viernes, 21 de agosto de 2015

BIZCOCHO DE PIÑA CON NUECES PECANAS


PINEAPPLE UPSIDE DOWN CAKE. Traducido al español: “volteado de piña”. De vez en cuando aparece una receta curiosa y para mí, la preparación de ésta lo es. Hoy os traigo un estupendo bizcocho, típico de la gastronomía americana, elaborado con trozos de piña, cerezas en almíbar y nueces pecanas, que se sirve al revés de cómo se prepara, como le ocurre por ejemplo, al flan. La idea de cocinar un bizcocho de piña volteado surge de una antigua técnica de cocción utilizada hace siglos en el continente americano, época en la que las tartas dulces se cocinaban en sartenes planas de hierro fundido, colocadas directamente sobre las hogueras. Dicha técnica era tan sencilla como poner en el fondo de la sartén las frutas elegidas, una parte de azúcar y encima de todo ello la masa del bizcocho. A continuación se colocaba la sartén en el fuego y se esperaba el tiempo necesario de cocción. Después, como si de una tortilla de patatas española se tratara, se ponía un plato o fuente encima de la sartén y se le daba la vuelta, de forma que lo que se apreciaba en primer lugar eran las frutas caramelizadas por el azúcar y justo debajo, el bizcocho.

La idea de elaborar este bizcocho con trozos de piña (antiguamente se preparaba con cualquier tipo de fruta) la introdujo tiempo después James Dole’s, concretamente en el año 1911, un ingeniero que inventó una máquina que pelaba y cortaba la piña en rodajas, extrayendo el corazón de la misma, consiguiendo que los trozos de piña tuvieran una apariencia mucho más moderna, en forma de aros.

La primera mención escrita al pineapple upside down cake se dio en 1930, pero no fue hasta 1936 cuando se incluyó en el libro de cocina “Sears Roebuck”, aunque la receta es muchísimo más antigua.


Piña en rodajas

Las cerezas al marraquino o también llamadas guindas se añadieron al postre tiempo después para darle un toque de color al bizcocho y de esta forma tuviera una presentación más vistosa. Las guindas están conservadas en una solución de salmuera (agua con una alta concentración de sal), que usualmente contiene dióxido de azufre y cloruro de calcio para blanquear el fruto de la cereza. Posteriormente, para darle ese color tan característico, se la embalsama en una suspensión de colorante de alimentos y sirope de azúcar, entre otros componentes.

Cerezas al marraquino o guindas

Las nueces pecanas (que son opcionales) son una especie de nueces nativas del sudeste de los Estados Unidos (Indiana, Illinois, Iowa, Kansas, Oklahoma, etc). Su hábitat natural se sitúa a lo largo de los ríos, las llanuras de inundación y en suelos bien drenados. Florece en primavera en altitudes comprendidas entre el nivel del mar y los 600 metros aproximadamente. La nuez pecana tiene un color exterior canela, con superficie suave y brillante, con forma ovoide y cáscara de espesor milimétrico.


Nueces pecanas


El ingrediente principal de esta receta es la piña o ananá, fruto de la familia de la bromeliáceas, que contiene alrededor de 1400 especies en todo el mundo. Procede de la zona de Brasil, Argentina y Paraguay. Empezó a cultivarse por primera vez a finales del siglo XIX en la isla de Hawai, en su variedad “Smooth Cayenne”, que a día de hoy es la variedad que más se consume. 

La piña es una fruta con multitud de propiedades medicinales:
  1. Es un digestivo natural. Contiene una enzima proteolítica, que ayuda a digerir las proteínas de los alimentos, resultando muy beneficiosa en el proceso de la digestión. Es útil para tratar trastornos como la falta de jugos gástricos, acidez, gases intestinales y pancreatitis.
  2. Es muy rica en fibra, ayudando a evitar el estreñimiento. Además contiene pectina, una fibra soluble con efecto regulador y bromelina, que disgrega los alimentos y actúa contra ciertas bacterias patógenas, contribuyendo a la mejora de la flora intestinal, eliminando parásitos intestinales y ayudando a tratar infecciones.
  3. Mejora la circulación. Por su contenido en bromelina, la piña tiene propiedades anticoagulantes, disolviendo los coágulos que pueden formarse, evitando la trombosis, los ataques cardíacos y las apoplejías.
  4. Tiene propiedades antiinflamatorias, muy útiles para tratar dolores musculares y de articulaciones.
  5. Contiene efectos adelgazantes. Se ha comprobado que la bromelina tiene poder para digerir las grasas, además de presentar propiedades anorexígenas, reduciendo la sensación de hambre. Además, la piña es rica en vitamina C, importante antioxidante y muy baja en calorías. Es un alimento diurético, que ayuda en la eliminación de retención de líquidos, siendo muy utilizada en afecciones como la gota, ácido úrico, etc y se utiliza en los tratamientos anticelulíticos, enfermedad producida por la incapacidad de drenaje de las células del tejido adiposo.
  6. Previene el cáncer. Se ha demostrado que la piña inhibe la formación de nitrosaminas en el tracto digestivo, componentes cancerígenos relacionados con el cáncer de colon y estómago, de esófago, hígado, pulmón y urinario.

¡Vamos con la receta!

INGREDIENTES:
55 gramos mantequilla
100 gramos azúcar moreno
110 gramos azúcar blanquilla
140 gramos harina repostería
75 gramos margarina
100 ml. leche
1 lata rodajas de piña natural
75 ml. zumo de conserva de la piña
1 lata cerezas en almíbar
Un puñado de nueces pecanas
1 cucharadita y media levadura en polvo
½ cucharadita sal
1 huevo

PREPARACIÓN:
  • Precalentar el horno a 180 grados.
  • Calentar la mantequilla durante unos segundos en el microondas para que se reblandezca.
  • En un molde para hornear redondo, engrasar todo el molde con la mantequilla, cubriendo bien todos los huecos.
  • Espolvorear el azúcar moreno cubriendo el fondo del molde, sobre la mantequilla.
  • Colocar a continuación las rodajas de piña, las guindas en los agujeros de la piña y las nueces pecanas entre las rodajas, de modo que quede estéticamente bonito.
  • Para preparar la masa del bizcocho, en un bol grande incorporar el huevo, la leche, el zumo de conserva de la piña, el azúcar blanquilla, la margarina (previamente reblandecida en el microondas), la harina tamizada, la levadura y una pizca de sal. Remover bien con ayuda de unas varillas eléctricas, hasta que estén bien mezclados todos los ingredientes (no más de 3-4’).
  • Volcar la mezcla sobre el molde,
  • Hornear durante unos 50-60’, hasta que al introducir un palillo en el centro del bizcocho éste salga seco.
  • Al sacar el molde del horno, voltearlo inmediatamente en el plato donde vayamos a servirlo (si no lo hacemos así, el caramelo se quedará pegado en las paredes del molde) y dejar el molde encima 2-3’ minutos para que el azúcar caramelizado se deslice sobre el bizcocho.
  • Servir caliente o templado.

La manuia le tausamiga (¡Buen provecho! en samoano). Nos leemos el próximo lunes. Que paséis un estupendo fin de semana.

P.D.: Si os apetece escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!

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9 comentarios:

  1. Que curiosa tarta. No la conocía. Desde luego, la pinta es espectacular. Tendré que probarla, a ver que me sale. Paula

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  2. Nunca he probado este bizcocho. Pero me encanta la piña. Desde luego hoy me has sorprendido! Lourdes

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  3. Me encanta el pineapple upside down!! Hace años que no escuchaba hablar de ella. Estudié en EEUU y la he comido en muchas ocasiones. Que recuerdos. Por supuesto, tengo que intentarla. Me apetece un montón. Paula

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  4. Receta totalmente nueva para mí. Pero promete!! Ganas de probarla. Lucía

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  5. Qué rico!!! Increíble combinación. Tiene un aspecto super bueno. Sin duda, me apunto a este bizcocho!! Pilar

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  6. No creo haber visto este bizcocho en España, pero tengo una amiga americana que lo hace y esta para chuparse los dedos. No tenia ls receta, así que es el momento de probarla en casa. Mila

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  7. Rico, rico esta el pineapple upside down. Lo he comido varias veces y está buenísimo. El bizcocho con fruta y caramelo es una pasada. Aconsejable 100%!! Laura

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  8. Totalmente nueva para mí. Tiene un pinton que te mueres. Desde luego, merece la pena intentarlo. Irene

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  9. Jajaja! Me alegra saber que no soy yo la única que nunca ha oído hablar de este bizcocho. Tiene un aspecto increíble. Solo por la curiosidad de saber como sabe, merece la pena hornearla. Esther

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