viernes, 1 de mayo de 2015

TIRAMISÚ


¿Conocéis alguna persona a la que no le guste el café? Pues ale, aquí tenéis a una. Sí. Soy una de esas raras personas a las que no le gusta ni su olor ni su sabor. Así de claro. Sólo recuerdo haberlo probado alguna vez cuando era pequeña y debió darme tanto repelús que decidí no volver a intentarlo. Soy tan extremista con esta bebida que, por ejemplo, en mi oficina disponemos de una pequeña zona relax donde por la mañana, mis compis disfrutan de su cafelito de primera hora mientras “intentan arreglar el mundo”. Ellos ya conocen mi fobia por el café, pero antes de ser consciente de ella solían mirarme extrañados cuando me veían llegar, les daba los buenos días y pasaba de largo, literalmente. No era por ellos, lo juro. ¡No soy una antisocial! Pero es que a esas horas, tan temprano, no sé por qué, mi olfato se encuentra la mar de sensible y ese olor a café tan intenso, penetrante, no me gusta nada. Luego, a partir de media mañana, ya me da un poco igual, pero lo cierto es que el café y yo tenemos una relación amor-odio muy extraña.


Granos de café
Y hablando de café. El tiramisú es un postre italiano cuyos ingredientes principales son el café y el queso mascarpone. Lógicamente, dada mi animadversión por esta bebida es lógico pensar que nunca he probado el tiramisú. Pues no. He de confesar que no lo había probado hasta que mi chico me obligó a hacerlo. Él es una de esas personas que cuando quiere algo, por muchas negativas que reciba, sigue insistiendo una y otra vez hasta conseguir su objetivo, así que después de repetirle por activa y por pasiva que no quería probarlo, un día que debió pillarme con la guardia bajada, me metió mi primera cucharada de tiramisú en la boca. Y mira tú, lo que son las cosas. Empecé a saborearlo y decidí que no estaba tan malo. ¡Tenía razón!. Mea culpa. Lo siento. Paradojas de la vida. ¡Me encanta el tiramisú! Ya sé que sabe y huele a café. Y os aseguro que sigue sin gustarme esta bebida, pero no sé qué tendrá el tiramisú, que enamora.


Queso mascarpone
El tiramisú es un postre moderno, aunque no lo parezca. Tiene su origen en la región de Véneto (Venecia), allá por los años 50. Algunas fuentes concretan en los burdeles de la región la localización de su creación. Al parecer, en aquélla época estos locales disponían de cocineros. La maîtresse solía ofrecer a los clientes selectos este postre, recitando con cortesía unas palabras emblemáticas: “Anda, toma, cariño, que te doy una cosa que ‘te tira su’…”. Esta expresión significa en español “tentempié”, pero no tanto como aperitivo, sino como postre más fortalecedor, gracias a la cantidad de glúcidos que incorpora. En principio no llevaba ni mascarpone, ni nata o grasas similares, porque todos esos lípidos ralentizan la digestión, creando cansancio y somnolencia, justo el efecto contrario de lo que pretendía conseguirse en aquéllos burdeles.


Actualmente, el tiramisú es un postre frío que se monta en capas y se compone de un ingrediente sólido (bizcocho, soletillas, Savoiardi…) humedecido en café, al que se le puede añadir un poco de licor Amaretto para aromatizar, sobre el que se superpone una crema cuya base son huevos batidos con azúcar. Se presenta espolvoreado con cacao en polvo.

No voy a engañaros. Eso sería ir en contra de los principios de "El Especiero". No voy a contaros el cuento chino de que la receta de tiramisú que hoy os propongo tiene una preparación rápida y fácil, pero tampoco puedo decir que sea complicada. Creo que lo justo es decir que es pelín trabajosa. La receta clásica del tiramisú lleva, como hemos dicho, soletillas o bizcochitos Savoiardi, pero yo voy a prepararlo a mi manera, con una base o plancha de bizcocho tradicional. Creo que queda más fino y jugoso. ¿Confiáis en mí? Espero que sí. Manos a la obra.


INGREDIENTES:
Para la plancha de bizcocho:
6 huevos
150 gramos azúcar
150 gramos harina repostería
1 limón
1 pizca sal

Para el relleno:
150 ml. café
100 gramos azúcar glas
400 gramos mascarpone
100 gramos chocolate negro
4 claras huevo
6 yemas huevo
Cacao en polvo
1 chorrito de Amaretto

PREPARACIÓN BIZCOCHO:
  • Precalentar el horno a 180 grados. Forrar la bandeja del horno con papel sulfurizado (para sujetarlo y que no se mueva, “pegar” con un poco de mantequilla en los extremos y en centro), con papel de aluminio untado de mantequilla y un poco de harina o directamente, poner una  plancha de silicona encima de la bandeja, para que el bizcocho no se pegue. 
  • Separar las yemas de las claras de huevo.
  • Montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal hasta que estén duras (hacedlo con las varillas de la batidora que es mucho más rápido). Reservar.
  • En un bol, añadir las yemas, el azúcar, la ralladura de un limón y con unas varillas (también podéis utilizar el adaptador de la batidora) mezclar durante unos minutos hasta que blanquee y aumente su volumen. Una vez hecho, agregar la harina tamizada (pasándola por un colador) y por último, incorporar las claras de huevo montadas, con movimientos envolventes para no perder el aire.
  • Extender la masa sobre la bandeja de horno, alisar la superficie para que quede homogénea y hornear unos 10-15’, hasta comprobar que está ligeramente dorada (si lo dejáis mucho tiempo se resecará y eso no interesa).
  • Sacar del horno, volcar sobre un paño humedecido (importante, para que no se seque). Dejar enfriar.

PREPARACIÓN CREMA QUESO MASCARPONE:
  • En primer lugar, preparar un vaso de café soluble, de máquina...(el que prefiráis) y echarle un chorrito de licor Amaretto o cualquier otro licor dulce que os guste.
  • En un bol, montar las claras a punto de nieve con un pellizco de sal, con unas varillas o con la batidora y su adaptador. Reservar.
  • En otro bol, batir las yemas de huevo con el azúcar hasta que tenga una consistencia espumosa y blanquecina y añadir el queso mascarpone, poco a poco, mientras seguimos batiendo.
  • Añadir las claras  de huevo montadas, con movimientos envolventes. Mezclar bien.

MONTAJE DEL TIRAMISÚ:
  • Dependiendo del molde que vayáis a utilizar, necesitaréis dos o tres capas de bizcocho para alternar bizcocho y crema. Yo he utilizado uno rectangular en el que con dos capas es suficiente, así que corto dos trozos de bizcocho que se adapten al recipiente que voy a usar y coloco el primer trozo en el fondo. Es el momento de emborrachar con el café, ayudándome con una cuchara. Dejaré una parte del líquido para emborrachar el segundo trozo de bizcocho.
  • Cubrir el bizcocho con una buena capa de crema de mascarpone y rallar un poquito del chocolate negro por encima.
  • Repetir operación. Poner el segundo trozo de bizcocho encima, emborrachar con el resto de café y volver a echar una buena capa de crema. Finalizar, espolvoreando un poco de cacao encima y rallando también un poco más de chocolate negro.
  • Dejar enfriar en el frigorífico mínimo tres horas, aunque al igual que en todos los postres que deben cuajar un poquito, yo recomiendo hacerlo de un día para otro para que quede perfecto.

Ya me contaréis... Este postre es un lujo, de verdad.

Debrit ervat! (¡Buen provecho! en bretón). Nos leemos el próximo lunes.

P.D.: Si queréis escribir algún comentario o compartir esta receta en las redes sociales, podéis hacerlo un poquito más abajo. ¡Muchas gracias!

Image and video hosting by TinyPic

10 comentarios:

  1. Me encanta el tiramisú y también el café. Es verdad. Eres la primera persona que conozco a la que no le gusta el café. Tengo muchas ganas de probar tu tiramisú. Tiene muy buena pinta

    ResponderEliminar
  2. He probado el tiramisú de mil y una maneras distintas y siempre está riquísimo. Voy a probarlo, Patricia. Lola

    ResponderEliminar
  3. Por lo que veo El especiero no descansa ni en festivo. Me alegro! Buenísima pinta la receta de hoy. Te aseguro que la pruebo! Pilar

    ResponderEliminar
  4. El mejor tiramisú que he probado es el de La casa dei Pazzi en el barrio de Chueca. Es una pasada! Habrá que hacer el tuyo para poder comparar, no?? Jajaja Buenísima pinta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Almudena, no tengo la suerte de haber estado en el restaurante La casa dei Pazzi, pero le he echado un vistazo en Internet y te aseguro que no me pierdo ese tiramisú por nada del mundo. Muchas gracias por tu recomendación. Me encanta que me recomendéis restaurantes!!

      Eliminar
  5. Muy gracioso tu amor-odio con el café. El tiramisú me encanta. Hay que probarlo con esa plancha de bizcocho. Buena receta, Patricia. Susi

    ResponderEliminar
  6. Me he reído mucho con tu fobia x el café. Aunque te entiendo. Odio el marisco y me encantan los arroces con marisco (mientras no se vean, claro). Mira que somos raros. En fin, que el tiramisú està para comérselo. Mónica

    ResponderEliminar
  7. Pues yo me comía ahora mismo un trozo. Es verdad que el tiramisú lleva su tiempo. Yo lo hago con soletillas y también queda muy bueno. Pero merece la pena el tiempo dedicado, porque esta buenisimo. Marga

    ResponderEliminar
  8. Qué buena pinta, Patricia. Ese tiramisú hay que probarlo... Yo creo qué tampoco es tan difícil de hacer.

    ResponderEliminar
  9. Muchas gracias a tod@s por vuestros comentarios. Lo cierto es que en cocina hay que intentar probarlo todo. Platos que a la primera no entran por los ojos pueden convertirse en platos favoritos una vez probados varias veces. Como dice Mónica, a veces hay que engañar a los sentidos para disfrutar de determinadas recetas. Aquí todo vale! En cuanto al tiramisú, animaros! Cuando lo probéis se os olvidarán todos los males... Jajajaja!

    ResponderEliminar