lunes, 16 de marzo de 2015

ARROZ CON LECHE

A NADIE LE AMARGA UN DULCE. Y es que, de vez en cuando hay que cometer algún pecadillo. No suelo hacerlo a diario, pero los fines de semana me gusta darme algún que otro capricho. 

Tengo la suerte de que mi chico es muy dulcero. Mejor dicho, se come lo que le echen, el pobre mío. Así que, con la excusa de que tengo que aprender, cada dos por tres le sorprendo con algo nuevo: Muffins, bizcochos, tartas, natillas, arroz con leche, flan… Hace un tiempo se enfadó conmigo porque no paraba de engordar y me dijo: “Tú lo que quieres es cebarme para que nadie se fije en mí”. ¡Casi muero de la risa! Por supuesto, reconozco que no quiero que nadie más se fije en él, pero lo cierto es que no iban por ahí los tiros. 

Creo que para aprender a cocinar hay que estar rodeado de gente a la que le guste comer. Yo tengo esa suerte. Él es mi compañero culinario. Es muy agradecido con la comida y su mayor virtud radica en saber cómo hacer críticas de mis platos sin que casi (y digo casi) me molesten. Tengo que reconocer que muchas veces (OTRAS NO) esas críticas son del todo acertadas. Y ahora que no nos oye os confesaré que seguramente, la comida es una de las cosas que nos mantiene unidos. Como dice el dicho popular, “a los hombres se les conquista por el estómago”. A los demás no lo sé, al mío, fijo.

Bajo mi punto de vista y cambiando de tema, que me estoy yendo por los cerros de Úbeda, la repostería es para mí la parte más dificultosa en la cocina. Qué levante la mano a quién no le haya subido una tarta alguna vez, a quién no le haya cuajado un postre, a quién no le haya quedado líquida una crema pastelera… Seguro que sabéis de qué hablo.

Cuento con la mejor repostera del mundo, mi madre, y puedo asegurar que no hay postre que se le resista. Según ella, cuando una receta de repostería no sale bien es porque solemos saltarnos a la torera dos recomendaciones imprescindibles:

  • MEDIR CON EXACTITUD todos los ingredientes. Porque incluir 50 gramos menos de harina o 75 gramos más de mantequilla pueden arruinar un postre. 
  • Seguir la elaboración de la receta PASO A PASO, sin alterar el orden y sin eliminar o añadir pasos en dicha la elaboración.


Puedo aseguraros que si seguís estás fáciles instrucciones, generalmente no tendréis problemas. Y  subrayo generalmente porque, a veces, ¡ni con esas salen algunas recetas!

Y ya que hoy me he explayado hablando de mi conejillo de indias particular, os voy a enseñar uno de sus postres favoritos. El arroz con lecheEs un postre típico de la gastronomía de multitud de países (Iberoamérica, España, Portugal, Irán, India…) que ofrece infinitas variedades. Es tradicional agregarle pasas, yemas de huevo y vino Oporto, aromatizarlo con cítricos (naranja y limón), canela, vainilla, azafrán y cardamomo. Se elabora cociendo lentamente el arroz en leche con azúcar. Y se puede servir frío o caliente. 100 gramos de arroz con leche contienen sólo 111 calorías.


He probado bastantes recetas hasta dar con la que realmente me ha convencido. En principio es un postre fácil, pero llegar a ese punto de cocción en el que el arroz está suelto, suave, cremoso y con un ligero tono a cítrico y canela no es del todo sencillo de conseguir. Sin embargo, ésta sale perfecta. Probadla sin miedo. 




 INGREDIENTES:

1 litro de leche entera
200 gramos de nata para montar
150 gramos de azúcar
150 gramos de arroz
1 naranja (o un limón si os gusta más)








PREPARACIÓN:
  • Ponemos el arroz en un colador y refrescamos con agua fría para quitarle todo el almidón (hasta que el agua quede clara). Este paso es muy importante porque así conseguiremos que el arroz quede suelto.
  • Incorporamos en un cazo la leche a fuego suave (imprescindible que sea así porque si la calentamos muy rápido no dará tiempo a que absorba los aromas) y la infusionamos con una rama de canela y la cáscara de una naranja o limón, o ambas (pelad el cítrico sin llegar a la parte blanca, porque amarga). 
  • Cuando esté a punto de hervir, colamos la leche, volvemos a incorporarla al cazo y añadimos el arroz. Dejamos cocer a fuego lento unos 25’, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera, para que no se pegue el arroz.
  • A continuación, añadimos el azúcar y el brick de nata y dejamos cocinar unos 10’ más, hasta que el arroz esté meloso (el tiempo es aproximado).
  • Suelo emplatar el arroz con leche en recipientes individuales, echándoles por encima un poco de canela molida.
  • Dejamos enfriar antes de meter en el frigorífico. 
¡Bon Appetit! Nos leemos el próximo miércoles.

P.D.: Si os apetece escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!
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6 comentarios:

  1. Que buena pinta y que fácil lo haces parecer, me pondré en estos días con ello y ya te comentare los resultados.

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  2. Lo voy a hacer. A ver qué tal me sale.

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  3. Silvia de la Iglesia18 de marzo de 2015, 9:47

    Fantástica!! Por problemas con la báscula sustituyo la nata por leche evaporada.

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    1. Buena idea, Silvia!!! No olvides comentarnos como ha ido con la leche evaporada. Seguro que más de una sigue tu consejo...

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