NATILLAS DE CHOCOLATE

¡PERO CASERAS! Que las natillas en general gustan a cualquiera es más que evidente. Es el postre más facilón que existe y creo que justo por esa razón la mayoría suele comprarlas envasadas y listas para comer, como si de un yogurt se tratara. Desde luego, no me parece mala opción para salir de un apuro, pero si os prometiera que son súper fáciles de elaborar en casa y además, que su sabor y textura no tienen nada que ver con las que compráis en el súper, ¿os animaríais a probar esta receta?

Tengo muchas amigas mamás y todas ellas coinciden en que prefieren dedicar el poco tiempo de que disponen a preparar comidas “de verdad” en vez de hacer postres o repostería. Por supuesto, no hace falta decir que las entiendo al 100%. Bastante tienen a diario con el trabajo, los niños, la casa, la compra y demás tareas como para encima meterse en la cocina para hacer unas natillas. En mi caso, cuando era pequeña tuve la suerte de que mi madre no trabajaba fuera de casa, así que mi hermano y yo disponíamos de ella a todas horas. Además, como cocinaba (y cocina) de muerte, no había tarde que no llegáramos a casa del cole y mi madre no nos esperara con un beso, un vaso de leche y un bizcocho o unas magdalenas recién hechas. 

Creo que los recuerdos de la niñez son súper importantes y me parece entrañable recordar a una madre a través de sus platos. Me da que las tradiciones gastronómicas son parte imprescindible en nuestras vidas y qué mejor manera de recordarlas que a través de las recetas familiares. No quiero ser insistente ni pesada (o quizás un poquito sí), pero pensad que vuestr@s hij@s os recordarán con mucho cariño a partir de ahora cada vez que se coman un buen bol de natillas de chocolate. Y lo mejor. Las coman donde las coman, siempre dirán que las vuestras estaban mucho más ricas.

Natillas base de vainilla

Estaréis de acuerdo conmigo en que en la franja de postres dedicados a niños y adolescentes las malas elecciones se disparan. Postres envasados con excesiva cantidad de azúcar, saborizantes, conservantes y grasas junto a la bollería industrial pueden ser muy perjudiciales para los más pequeños si no se consumen con moderación. Por eso es tan interesante volver a la repostería casera, la de toda la vida, que cuenta con un montón de ventajas, como conocer a ciencia cierta qué tipo de ingredientes se utilizan en su preparación, la elaboración de postres con productos que permiten atender necesidades específicas, como en el caso de los intolerantes a la lactosa o los celiacos e incluso el sabor de los mismos, mucho más auténticos y sabrosos que en el caso de los postres y bollos industriales. Hacer repostería casera solo tiene un inconveniente y es el tiempo que hay que dedicarles a su preparación. Sin embargo, en mi opinión, el esfuerzo merece la pena, porque sabemos que el resultado irá destinado a los que más queremos, nuestra familia.

Las natillas son un postre lácteo muy extendido en nuestro país. Aunque se desconoce su origen exacto, parece ser que se sitúa en los conventos de toda Europa. Esta teoría tiene su parte de coherencia porque en ellos se potenciaba el desarrollo de una repostería austera y sobria, que aprovechaba al máximo los alimentos y trataba de crear platos sencillos pero muy completos y da la casualidad de que las natillas son un postre muy sencillo en su elaboración, de reducido coste y además, con una importante riqueza alimentaria basada en grasas animales y proteínas.

Algunas características y recomendaciones para conseguir las mejores natillas son:

1. Los ingredientes base son los huevos y la leche, aunque actualmente se añaden también algunas especias como vainilla o canela, azúcar y limón.
2. Existen diferentes variedades de natillas a las que se agregan queso fresco, galletas, caramelo, chocolate o coco rallado.
3. Para evitar que las natillas queden demasiado líquidas debe usarse harina de maíz o Maicena mezclada en una taza con parte de la leche, que les aportará una mayor consistencia.
4. El tiempo de cocción suele ser de unos 25-30’, no debiendo cocerlas en exceso para evitar que se corten. Se suelen cocinar a fuego lento en un cazo, al baño María, al vapor, en el horno e incluso en la olla a presión.
5. El truco para que los huevos no se cuajen durante su preparación consiste en NO añadirlos directamente en el cazo que hemos puesto a calentar en el fuego.
6. Deben dejarse enfriar a temperatura ambiente. Después, se reservarán en el frigorífico durante 3-4 horas antes de servir para que terminen de cuajarse.
7. 100 gramos de natillas contienen 102 calorías; 2,9 gramos de grasa; 15,4 de carbohidratos y 3,7 de proteínas.

Chocolate especial para repostería

En nuestra receta de hoy, vamos a añadir un poco de chocolate a la receta base de natillas. ¿Qué tipo de chocolate debemos añadir? Muy sencillo. La diferencia entre los distintos tipos de chocolate que venden en el súper radica en la cantidad de azúcar que contienen y además, en los ingredientes que los acompañan (frutos secos, pasas, cereales…). 

En general, en repostería se utiliza el chocolate que menos azúcar tiene, mientras que el que más tiene se usa para consumir directamente. El chocolate para postres debe ser un chocolate negro o puro, sin ningún ingrediente añadido. Existen 2 tipos de chocolate que se utilizan en repostería: sin azúcar y semiamargo. El chocolate para repostería está elaborado con granos de cacao molidos con los que después se crea una pasta que lleva un 100% de cacao sólido en el caso del chocolate sin azúcar y en el caso del semiamargo, un 35% de cacao sólido y un 67% de manteca de cacao.

Os adelanto que este postre no tiene ninguna complicación. Basta mezclar los ingredientes de forma adecuada y listo. ¿Os atrevéis con estas natillas?

INGREDIENTES (4 raciones):

500 ml. leche entera

2 huevos

100 ml. nata líquida

50 gramos azúcar

100 gramos chocolate repostería

40 gramos harina maíz o Maicena

Unas gotas extracto de vainilla

PREPARACIÓN:

• En un bol, añadir la Maicena, los huevos y un poco de la leche. Remover bien con unas varillas hasta que se diluya por completo la harina de maíz. Reservar.
• En otro cazo, calentar a fuego medio el resto de la leche y las onzas de chocolate. Remover con unas varillas hasta que el chocolate se funda.
• Añadir a continuación la mezcla de Maicena, la nata, el extracto de vainilla y el azúcar. Continuar removiendo hasta que se forme una masa cremosa y espesa. Cuando esto ocurra, retirar el cazo del fuego y repartir las natillas en los recipientes donde los vayamos a servir.
• Dejar enfriar a temperatura ambiente y después, reservar en el frigorífico por espacio de 4-6 horas, hasta que las natillas estén bien frías y cuajadas.

¡Salud! Que las disfrutéis...