
Para el caramelo:
4 cucharadas soperas azúcar
Unas gotas agua
Para la decoración:
200 ml. nata montada
2 cucharadas soperas azúcar
Caramelo líquido



PREPARACIÓN:
  • Precalentar el horno a 200 grados. En una fuente refractaria (tienen que caber todas las flaneras), echar agua caliente hasta más o menos la mitad de la fuente (tened en cuenta que vais a tener que poner las flaneras en el agua) e introducir en el horno mientras preparamos el resto de la receta, para que el agua se mantenga muy caliente.
  • Preparar el caramelo. Para ello, en una sartén a fuego fuerte incorporar el azúcar y añadir unas gotitas de agua, para que ayuden en el proceso de caramelización. Dejarlo cocer un rato en el fuego, hasta observar que el caramelo va adquiriendo un ligero tono dorado (sin llegar a ser muy oscuro porque eso significaría que el caramelo se ha quemado y amargaría el postre en vez de endulzarlo). NOTA: ¡Cuidado con tocar el caramelo con los dedos! Las quemaduras son terribles! Una vez listo, verter el caramelo en las flaneras y extender moviendo un poquito los moldes para que llegue bien a todos lados.
  • Preparar una taza de café solo.
  • Mientras se enfría el caramelo, preparar el flan. Para ello, en un bol grande, batir bien los huevos junto al azúcar (hasta que el azúcar quede completamente disuelta), unas gotas de esencia de vainilla y añadir a continuación la leche y el café. Remover hasta que se integren bien todos los ingredientes.
  • Verter la mezcla en las flaneras e introducirlas en la fuente refractaria del horno y dejar hornear al baño maría durante 50-60’ (dependerá de la intensidad de calor de cada horno). Para saber si los flanes están hechos basta con meter un palillo en el centro del flan y si éste sale limpio, está hecho.
  • Una vez listos, sacar los flanes del horno y dejar enfriar a temperatura ambiente. Una vez atemperados, reservar en la nevera sin desmoldar hasta justo el momento de servir.
  • Montar la nata con ayuda de una batidora y el accesorio de varillas. Cuando esté dura, añadir el azúcar y batir un poco más hasta que se integre por completo.
  • Para emplatar, desmoldar las flaneras individuales y decorar con un poco de nata montada (ayudados por una manga pastelera) y un poco de caramelo líquido.

¡Salud! Que lo disfrutéis...


P.S.1: ¡Mucha suerte con la Lotería Nacional!

P.S.2: Como no habrá nueva publicación hasta el próximo 25 de diciembre, Día de Navidad, me gustaría despedirme de vosotr@s deseándoos que paséis una Feliz Nochebuena. Que disfrutéis a tope rodeados de los vuestros, que Papá Noel os traiga algún que otro detallito y ya me contaréis qué menú habéis elegido para sorprender a vuestras familias. ¡Un fuerte abrazo a tod@s!

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8 comentarios:

  1. El flan siempre es una apuesta segura. A todo el mundo le gusta. Mamen

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  2. Buena idea!! Fácil y muy resulton. Loli

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  3. Que rico! Un flan con café es una buena variante en una comida o cena de Navidad. Me gusta. Lorena

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  4. Me encanta el flan. De todas las formas posibles. Que buen aspecto tiene la receta. Sin duda me pondré con ella en breve. Marta

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  5. A mi mas que el flan me gusta el café. Tiene que estar buenísimo. Lourdes

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  6. Un postre muy adecuado para estas fechas. A veces, los postres más sencillos son los mejores. Raquel

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  7. Me vuelve loca el flan de café. A mi madre le sale perfecto! Tiene muy buena pinta, Patricia

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  8. Muchas gracias por vuestros comentarios! El flan de café es una variante del flan de huevo de toda la vida que puede animar cualquier ocasión especial.

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