lunes, 28 de septiembre de 2015

DULCE DE MEMBRILLO


EL MEMBRILLO SABE A OTOÑO. Charlando el otro día con unas amigas mientras merendábamos, llegamos a la conclusión de que antiguamente, en nuestra niñez, se llevaba el dulce de membrillo. Todas sin excepción recordamos los bocadillos de queso con membrillo que a menudo nuestras madres nos “obligaban” a merendar (a mí no hacía falta que lo hicieran porque me chifla el membrillo), con la excusa de que el queso y el membrillo ayudaban a crecer. Es obvia la obsesión que tienen todas las madres, las de antes y las de ahora, por el crecimiento de los hijos cuando son pequeños. Lógico. La alimentación es uno de los factores más importantes para el desarrollo de un niño y una dieta sana y equilibrada no solo sirve para crecer sino también para prevenir multitud de enfermedades que impedirán el correcto crecimiento de los chavales. Niños aparte, que para eso hablamos del membrillo, todas coincidimos en que de repente, de un día para otro, el queso y el membrillo fue desapareciendo de nuestras vidas. Suponemos que una de dos, o nuestras madres debieron pensar que ya habíamos crecido lo suficiente o dos, después del estirón y sabiendo que el dulce de membrillo es un alimento bastante calórico, debieron pensar que lo mejor era apartarlo poco a poco de nuestra dieta. Por supuesto, actualmente el queso con membrillo sigue existiendo ¡faltaría más! y lo cierto es que aunque ahora suelo comerlo de pascuas a ramos, es siempre un placer disfrutar de vez en cuando de este dulce manjar.

Membrillos frescos

En la actualidad, el dulce de membrillo es un alimento muy utilizado en cocina, no solo como acompañamiento de infinidad de variedades de queso, sino también como parte importante en multitud de platos salados y también en la elaboración de salsas que acompañan a carnes y pescados. Al integrar la pulpa de membrillo en los guisos se minimiza su característico sabor y resurge un nuevo gusto mucho más aromático y frutal.

El membrillo es el fruto del membrillero, árbol de la familia de las rosáceas. Su carne de color blanquecino tiene un sabor ácido y áspero, muy astringente y poco jugosa, por lo que no se consume en crudo, sino cocinado. Su tamaño, con un peso aproximado de unos 250 gramos varía según las variedades. En la actualidad se cultiva en Argentina, Uruguay, los Balcanes, España y la cuenca del Mediterráneo.

Membrillero o árbol del membrillo

El cultivo del membrillo fue quizás anterior a la manzana. Entre los antiguos griegos se ofrecía membrillo en las bodas. Plutarco, biógrafo y ensayista griego, relata que las novias griegas mordían un membrillo para perfumar su beso antes de entrar en la cámara nupcial, a fin de que el primer beso entre los desposados no fuera desagradable. El mejor tipo de membrillo provenía de la región de Cidonia, en las costa noroeste de Creta, fruta conocida por los griegos como “mela kudonia” (manzana de Cidonia), de donde proviene su nombre científico. Los romanos también usaban el membrillo. Como ejemplo, el libro de cocina de Apicio (supuesto autor del libro "De re coquinaria", fuente importante para conocer la gastronomía en el mundo romano) proporciona recetas para guisar el membrillo con miel y hasta para combinarlo con puerros. El membrillo es mencionado por primera vez en un texto inglés a finales del siglo XIII, aunque el cultivo en Inglaterra no es muy adecuado debido al calor en verano, que impide que la fruta madure totalmente.

La época de recolección de los primeros membrillos comienza a finales de septiembre y perdura, por lo general, hasta el mes de febrero, siendo su vida postcosecha de 2 a 3 meses. Cuando se va a comprar membrillos se han de escoger los ejemplares que presenten la piel amarillenta, totalmente intacta, sin golpes ni magulladuras. Los que tienen la piel verde están inmaduros y cuando se observan manchas en su piel es que están muy maduros. A diferencia de lo que piensa la mayoría, el membrillo es una fruta con escaso contenido de azúcares y por tanto, con un bajo aporte calórico. 100 gramos de membrillo aportan sólo 26 calorías. El inconveniente que presenta es que como en la mayoría de las veces se consume en forma de dulce de membrillo, que lleva azúcar, el valor calórico de este alimento se dispara. En cuanto a sus propiedades nutricionales, sabemos que el membrillo es rico en potasio y que su vitamina C se pierde con el cocinado. Su alto contenido en fibra soluble disminuye la absorción de grasas y colesterol, siendo beneficioso en situaciones de hipercolesterolemia y en personas con hipertensión. También contiene pectina y ácido málico, que ejercen sobre la mucosa intestinal un efecto regulador y tonificante.

Flores del membrillo

Los beneficios que se pueden obtener del membrillo son muchos, pero requiere un consumo diferente para cada aplicación. Así, si queremos solucionar problemas de asma, bronquitis, toses o resfriados es mejor comerlos asados. Sin embargo, para combatir  diarreas es mejor tomar su zumo y endulzarlo con miel. Las semillas también tienen un valor importante y cocidas sirven como expectorante. Además, una cataplasma compuesta por las semillas y el mucílago o sustancia vegetal de textura viscosa, semejante a la goma que contiene el membrillo (macerando los membrillos con agua caliente) se utiliza como remedio para la caída del cabello. La misma cataplasma aplicada con un suave masaje sobre la zona afectada, actúa como calmante de dolores musculares.

Hoy vamos a preparar una carne o dulce de membrillo, ya que estamos en plena temporada y encontrarlos en el mercado es tarea fácil. Mucha gente me dice que para qué perder el tiempo cocinando dulce de membrillo si en el supermercado lo venden de buena calidad. Yo les respondo que eso es porque no han probado el dulce de membrillo casero. Lo cierto es que cuando lo hacen, entienden por qué lo digo. ¡Es una auténtica delicia! Además, esta receta es 100% libre de gluten.

INGREDIENTES:
1,5 kilos de membrillos
Azúcar (después os digo qué cantidad)
Agua para cubrir

PREPARACIÓN:
  • Lavar muy bien los membrillos para quitarles la pelusilla que traen en la piel. En una olla o cazuela, a fuego medio, introducir los membrillos con piel enteros y cubrirlos con agua fría. Dejar cocinar a fuego medio durante 45-60’, hasta que al introducir un palillo en el membrillo éste salga con facilidad.
  • Una vez cocidos, sacar del agua, escurrir y dejar enfriar. Cuando se templen, pelarlos, quitarles el corazón y cortarlos en trozos. A continuación, pasar los trozos de membrillo por el pasapurés.
  • Pesar el puré de membrillo. NOTA IMPORTANTE: De esta forma sabremos que debemos utilizar la misma cantidad de carne de membrillo que de azúcar.
  • Poner igual cantidad de membrillo que de azúcar en una cazuela y dejar cocinar la carne de membrillo a fuego bajo. El proceso de elaboración puede durar de 1 a 3 horas, dependiendo de la intensidad del fuego y de la cantidad de membrillo que vayamos a preparar. Remover la mezcla a menudo, para que no se agarre al fondo de la cazuela.
  • La carne de membrillo estará lista cuando el membrillo haya cambiado su color blanquecino-amarillento por un tono dorado o tostado, muy parecido al del caramelo y además permita apartar la carne hacia un lado de la olla sin que el membrillo se desplace (en resumidas cuentas, cuando la carne de membrillo tenga una consistencia bastante más dura que al principio).
  • Introducir el dulce de membrillo en el molde elegido. Para que no se pegue, antes de verter sobre el molde, mojar una servilleta de papel en aceite vegetal  y frotar todo el recipiente sin que quede empapado.
  • Tapar bien el molde y dejar reposar en el frigorífico mínimo 24 horas, hasta que adquiera una consistencia dura, como de gelatina.
  • Desmoldar y servir.

Ruckar jevan (¡Buen provecho! en idioma marathí). Nos leemos el próximo miércoles.

P.D.: Si os apetece escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!

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8 comentarios:

  1. Me vuelve loca el queso con membrillo. Buena receta. Lucía

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  2. El membrillo se utiliza tanto en repostería como en platos salados. Yo cocino una salsa de carne para solomillo con membrillo y miel que está muy buena. Eva

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    1. Eva, me gustan las combinaciones dulce-salado de algunas salsas para carnes y pescados. El membrillo casa muy bien con las carnes.

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  3. Muy dulce, con muchas calorías pero riquísimo! Me gustaría probar la receta. Inma

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  4. Que rico el membrillo! Puede congelarse? Ana L.

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  5. Super postre el queso con membrillo. Me encanta acompañado de un queso muy curado. Que ganas tengo de probar esta receta. Lola

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  6. Yo soy de esas que compra el membrillo en el super, aunque a veces he probado alguno casero que me ha dejado muy buen sabor de boca. Marta

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  7. No os dejeis llevar solo por las calorías que tiene el membrillo. Si lo coméis con queso por ejemplo, con unas láminas finitas de membrillo es más que suficiente y si preparáis una salsa con él también vais a utilizar poquita cantidad. De verdad que es un placer comer membrillo de vez en cuando! Muchas gracias por vuestros comentarios.

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