lunes, 5 de octubre de 2015

STRUDEL DE MANZANAS, PASAS Y PIÑONES


POSTRES CALIENTES. ¿No os da la sensación de que parece que hace ya tiempo que se terminó el verano? Lo cierto es que es llegar principios de octubre y ya estamos sumidos de nuevo en la rutina y en un día a día repleto de actividades. Niños, horarios, colegio, trabajo, compra, casa… Si al estrés laboral y familiar le sumamos el cambio de tiempo que suele acompañar a la estación se hace más que evidente la necesidad de reforzar nuestro organismo. Los cambios de estación son periodos en los que se debe prestar especial atención a la alimentación. Este cambio resulta más radical en otoño, época en la que se pasa del sofocante calor y de una inestabilidad y escasa rutina alimentaria a un periodo más frío en el que el organismo exige nutrientes más específicos para poder combatirlo, además de la necesidad de ingerir un mayor número de calorías, puesto que el organismo debe disponer de una energía mayor para poder mantener la temperatura corporal. Con la entrada del otoño los días comienzan a ser más cortos, bajan las temperaturas y comienzan las primeras lluvias. Este cambio estacional puede hacernos más propensos a gripes y catarros e incluso potenciar estados melancólicos o depresivos, ya que la falta de luz influye directamente sobre nuestro estado de ánimo. Fortalecer nuestras defensas, consumir alimentos propios de la estación y cambiar de hábitos pueden ser la clave para afrontar el invierno de manera saludable.


Frutas de otoño: Granadas


En otoño hay que seguir una serie de recomendaciones en cuanto a nutrición se refiere:
  1. Vitaminas como herramienta de prevención. Las vitaminas en general son imprescindibles en otoño, pero quizás las más importantes son la vitamina C, que ayuda a prevenir y evitar catarros y resfriados aumentando las defensas y la vitamina D, ya que con la ausencia de sol disminuye la capacidad del cuerpo para asimilar esta vitamina, que regula además la absorción del calcio y fósforo. A pesar de que muchas verduras y hortalizas aportan en crudo vitaminas, como los tomates y las endivias, en esta época la mejor elección es consumirlas en sopas, cremas y purés. Por supuesto, la mayor fuente de vitaminas será la aportada por las frutas de estación como los cítricos (naranjas, mandarinas, pomelos…), manzanas, granadas, higos, uvas o caquis, que incorporan al organismo también mucho antioxidantes.
  2. Elección de platos de cuchara. Durante los meses de frío apetecen comidas más contundentes como las legumbres guisadas, los potajes y los guisos de pescado o carne, pues las necesidades del organismo de proteínas y grasas son mayores en esta época.
  3. Norma de las 5 comidas al día. Aunque los días sean más cortos, debemos mantener un reparto calórico equilibrado, más aún en épocas en las que nuestro sistema inmune puede verse debilitado. Una fruta, una barrita de cereales o unos frutos secos con una infusión puede ser un ejemplo perfecto de qué debemos comer entre comidas.
  4. Activar el metabolismo a través del ejercicio.  Fundamental para reforzar nuestras defensas. Además, es adecuado para contrarrestar los excesos calóricos y prevenir las subidas de peso típicas durante estos meses fríos.
Frutos secos de otoño: Castañas


En mi opinión, los postres calientes siempre son deliciosos pero lógicamente, en los meses de otoño e invierno se vuelven irresistibles. Hoy os traigo un típico strudel de manzanas, pasas y piñones, postre tradicional de la cocina austriaca y del sur de Alemania, cuyos orígenes pueden remontarse a antiguas recetas de las cocinas bizantina, armenia o turca.



Diferentes variedades de manzanas


Al parecer, el apfelstrudel (strudel de manzana en castellano) servía en la antigüedad como alimento para la gente pobre. Las raíces de este pastel se sitúan en el árabe y armenio Baklava (pastel elaborado con una pasta de nueces trituradas, distribuido en masa filo y bañado en almíbar o jarabe de miel). Su receta puede provenir de los soldados jenízaros del Imperio otomano que, tras la conquista de Bizancio en 1453 sobre los Balcanes, se dirigieron hacia Viena. La cocina vienesa desarrolló este plato y lo refinó hasta llegar a ser lo que conocemos hoy en día.

El strudel de manzana consiste en un rollo muy fino de masa, a veces también de hojaldre o de pasta filo, relleno de compota de manzana con un toque ligeramente ácido, azúcar, canela, pasas y pan rallado, que una vez preparado se cocina en el horno. Puede utilizarse el ron como saborizante del postre y también pueden incluirse frutos secos como piñones, nueces o almendras ralladas. El arte de su elaboración consiste en preparar la pasta lo más delgada y elástica posible. Este postre suele servirse caliente, acompañado de una salsa caliente dulce de crema aromatizada con vainilla y también con helado de vainilla o nata montada.

Uvas pasas

Podríamos elaborar la masa de strudel casera sin problemas (de hecho voy a poner la receta y su desarrollo por si alguien quiere probar a hacerlo), pero también pueden utilizarse planchas de hojaldre y hojas de pasta filo, masas muy fáciles de encontrar en cualquier supermercado y socorridas donde las haya. Yo voy a utilizar unas hojas de pasta filo.

Además, como existe una enorme diversidad de manzanas en el mercado, he decidido utilizar manzanas reinetas, que tienen un sabor un tanto agridulce, ácido, algo anuezado, que a veces recuerda al moscatel y cuya textura es más bien densa y hasta pastosa, perfecta para este tipo de postre.


INGREDIENTES:
Para la masa:
300 gramos harina
100 ml. agua
 1 huevo
Un pellizco sal

Para el relleno:
2 manzanas reinetas
4 cucharadas soperas azúcar
4 cucharadas pan rallado
1 cucharadita azúcar o esencia de vainilla
1 cucharadita canela
75 gramos pasas
Un puñado piñones
50 gramos mantequilla
1 chorrito ron
1 huevo
Azúcar glas para decorar

PREPARACIÓN:
  • Precalentar el horno a 180 grados.
  • Para hacer la masa, mezclar bien todos los ingredientes (harina tamizada, agua, huevo y sal) y trabajarla hasta conseguir una bola elástica y lisa. Una vez amasada, golpearla contra la mesa de trabajo varias veces para conseguir mayor elasticidad. De esta forma se podrá moldear y estirar adecuadamente. Dejar reposar la bola de masa en un bol, cubierta con film transparente mientras preparamos el relleno. NOTA: Si hemos comprado hojas de pasta filo o una plancha de hojaldre, ignorar este punto.
  • Para preparar el relleno, en una sartén a fuego medio, derretir la mantequilla y mezclar con el pan rallado, removiendo hasta que se forme una especie de arena de color dorado.
  • Lavar, pelar y picar en trozos las manzanas e irlas depositando en un bol. Añadir el azúcar y la canela por encima y remover para mezclar los ingredientes.
  • Poner las pasas en remojo con el ron, con el objeto de que se vayan hidratando.
  • En una sartén caliente, dorar los piñones.
  • Una vez hidratadas, incorporar las pasas y los piñones al bol de manzanas y añadir también la mitad de la mantequilla con el pan rallado. Mezclar.
  • Tanto si hemos hecho la masa casera como si hemos comprado la masa filo o la plancha de hojaldre, éste es el momento de estirar la masa. Para ello, en una superficie enharinada y ayudándonos con un rodillo, comenzar a estirar la masa hasta que esté prácticamente transparente. Una vez estirada, ponerla sobre un paño limpio y amplio de cocina que nos servirá de ayuda para enrollar el strudel.
  • Sobre la masa, añadir la otra mitad de mantequilla y pan rallado. A continuación, poner el relleno de forma repartida en la primera mitad de la masa, doblar los bordes laterales de la masa e ir enrollando poco a poco el strudel, comenzando por el lado que tiene el relleno.
  • Una vez enrollado, pintar con huevo batido y hornear durante 30-40’, sin esperar a que esté demasiado dorado.
  • Sacar del horno y dejar templar. Una vez frío, espolvorear el strudel con azúcar glas.

Miro mitciso! (¡Buen provecho! en Atikamekw, dialecto hablado en el valle de Québec, Canadá). Nos leemos el próximo miércoles.

P.D.: Si os apetece escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!

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15 comentarios:

  1. Postre socorrido donde los haya. Lucía

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  2. Me encanta el strudel. Yo lo hago con hojaldre y peras. Sale buenísimo! Marta

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    1. Marta, tu propuesta de strudel con pera me parece estupenda. Podrías enviarnos la receta!!

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  3. Yo lo hago con frutos rojos y queda espectacular. Miriam. Me apetece probar tu receta. Eva

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    1. Eva, curioso strudel con frutos rojos. Te digo lo mismo que a Marta, mándame la receta!!

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  4. Alguna vez he cocinado strudel, pero yo las manzanas las he cocido un poco antes en una sarten con mantequilla para que se ablanden un poco. Nieves

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    1. Nieves, es cierto que hay recetas en las que las manzanas se cocinan un poco antes de meter en el horno. Sin embargo, creo que como las masas tardan su tiempo en hacerse, es más que suficiente para que la fruta también se haga directamente en el horno. Gracias por la recomendación.

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  5. A este tipo de postres lo llamo yo de fin de semana. El sábado o domingo que hay mas tiempo xa dedicar a ls cocina es un lujo cocinar alguno de estod tipos de postre. Me gusta el añadido de piñones. Buena pinta!

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  6. Qué bueno!!! La manzana asada me encanta. Acompañada de pasas y piñones le da un toque diferente. El crujiente de la pasta filo, fundamental.

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  7. Me encanta el otoño y el invierno x esta clase de platos calentitos. La manzana y la canela hacen una combinación perfecta! Pilar

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  8. La manzana reineta me encanta. Ese toque super ácido es muy especial. Bea

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  9. Me muero x el hojaldre calentito. Que buena receta. Habrá que probarla. Natalia

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  10. Si se le añaden unas semillas de sésamo al hojaldre queda perfecto. Teresa

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    1. Teresa, me gusta tu recomendación. La próxima vez le añadiré a la masa unas semillas de sesamo. Puede quedar espectacular!

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  11. Gracias a tod@s por vuestros comentarios. El strudel es un postre fácil pero muy agradecido. Probadlo!

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