¡YA ES PRIMAVERA! Y como dice el refrán, “la primavera la
sangre altera”. Esto se debe fundamentalmente a que con la llegada de esta
estación nuestro organismo se “revoluciona”. Al aumentar los días y al haber
más días de sol se produce un cambio en la producción hormonal aumentando la melatonina,
serotonina y feromonas y esa es la razón de que en esta época tendamos a
sentirnos mucho más alegres.
Éste es un buen momento para
comenzar a comer sano, ya que hay más abundancia de alimentos frescos repletos
de vitaminas, fibras y minerales como frutas, verduras y cereales de temporada
que relegan los platos copiosos y con exceso de grasas más frecuentes en
invierno. Además, es una oportunidad para pasar más tiempo al aire libre recibiendo moderadamente el
sol, que nos aporta la tan necesaria Vitamina D. Sin embargo, la primavera, como
todo, tiene sus inconvenientes. Es tiempo de alergias, trastorno
cada vez más frecuente entre la población española. Es difícil evitar los
síntomas alérgicos, pero algunas medidas para aliviarlos son: tratarnos con antihistamínicos (con prescripción médica, claro), evitar lugares al aire libre con bastante vegetación,
refrescar nariz, ojos y lavar las manos con frecuencia… Y también es tiempo de astenia
primaveral, situación de cansancio y desánimo muy frecuente durante estas fechas. Y aunque no existe ninguna evidencia de esta enfermedad y su relación con la primavera,
es habitual que durante las primeras semanas nos sintamos un poco decaídos.
Algunas pautas para combatir estos síntomas incluyen hacer deporte, llevar
una dieta sana y saludable y si hace falta, ayudarnos con un suplemento
vitamínico.
Uno de los paisajes más impresionantes que pueden disfrutarse en España se produce justo al comienzo de la primavera en el Valle del Jerte,
comarca del norte de Extremadura, situado entre la Sierra de Tormantos, los
Montes de Traslasierra y la Sierra de Béjar. Esta zona alcanza su mayor esplendor en
estas fechas cuando los cerezos se ponen en flor, creando una
estampa única. Por supuesto, hay que recordar que la naturaleza no sabe de
horarios ni fechas, así que el mejor momento para disfrutar de este manto
blanco arropando el valle suele ser a finales de marzo y principios de abril, cuando
la floración está en su mayor esplendor.
Leyendo un artículo en El País
titulado “El sendero de los cerezos en flor” (podéis leer el artículo completo si os interesa), se me ha ocurrido que estamos en fechas idóneas para organizar
una excursión al Valle del Jerte y disfrutar de cerca de este maravilloso espectáculo
natural. El Jerte se encuentra situado a tan sólo 225 kilómetros de Madrid, así que no
hay pereza que valga. La ruta recomendada en el artículo tiene una distancia de tan sólo 12
kilómetros y puede ser la excusa perfecta para pasar un día de trekking muy agradable
respirando aire puro, disfrutando a tope del paisaje e ir haciendo boca para, tras el paseo, premiarnos con algún plato típico de la gastronomía
extremeña, donde no pueden faltar el cerdo ibérico, las migas con pimentón, las sopas de ajo, las truchas en escabeche... ¿Os parece un buen plan?
Y hablando de cerezas. Aunque no
será hasta primeros de mayo cuando comience la recolección de la cereza y
podamos disfrutar de las dulces cerezas, se me ha ocurrido hacerle un pequeño
homenaje a esta colorida fruta. Por eso, hoy os traigo un postre típicamente
italiano con un toque frutal muy español. Panna
Cotta con coulis de cereza. Os aseguro que es muy, muy sencillo de
preparar y está riquísimo.
La Panna Cotta es típico en la
región italiana de Piamonte, y está elaborado a partir de crema de leche, azúcar y gelatificantes. Recuerda al flan, pero su sabor es más lácteo y tiene
una textura más parecida a la de la gelatina.
La cereza, también conocida como
guinda, es el nombre del fruto de varios árboles del género Prunus. En España
se distingue como guinda al fruto de Prunus cerasus y como cereza al de Prunus
avium. Es una fruta muy rica en vitaminas A, B, C, E, K y PP, en hierro,
calcio, magnesio, potasio y azufre.100 gramos de cerezas sólo contienen 50 calorías.
La Panna Cotta suele adornarse con mermeladas de frutos rojos. Por eso, si no encontráis buenas cerezas, podéis sustituirlas por fresas, fresones o cualquier tipo de fruto rojo (moras, arándanos, frambuesas...). Os saldrá igual de rico, pero hay que reconocer que la cereza le da un gusto y un aroma muy particular.
La Panna Cotta suele adornarse con mermeladas de frutos rojos. Por eso, si no encontráis buenas cerezas, podéis sustituirlas por fresas, fresones o cualquier tipo de fruto rojo (moras, arándanos, frambuesas...). Os saldrá igual de rico, pero hay que reconocer que la cereza le da un gusto y un aroma muy particular.
INGREDIENTES:
500 ml. nata para montar
100 ml. leche entera
100 gramos azúcar blanquilla
1 vaina de vainilla
6 láminas gelatina comestible
150 gramos queso tipo Philadelphia
Coulis cerezas:
300 gramos cerezas (u otro fruto rojo)
150 gramos azúcar
½ limón
PREPARACIÓN:
- Preparamos las hojas de gelatina según las indicaciones del fabricante (podéis encontrarlas en cajitas, en la sección del super donde están las levaduras). Suelen diluirse en agua templada, dejándolas en remojo unos 5’ con el objetivo de ablandarlas. Una vez transcurrido el tiempo las exprimimos con las manos suavemente. Ya estarán listas para usar.
- En un cazo a fuego medio vertemos la nata y la vamos calentando. Añadimos el azúcar, la vainilla, la leche, la crema de queso y removemos con una cuchara de madera o unas varillas sin dejar que hierva, hasta que se mezclen bien todos los ingredientes.
- Bajamos el fuego al mínimo e incorporamos las láminas de gelatina previamente hidratadas y removemos hasta que se disuelvan completamente.
- La Panna Cotta está lista. ¡Así de fácil! Repartimos la mezcla en flaneras individuales, vasitos, copas... Dejamos enfriar antes de meter en el frigorífico.
- Deben reposar para que cuajen (yo suelo preparar la Panna Cotta la tarde anterior y dejarla toda la noche reposando, pero con unas 5 o 6 horas en el frigorífico seguro estarán listas).
- Para hacer el coulis de cerezas (o de cualquier otro fruto rojo) lavamos la fruta, quitamos el rabito y deshuesamos. Reservamos unas cuantas para la decoración.
- En un cazo, incorporar las cerezas a fuego medio-bajo con el azúcar y el zumo de medio limón. Dejamos cocinar removiendo de vez en cuando, 10-15’, hasta que la fruta esté blanda.
- Transcurrido el tiempo, retiramos del fuego, enfriamos y trituramos con la batidora, obteniendo un puré. Para que la salsa quede todavía más fina, la colamos o pasamos por el chino, para eliminar restos de la piel o impurezas de las cerezas.
- El resultado lo reservamos en la nevera, para que espese un poco.
- Servimos la panna cotta acompañado del coulis de frutas.
P.D.: Si os apetece compartir esta receta
en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!
Me ha encantado la receta!! Facil de hacer y muy interesante si tienes hijos. Gracias Patricia.
ResponderEliminarMuchas gracias!! Ya me contarás si les ha gustado a los peques. Que disfrutéis del postre...
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