lunes, 20 de julio de 2015

BROWNIE DE CHOCOLATE Y NUECES


CHOCOLATE Y MÁS CHOCOLATE. Me gusta estar en mi peso y suelo ponerme a dieta un par de veces al año, justo antes de que llegue el verano y antes de que llegue el frío. No soy de las que pierde peso fácilmente, así que para deshacerme de esos “kilitos de más” suelo tardar bastante. Mis dietas no son ni mucho menos estrictas. Considero que el resto del año como sano y equilibrado, pero como mi único vicio confesable es comer, en cuestión de comidas no me privo de absolutamente nada y suelo zampar lo que me apetece y un poco más, así que cuando me pongo a dieta, basta con dejar a un lado los guisos contundentes, los fritos, los dulces, el picoteo entre horas y pasar a basar mi alimentación (durante una semanas) en el consumo de verduras y frutas, alimentos ricos en fibra, moderar mi consumo de carnes y pescados, tomar lácteos bajos en grasas, reducir los alimentos con altos niveles de grasas saturadas como los embutidos y evitar, en la medida de lo posible, los refrescos, las bebidas carbonatadas y el alcohol.



Cuando estoy a régimen no mido las cantidades de lo que como (bastante tengo ya con dejar a un lado todo lo que me gusta) así que hambre, lo que se dice hambre, no suelo pasar. Y eso es bueno. Sin embargo, mi estado de ánimo es el que se lleva la peor parte. Dicen que estar a dieta te pone de mal humor, que una repentina ingesta menor de calorías en el organismo provoca cambios en nuestro estado emocional y sin darnos cuenta tendemos a sentirnos irritados, melancólicos y hasta un poco deprimidos. Ya os digo que cumplo a la perfección con este patrón. Cuando estoy a dieta me siento triste. Triste por no poder comer lo que me apetece, triste al darme de bruces con una pastelería y tener que pasar de largo por temor a mirar el escaparate, triste cuando veo mi canal favorito de cocina en la tele y me imagino como debe oler lo que están cocinando… ¡Un suplicio, vamos!  Es cierto que cuando empiezo a notar los primeros resultados comienzo a sentirme mucho mejor pero, ¡qué duro es estar a régimen!



En mi última dieta me ocurrió una cosa curiosa. Una noche soñé que me comía un estupendo brownie de chocolate. Fue tan real que recuerdo despertar con el saborcillo a chocolate todavía en la boca. Lógicamente, enseguida me dí cuenta de que aquello había sido solo un sueño y que yo debía volver a la realidad dispuesta a desayunar unos quesitos light con pan integral, una pieza de fruta y mi té rojo caliente. Por supuesto, lo hice sin problemas. El día continuó y no pude quitarme de la cabeza el dichoso brownie. Comí, merendé y cené lo que debía y me fui de nuevo a la cama prontito, con la intención de olvidar el tema. Pero tonta de mí, ¡dormir fue todavía peor! El sueño comenzó de nuevo y me pasé las seis horas siguientes “disfrutando” de otro gigantesco brownie. Cuando volví a despertar era tal mi cabreo que ni yo misma podía aguantarme. Por la tarde, charlando con mi madre, le conté la obsesión que llevaba persiguiéndome dos días y que no tenía pinta de desaparecer. A mi madre casi le da un ataque de la risa. “Patricia, me dijo, tu cuerpo te está pidiendo azúcar. Y me temo que no va a parar hasta que ingieras algo dulce. Hazte hoy mismo con un brownie y ya verás como se te pasa”.


Ingredientes Brownie

Aquélla tarde lo pensé, lo repensé y lo volví a pensar. Estaba a dieta y después del esfuerzo que supone no me apetecía saltármela a la torera, pero finalmente, el poder del chocolate fue más fuerte que yo y me acerqué hasta un restaurante cercano a pedir el maldito brownie con la intención de estrangular al camarero si me decía que no había o que se había terminado. Tuvo suerte. El camarero digo. Dicho y hecho. Allí estábamos. Mi brownie y yo. Yo y mi brownie. No era el mejor que había probado ni de lejos, pero he de reconocer que me supo a gloria y como me advirtió mi madre, la obsesión desapareció al instante. Aquella noche dormí como los ángeles y por fin pude seguir mi dieta sin más problemas. Tenía que haber una explicación a lo que me había ocurrido, así que la busqué en Internet y por supuesto, la encontré rápidamente. Al parecer existe una demostración científica que dice que los dulces y el azúcar inciden en nuestro nivel de serotonina en el organismo, que es un neurotransmisor natural que influye en los estados de ánimo y afecta las zonas del cerebro relacionadas con la tranquilidad y la relajación. Cuando los niveles de serotonina están bajos en sangre se debe comer (sin abusar) de algo dulce para equilibrarla. Esto sucede especialmente con el chocolate, que algunos aseguran que es un “antidepresivo natural”. ¿Quién no se pone de buen humor con solo mirar un trozo de brownie? Poco más queda por decir. Hoy la cosa va de brownies y os traigo el que más me gusta, que incluye trocitos de nueces en su interior y que suelo acompañarlo con una bola de helado de vainilla.



El brownie es un pastel de chocolate pequeño, típico de la gastronomía americana. Se llama así por su color marrón ("brown" en inglés). A veces se cubre con chocolate y dentro puede llevar trozos de nueces, chocolate, butterscoth (toffee crujiente) o mantequilla de cacahuete. Los brownies pueden servirse calientes con helado o con nata montada. La primera mención a un brownie se produce en 1896, aunque esta receta no contenía chocolate sino melaza. Hay tres mitos principales sobre la creación del brownie: 
  • La primera dice que accidentalmente, un chef añadió chocolate derretido a la masa de unas galletas. 
  • La segunda, que un cocinero se olvidó de añadir levadura a una masa.
  • La tercera (la más popular) dice que un ama de casa no tenía polvo de hornear e improvisó con este nuevo tratamiento, decidiendo servir a sus comensales estas originales tortas aplanadas. 

¿Nos ponemos el delantal?


INGREDIENTES:
200 gramos chocolate negro postres (tipo Nestlé)
100 gramos azúcar
100 gramos mantequilla
75 gramos nueces
75 gramos harina
3 huevos L
1 cucharada levadura
Azúcar glas
Helado vainilla



PREPARACIÓN:
  • Precalentar el horno a 180 grados.
  • Fundir en el microondas (durante unos segundos) el chocolate troceado junto a la mantequilla.
  • En un bol grande, añadir el azúcar y los huevos, batiendo con unas varillas hasta obtener una crema espumosa.
  • A continuación, añadir la harina y la levadura (previamente tamizadas con un colador). Mezclar bien.
  • Incorporar el chocolate y la mantequilla ya derretidos y al final los trozos de nueces picadas y remover bien, para que todos los ingredientes se mezclen.
  • Verter la masa en un molde cuadrado o rectangular (cuanto más grande sea el molde menos grueso quedará el brownie), previamente untado con un poco de mantequilla y harina para que no se pegue o forrándolo con papel sulfurizado y meter en el horno unos 30’ (o hasta que al meter un palillo en el centro del pastel éste salga seco).
  • Una vez listo, dejar enfriar a temperatura ambiente y posteriormente, desmoldar. Cortar el brownie en porciones cuadradas.
  • Servir con un poco de azúcar glas por encima y acompañar con una bola de helado de vainilla.

Hyvää ruokahalua! (¡Buen provecho! en finlandés). Nos leemos el próximo miércoles.

P.D.: Si queréis escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!

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14 comentarios:

  1. Jajaja Me he reido mucho leyéndote hoy xq me siento totalmente identificada contigo. A veces es más fuerte las ganas de dulce que cualquier otra cosa. Estupendo postre el de hoy!!! Tengo que hacerlo. Maite

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  2. Que horror estar a dieta, pero es mejor ponerse de vez en cuando que no hacerlo y esperar hasta que te sobran un montón de kilos. El brownie es un pecado, pero nadie puede resistirse a un trocito. Prometo probarlo! Carmen

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  3. Me encanta el brownie. De todas formas, más seco, más abizcochado, con cobertura de chocolate. Da igual como se prepare. Con nueces tiene que estar buenísimo! Carol

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  4. El chocolate proporciona felicidad, asi que por qué no darnos un ratito de felicidad de vez en cuando. Qué buena pinta tiene el brownie. Mónica

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  5. El brownie arregla casi cualquier problema. Jejeje. Un día es un día. Lucía

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  6. Me encanta esta receta. Con una salsa de frambuesas o frutos rojos también esta muy bueno. Mila

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    1. Mila, me ha gustado mucho tu propuesta. El brownie acompañado de un coulis de fresas o arándanos puede quedar perfecto. Chocolate y fresas o frutos rojos es lo más!!

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  7. Dichosas dietas.... Pero de vez en cuando son necesarias. Lo malo es que te pongan delante un trozo de brownie. A ver quien puede resistirse!! Inmaculada

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  8. Xa quitarte cualquier tipo de pena un trozo de chocolate es lo mejor. Y si viene en forma de bizcocho y con helado, mucho mejor. No se me pasa esta receta

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  9. Menuda receta light la de hoy. Que rico!!!! Harta estoy de hacer dieta, así que será un placer saltarmela si es por este brownie. Isa

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  10. Olé por este brownie. Ni dietas ni nada. Hay que probarlo ya! Belén

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  11. Yo le echo cacahuetes y estar super rico. Irene

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    1. Irene, nunca he probado el brownie con cacahuetes, pero me da que puede quedar estupendo. Lo incluiré la próxima vez.

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  12. Muchas gracias por vuestros comentarios. Daos un capricho y hornear este brownie. Se os quitarán todas las penas!!!

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