POSTRE TROPICAL. Hace unas semanas me llama una amiga y me pregunta por un postre distinto, diferente. Tenía una cita especial, con un chico especial al que quería sorprender con una cena pelín romántica. Tenía claro la parte salada, pero le faltaba algo dulce y original como final de la velada. No le apetecía hornear una tarta por aquello de que sólo eran dos, tampoco nada tipo hojaldre o pasta filo que hubiera que preparar en el momento, así que debía ser algo hecho de antemano, que no distrajera la atención. Llegamos a la conclusión de que debíamos pensar en un postre frío. Después de charlar un buen rato (de todo, menos del postre) no llegamos a ninguna conclusión, así que le prometí seguir pensando. Como siempre en estas ocasiones, tiro de Internet. Esa misma noche me puse a buscar postres por la red y enseguida lo tuve claro. Nada mejor para terminar una cena que con una mousse ligera, refrescante y nada empalagosa. La primera que encontré era de chocolate (la mousse clásica por excelencia), pero pensé que quizás con un toque cítrico, con cierto poder digestivo, podía resultar perfecto. Escribí en el buscador “mousses de frutas” y entre toda una ristra de entradas por fin encontré lo que buscaba: una mousse de mango. Aunque era tarde, le escribí a mi amiga un whatsapp dándole mi solución y no tardó en contestar un simple: “perfecto”.
Una mousse o espuma es un
preparado culinario de origen francés, cuya base es la clara de huevo montada a
punto de nieve o la crema de leche batida, que proporciona al postre una consistencia muy
esponjosa. Las mousses más conocidas son las de chocolate y de frutas, aunque
en la actualidad gozan también de mucha fama las mousses saladas elaboradas con verduras y hortalizas o algunos tipos de pescados. El punto distintivo de cualquier mousse se debe, sin lugar a dudas, a las claras
batidas a punto de nieve. Es justamente este merengue lo que le confiere esa
textura tan característica de diminutas burbujas. De hecho, el término francés "mousse" significa "espuma" en castellano. Es importante tener en cuenta que las
mousses caseras se basan en huevo crudo, por lo que debe tenerse la precaución
de consumirla en un tiempo limitado y muy importante, mantenerla refrigerada.
Claras de huevo a punto de nieve |
La mousse aparece por primera vez
en un recetario llamado “Les sopers de la
cour”, en 1755, escrito por el cocinero francés Menon. En él se describían
tres tipos de mousses: de café, de chocolate y de azafrán, que se elaboraban con nata
batida y a la que se añadían claras de huevo. Se servían en unos vasitos de vidrio que recomendaba guardar en hielo un par de horas hasta el
momento de servirlas en un recipiente de hojalata hecho al uso.
El ingrediente por excelencia de la receta de hoy es el mango o también llamado melocotón de los trópicos, una especie arbórea perteneciente a la familia de las anacardiáceas. Es una fruta de la zona intertropical de pulpa carnosa y dulce. De color verde en un principio y amarillo, naranja e incluso rojo-granate cuando está madura y de sabor medianamente ácido cuando no ha madurado completamente. De origen asiático, el mango es la fruta nacional de algunos países como India, Pakistán y Filipinas. También es propio de la zona intertropical americana, introducido en Brasil por los portugueses a mediados del siglo XIX. Su época de cosecha presenta un pico o máximo en el mes de mayo en las latitudes subecuatoriales del hemisferio norte, lo que resulta paradójico, ya que en este mes es cuando se inician las lluvias en estas latitudes, por lo que toda la maduración de los frutos se produce en los meses de mayor sequía. Casi todas las variedades de mangos injertados se derivan de una variedad obtenida por evolución natural que se denomina "mangas" en Venezuela, Canarias y en la costa atlántica de Colombia y que no es sino la adaptación de la planta durante varios siglos a un clima mucho más favorable que el que tenían en la zona de procedencia de esta planta.
Entre sus muchas virtudes
nutricionales podemos destacar:
- Es una de las frutas con más cantidad de antioxidantes debido a su riqueza en ácidos, capaz de aumentar las defensas del organismo y neutralizar los radicales libres formados por la oxidación, el humo o la contaminación, además de ejercer una función anticancerígena muy efectiva.
- Contiene mucha vitamina C, que ayuda a prevenir enfermedades como el cáncer y las alergias, rebaja los niveles de colesterol y disminuye la hipertensión. Un mango de unos 200 gramos proporciona unos 56 mg. de vitamina C, representando casi el 60% de la dosis recomendada de esta vitamina.
- Contiene carotenoides, que le proporcionan su típico color anaranjado. Estos componentes se transforman en el organismo en vitamina A, que contribuye a mantener el buen estado de las células, a mantener la salud de la visión, a mejorar la audición y ayudar a subsanar muchas enfermedades de la piel.
- Contiene enzimas proteolíticas capaces de digerir las proteínas, cruciales en el organismo porque ayudan a digerir los alimentos. Además, un aprovechamiento mayor de las proteínas permite un incremento mayor de la masa muscular, muy adecuado en deportistas.
- Es rico en fibra, aumentando el tránsito intestinal.
- Es bajo en grasas y no contiene colesterol. Su contenido en calorías es moderado (unas 130 calorías por una pieza mediana).
- Es muy rico en potasio, siendo adecuado en la dieta para la hipertensión y la retención de líquidos.
- Contiene bastante triptófano, un aminoácido con propiedades relajantes.
- Entre los minerales que contiene figuran el hierro, el potasio, el cinc, el cobre y el magnesio.
Esta receta es muy sencilla y rápida de preparar. ¡Vamos con ella!
INGREDIENTES:
250 gramos mango (2 mangos)
Zumo ½ naranja
2 hojas gelatina neutra
100 ml. nata
líquida montar
50 gramos
azúcar
2 claras
huevo
Unas hojas de menta o de hierbabuena para decorar
- Hidratar las hojas de gelatina durante 5’ en agua templada.
- En un cazo, a fuego medio, calentar la nata líquida y el azúcar hasta que CASI hierva. En ese momento, apartar el cazo del fuego, agregar la gelatina escurrida y remover muy bien hasta conseguir integrarla completamente.
- Pelar y cortar los mangos en trozos (dejar unos trocitos para decorar al final).
- Preparar el zumo de naranja y colarlo para que no contenga pulpa.
- Triturar los trozos de mango y el zumo de naranja con ayuda de la batidora y añadir a la mezcla anterior.
- Por otro lado, montar las claras de huevo a punto de nieve, con ayuda de la batidora y el accesorio de varillas.
- Unir las claras de huevo a punto de nieve con la mezcla de mango, con movimientos envolventes y suaves, intentado sacar el aire lo menos posible.
- Meter el resultado en una manga pastelera con el tipo de boquilla que más os guste e incorporar en los vasos o copas donde vayamos a presentarlo.
- Decorar con unos trocitos de mango fresco y unas hojas de menta o hierbabuena.
- Reservar en el frigorífico mínimo 6 horas para que cuaje. Lo ideal es preparar este postre el día antes para que cuaje a la perfección.
Omlowenha dha voes! (¡Buen provecho! en córnico). Nos leemos el próximo miércoles.
P.D.: Si os apetece escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!
Que rico!! Las mousses son un postre muy original y lo mejor, fáciles de hacer. Lourdes
ResponderEliminarYo hago una mousse de melón que me enseñó mi tía que está buenísima. Son muy digestivos este tipo de postres. A mí me encantan. Miriam
ResponderEliminarMola este tipo de mousses de frutas. Mango, limón, naranja... Me parece muy sencilla. Pilar
ResponderEliminarQue buena pinta! Un postre original y distinto. Paula
ResponderEliminarMe encanta este tipo de postres fríos. Se preparan con anterioridad y quedan buenísimos. Laura M.
ResponderEliminarEl mango es una de las frutas que más me gustan. Es tan dulce... Que receta con más buena pinta. Carmen
ResponderEliminarQue buenos los mousses. Me parece que pegan más en verano que en invierno, pero estoy de acuerdo contigo en que son muy digestivos. Buena receta! Eva
ResponderEliminarLas mousses suelen ser un postre muy acertado por no ser excesivamente pesadas y si llevan frutas, además muy digestivas. Probad el mousse de mango. Os va a gustar!! Muchas gracias por vuestros comentarios.
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